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❧⃞⃧ ↹Los adolescentes
no deben beber porque
pierden la cabeza. ✾⭒ᤨ

—¡CÓMO ODIO A LOS CHICOS! ¡SON UNOS BASTARDOS SIN CORAZÓN, DIOS, QUE SE PUDRAN TODOS!

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—¡CÓMO ODIO A LOS CHICOS! ¡SON UNOS BASTARDOS SIN CORAZÓN, DIOS, QUE SE PUDRAN TODOS!

—¡Sí púdranse todos! — exclamaron Tendō y Ushijima conmigo.

Las cosas pasaron de la siguiente manera. Habíamos llegado al karaoke. Como lo rentamos por más tiempo de lo usual, nos regalaron una botella de lo que Satori había dicho conocer como refresco americano. Ushijima le creyó, por supuesto, y aunque yo tuve mis dudas, confié en él. Por supuesto, fue un terrible error. Tendō ni siquiera sabía que era la botella, fue cuando nos la tomamos completa que nos dimos cuenta que era alcohol más fuerte del que alguna vez pudimos imaginar. Nuestra resistencia era mala, pero ahora era peor. Sabía que todo estaba saliendo mal, pero no estaba haciendo nada para evitarlo.

En parte, era divertido.

Podría llorar y echarle la culpa al alcohol.

Dios, alguien deme más de esa cosa.

—¡Hey, hey! Ssssatori, pon esa, la que está en español — pedí, arrastrando la S de su nombre.

—¡Es mi turno, suelta el micrófono! — reclamó, poniéndose de pie y tratando de arrebatarme el aparato de las manos —. Ya te escuchamos llorar lo suficiente, ya me tooooca.

Ushijima solo estaba sentado, mientras jugaba con el dobladillo de su polera. Fruncí el ceño ofendida de las palabras del pelirrojo mientras tiraba del micrófono hacia mí y él hacia lo mismo. De un tirón, Tendō dejó de forcejear y mi cuerpo cayó hacia atrás chocando con fuerza contra el sillón levantando las piernas. La rapidez con la que pasó me hizo resbalar del sofá, cayendo al piso.

Satori estalló en carcajadas, y yo también. Wakatoshi se había dormido sobre la silla.

—¡La victoria es míaaa! — escuché gritar a Satori —. ¡Esta canción es para ti, Ushijiiima!

Este solo pudo responder con un pequeño ronquido.

Terminé de reír de mi pequeño accidente, cuando el recuerdo de Semi y su nueva novia invadió mi mente. Sentí mis ojos picar, esa debí ser yo. Debí tener al menos una oportunidad para demostrarle que valía la pena. Que no era muy linda, pero por lo menos habría intentado ser una novia divertida e inteligente, quería compensarlo de alguna manera si tan solo me hubiese dado la oportunidad. Antes de darme cuenta, me puse de pie, sintiendo como toda la habitación giraba a mi alrededor. Me senté en el sofá bajo el canto de Tendō, cuando todo se me devolvió.

No, no el llanto, quería vomitar.

—N-No me siento muy bien — dije, pero ninguno me escuchó.

𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐑𝐔𝐓𝐇 𝐔𝐍𝐓𝐎𝐋𝐃  ❯❯ Eita SemiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora