Juegos de verano

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( en la foto Diego)

La partida de Adrián dejo un sabor agridulce en la adolescencia de Agosto, y la sensación de tener mucho que aprender de los hombres y sobre si misma. Las historias de Clara le enseñaban y colaboraban a su curiosidad.

 Los primeros de tres  años de secundaria fueron de aprendizaje sobre si misma. Era una alumna excelente, una compañera líder y comprensiva, ayudaba a todos los menos afortunados y tenia mas de un enamorado secreto en el colegio. Se acomodo a su belleza empezando a sentirse orgullosa de si misma. Clara le dijo una tarde " la seguridad en vos misma es mas letal que el mas caro perfume" y Agosto lo entendio a la perfección.

Con quince años ya sabia como debía cuidarse como mujer, el sexo dejo de tener secretos al menos en lo teórico, Aunque su carácter apasionado la llevaba a experimentar los limites de la masturbación en ella misma. Aunque también a veces tenia sensación de ser espectadora en su propia vida, como si viviera las cosas sin sentirlas del todo, su madre  le aseguraba que a medida que vaya pasando el tiempo esa sensación extraña se iría diluyendo y que a veces sentiría las cosas con demasiada intensidad.  Se encontraría a si misma y dejaría de sentirse extraña.

tuvo compañeros de colegio con los que experimentaba besos apasionados y caricias pero nunca daba el siguiente paso.  Sentía que quería que su primera experiencia fuera con alguien que en realidad supiera lo que hacia y no con alguien menos experimentado que ella. Su madre y Clara sabían que ella tenia sus instintos demasiado a flor de piel y lo descubriría pronto.

El verano en que estrenaba sus 17 años por primera vez se fue de vacaciones sin su madre. Había sido invitada por Griselda  y su familia a pasar las vacaciones en Córdoba, ella era su mejor amiga y allí estarían no solo sus padres si no también su hermano mayor.

Diciembre comenzaba cuando empezó el viaje mas importante de su vida en muchos sentidos.

Se enamoro de Córdoba, sus valles, sus ríos, y esos rincones tan alejados de la ciudad que podías escuchar tu propio corazón en el silencio. Se quedaron dos días en Carlos Paz para que ella recorriera y conociera y luego viajaron a Mina Clavero en donde los padres de Griselda tenían una quinta.   Allí los esperaba su hermano mayor , Diego que se quedaba con ellos todo el verano.

Diego tenia 21 años, era alto, con el pelo castaño claro algo largo, la piel tostada por el sol, suavemente musculoso, tenia unos ojos verdes que podían ser dulces y seductores y un momento después despiadados y burlones.

Tenia fama de encantador de serpientes, no había mujer que se le resistiera y ninguna a la que el dejara quedarse mas que unos días a su lado. Rompía corazones sin cargo de conciencia y nunca se había vuelto a enamorar desde que su primera novia en serio lo engañara con un amigo.

Diego la había visto varias veces cuando iba a su casa para hacer tareas con Griselda o para pasar la tarde, creía que Agosto era aun una adolecente pero también que era muy hermosa. Sin embargo era demasiado inteligente como para dejar entre ver su interés por ella. Algo en ella lo perturbaba y lo excitaba, tenerla cerca era la dosis de adrenalina que necesitaba para para pasar ese tedioso verano con su familia. Agosto se sentía demasiado atraída por el, le daba incluso miedo tenerlo demasiado cerca porque su cuerpo respondía de una manera que no entendía bien.

Los primeros días transcurrieron sin novedad Diego parecía ignorarla y cuando lo hablaba lo hacia como si fuera una nena pequeña.

Al final de la primera semana la insistencia de la madre de Griselda hizo que los instintos de diego se desataran. Esa tarde hacia mucho calor y Diego estaba en la piscina con varios de sus amigos que habían ido unos días de visita. La madre de Griselda las obligo a bajar a refrescarse y las chicas no tenían mas remedio que cambiarse y bajar.

Agosto #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora