CAPITULO 1. "EL INICIO"

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Sin lugar a dudas las palabras pueden herirte más que un golpe en el rostro. Todo inicia un lunes por la mañana, la alarma sonaba como un estruendo en temporada de huracanes, mis ojos con mucho esfuerzo se entre abrían con dificultad por la claridad de la mañana, el canto de los pajarillos deleitaba mis oídos, pero mi mente sabía lo que a continuación se me venía. Me dirigí al baño como todas mañanas para darme una ducha, una inseguridad se aproximaba y era hora de lidiar con ella como siempre; al entrar al baño lo primero que veía era mi rostro en ese espejo, en ese estúpido y viejo espejo, las voces en mi mente empezaban a resonar "Observa lo mal que te ves", "¿Crees que podrías agradarle a alguien con esa cara?", "Tienes el cuerpo más feo que haya visto", "Mira lo gordo que te ves", "Muérete". Me he acostumbrado a esto todo el tiempo, se puede decir que he aprendido a vivir con estas inseguridades que la sociedad ha sembrado en mí y por ende mi mente ha optado por recordármelas en las mañanas y por las noches siempre. El tiempo sigue corriendo, observo el reloj que se encuentra a un costado del lava manos - ¡Mierda!, son casi las 7 de la mañana, si no me apresuro cerraran las compuertas de la escuela y dudo que me dejen entrar.

Toc, toc – Suena la puerta.

- ¿Si?

Hijo apresúrate, aun tienes que desayunar, se te hará tarde para ir al colegio – Exclama mamá

- Claro mamá, en un momento bajo a desayunar

Mamá no sabe sobre las inseguridades que he optado por la sociedad, tampoco quiero decirle, ella trabaja todo el día en un restaurante para darme lo mejor y creo que darle estas molestias no seria de gran ayuda, independientemente de todo eso disfruto verla feliz y sonriente todo el tiempo.

- Buenos días mamá, ¿Cómo te encuentras hoy?

- Buen día hijo, excelente, ¿Y tú?

Honestamente jamás me ha gustado mentirle a mamá sobre mi sentir, pero como lo mencione antes no quiero darle problemas o preocupaciones así que tendré que mentirle y decirle que me encuentro "Bien".

- Bien mamá, estoy bien – Respondo mientras levanto la vista y le sonrió.

- He preparado el platillo que a ti tanto te gusta, Hot- Cackes , espero te guste mucho, terminare de arreglarme para irte a dejar a la escuela y de una vez ir al trabajo.

- Muchas gracias Mamá, se ven muy ricos, anda te espero.

Cada que mamá hace este tipo de detalles se me forma un nudo en la garganta y solo quisiera abrazarla y decirle cuanto la necesito, pero en su lugar simplemente agacho la mirada, derramo un par de lágrimas y me odio un poco más por ser tan débil.

- Listo hijo, ¿Ya estás listo? – Pregunta mamá mientras me observa.

- Si mamá, solo iré por mi mochila y nos vamos.

Al salir de la casa lo primero que ambos observamos es el cielo, el aire es fresco, la tierra es húmeda, el olor de las rosas a un costado de la casa nos hace pensar que será un día agradable. Mamá me toma de la mano y empezamos a caminar lentamente.

- Como estuvo tu día ayer en la escuela? Pregunta mamá mientras me dirige la mirada

Un punto muy importante es que desde que inicie la secundaria he sufrido de bullying por mi orientación sexual, no tengo el valor para decirle a mamá que ayer me insultaron y golpearon solo por decir que me gustaba un niño, no podía decir nada de ello ya que mamá no sabía que era homosexual, no tenía idea de cómo hacerlo.

- Uff, tuve un día muy agotador mamá, el maestro nos dejó demasiada tarea solo por contestar a un llamado que nos hizo. – Respondí

- ¿A un llamado? ¿De qué o qué? – Pregunto

Symphony LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora