La mariposa paga por sus alas

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Martín siguió un poco a desgano la relación con Lily. Aunque  la forma de tratarla no era ni remotamente cercana a la relación  que tenia con Agosto.

 Su corazón de caballero le impedía dejarla para que ella  no se sintiera usada.

Ellos de a poco fueron retomando su amistad habitual, y aunque la rubia al principio puso sus quejas Martín se encargo de dejar en claro que si lo hacían  elegir se iba a quedar con Agosto  por lo que la chica tuvo que bajar la cabeza y aprender que o aceptaba esa amistad o se quedaba afuera.

El ultimo año fue bastante agotador para los ellos, ya que se encargaron de recaudar los fondos para el viaje de egresados, si bien tuvieron mucha colaboraron de los padres ellos hicieron toda clase de sorteos, peñas y diferentes colectas para poder viajar tranquilos y pagarle el viaje a algunos compañeros que no tenían recursos.

 Los dos eran como siempre los cabecillas de las actividades y los que más se preocupaban porque todo quedara organizado de la mejor manera.

Pasaban mucho tiempo planeando y realizando las actividades y eso  era doloroso para los dos.

Por supuesto que el tuvo  problemas con su novia, pero Martín jamás escucho lo que primero fue una sugerencia, luego un ruego y al final una orden de que no viajara. El la ignoro por completo y no hablo del tema ni aun cuando ella le gritaba.

Estaba llegando la fecha  y Lily se ponía más neurótica, ignoraba si algo había pasado entre Martín y Agosto, sospechaba que sí, pero cada vez que le preguntaba a él, le respondía con evasivas o directamente le decía que no era asunto suyo.  Hasta el  día del viaje ella no se despego de Martín aunque  él estaba evidentemente distante. Lily no viajaba con ellos porque sus padres se lo habían prohibido, al parecer no confiaban demasiado en el buen juicio de la rubia para dejarla viajar sola.

El día del viaje Lily no apareció por el colegio, se despidió de Martín temprano y dijo que de verdad no soportaría saber que iba a estar diez días lejos de él aunque la verdad es que no soportaba la idea de que Agosto estuviera tan cerca.

Se sentaron juntos para el viaje, por la noche ella se durmió y entre sueños sintió la mano de Martín acariciando su pelo.

Los primeros días en Bariloche fueron un sueño, parecían haber olvidado lo que había pasado entre los dos y compartían la misma relación que habían tenido antes. Disfrutaban de las excursiones, tomaban miles de fotografías, cada cosa por hacer era la excusa perfecta para estar juntos. Y aunque Agosto  se alegraba de que Martín volviera a ser el mismo, no podía evitar extrañar su cuerpo, su boca y cada roce inconsciente de él le erizaba la piel. El disfrutaba cada minuto de sus días junto a ella, la sentía cada vez más profundo en su corazón.

 El la acompaño a hacerse dos tatuajes que tenían que ver con su grupo de música favorito llamado La Furia, un grupo de rock español que le encantaba a Agosto y cuyo cantante la hacía perder la cabeza, siempre decía que el Majo Ortiz era su furioso amor platónico, ese hombre le despertaba una pasión incontrolable. Cuando La Furia hacia recitales ella los seguía e iba a todos aunque nunca tuvo la oportunidad de cruzarse frente a frente con el majo , pero siempre soñaba con tenerlo cerca alguna vez.

 Ella estaba decidida a demostrar que no había cambiado, que seguía siendo dueña de sus sentimientos y por sobre todo de su libertad.  Aunque por dentro era una agonia.

La cuarta noche de salidas el coordinador del grupo se decido a buscar Agosto y ella se dejaría encontrar en algún momento aunque se estaba haciendo desear solo por el placer de jugar. Martín la miraba  y sabía que solo podría soportarlo jugando con sus reglas.

 Aunque  se jugara el corazón en la partida.

Durante el viaje los instintos del grupo se desataron pero pronto comprendieron que las noches de baile hasta la madrugada y alcohol no se llevaban bien con las excursiones a primera hora de la mañana.

La quinta noche de salida habían tomado bastante. Martín coqueteaba con una chica de otro grupo y los celos empezaron a picar en Agosto  que no soportaba la idea de ver otra mujer más con Martín  aunque se cuidaba de disimularlo bien.

El coordinador se había encaprichado con ella  desde el comienzo del viaje. Era un rubio simpático, guapo y divertido y todas las chicas estaban detrás de el, todas menos ella y eso la hacia la única deseable. Esa noche el rubio de ojos azules la busco toda la noche para seducirla y tenerla con el.

Terminaron en la cama de otros para disfrazar la rabia, los celos y las cosas que no podían decirse.

A la mañana siguiente en la excursión se mantuvo distante y él lo noto. Cuando volvieron al hotel se encerró en su cuarto y se dio una larga ducha caliente.

Por la noche durante la cena Martín no dejaba de mirarla pero Agosto se desentendió.

Luego de la cena ella se abrigo, compro un café para llevar en el bar y se fue a la orilla del lago. No podía dejar de pensar en Martín como hombre, lo seguía deseando aunque se lo negara a sí misma, tenerlo cerca esos días despertaba el fuego en su piel.

Un momento después Martín se sentó a su lado. Le dio otro café y  le pregunto.

_ ¿Qué te pasa princesa?_

_ no sabía que podías ser tan infiel_ contesto sin rodeos

_ no tengo cargo de conciencia Lily tampoco es fiel_

_ ¿y porque seguís con ella?_

_ Porque la única mujer a la que le seria fiel, no me ama y lo demás no importa_

Se miraron a los ojos, el orgullo estaba abriendo un abismo entre los dos.

No se dijeron más nada. Martín la acompaño a su habitación. Le dio un beso en la mejilla y se fue. Todos habían salido, ella se recostó. Y se quedo pensando en las palabras de Martín. El había dicho que la amaba...

Un momento después tocaron su puerta. Abrió, era él.

Antes de poder reaccionar Martín entro y mientras cerraba la puerta con una mano con la otra acerco a Agosto a su cuerpo  y la beso.

La desvistió con una ternura inmensa y el deseo los desbordo.

Cada rincón de su cuerpo se encendía ante el mínimo roce, la pasión los invadía, los llenaba, deliraban se sentían profundamente. El placer estallo entre los dos casi al mismo momento sin poder ni querer contenerlo.

El amanecer los encontró abrazados, en silencio revistiéndose de besos. El miraba el lago desde el ventanal donde desnudos se abrazaban cubriéndose con una manta

_ ¿en qué pensas?_ pregunto ella.

_  deseo que este viaje no termine nunca, cuando volvemos a Buenos Aires voy a volver a ser solo tú amigo_

_no soportaría perder tú amistad_ dijo ella

_necesito más que tú amistad, necesito tú amor pero parece que  vos no supieras amar..._

Ella no pudo responderle nada. Solo lo beso y volvió a hacerle el amor.

Se vistieron y bajaron a desayunar. Los días que siguieron fueron un sueño  hermoso y doloroso porque sabían que al volver a Buenos Aires volverían a la realidad. Nadie del grupo tuvo dudas esta vez de lo que pasaba entre ellos.

El viaje de vuelta estuvo silencioso y tranquilo. 

 Cuando llegaron a Buenos Aires se besaron y al bajar del micro a él lo esperaba Lily  y a ella su mamá.Antes de bajar el puso en su mano una hoja de papel doblada y le susurro

_cada vez que leas esto acordarte de que es lo que siento por vos aunque me lo calle eternamente _

Se alejaban y  la mirada de Martín le dijo más que mil palabras.

Cuando llegó abrió el papel era una parte de Rayuela de Julio Cortázar el libro del que Martín jamás se desprendía y siempre citaba frases

"Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames...

Te amo para siempre. Martín "

 Ella cerró la hoja y lloró.

Agosto #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora