❧⃞⃧ ↹La confesión tan esperada y el atrevimiento.✾⭒ᤨ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Media hora después ya habíamos traducido hasta el coro de su canción. Ante cada frase nueva que anotaba, no podía evitar mirar de reojo a Semi, no sabía que fuese tan... intenso. Lo que me generaba ruido es como haría funcionar una canción así con la guitarra acústica. Debió sentir mi mirada porque se giró a verme con una sonrisa ladina, una que me sonrojó levemente. Parecía ser uno con ese instrumento, no necesitaba ni siquiera mirar para tocar. Miré todo lo que tenía escrito, no podía imaginarlo cantando esta canción.
—¿Qué tienes?
—Esta canción... — carraspeé —. ¿Vas a tocarla con esa guitarra?
—No, solo quiero ver si suena bien — respondió él, apoyando su espalda en la corteza del árbol —. La banda y yo tenemos que arreglar varias cosas aún.
—¿Tienes una banda? — miré de reojo luego de anotar otra frase —. Escondes muchas cosas.
Pude sentir su mirada sobre mí.
—Ni te imaginas.
Preferí guardar silencio, cada vez que una conversación se tornaba de esta manera no sabía como lidear con ello. Además, no quería que él y yo tuviéramos un inconveniente como el del karaoke. Aún así, algo hizo ruido en mi cabeza. Esta canción... ¿La inspiró en Grace? Releí cada verso tratando de armar cada piensa en mi cabeza.
"¿Qué demonios se supone que éramos? Dime que no éramos solo amigos. Esto no tiene sentido, no, pero no estoy herido, tan solo estoy algo tenso".
Semi seguía ensimismado en las cuerdas de su guitarra, pero yo solo podía prestarle atención a la letra.
"Te guardas el corazón en la manga como si nunca hubieses sido amada. Estoy corriendo en círculos ahora, mira lo que has hecho. Te doy mi palabra mientras la tomas y sales corriendo, desearía que me permitieras poder quedarme, estoy listo ahora".
No es cierto, no, no y no.
Sentí que el aire me faltaba, esto no estaba inspirado en Grace. Ni cuenta me había dado de que tenía el ceño fruncido, mis ojos se posaron en Eita quien ya me había estado mirando. Quería preguntarle directamente, pero algo me lo impedía. Tal vez la vergüenza de estar equivocada, o el miedo de estar en lo correcto.
—Ya te diste cuenta — entendió él.
No estoy lista para esto.
—No sé de qué hablas — negué rápidamente —. ¿Hace cuánto tienes una banda?
Él sonrió mordiendo su labio inferior. Negó con la cabeza y miró hacia otro lado —: Unos meses, tal vez, son de otra escuela así que no estoy seguro de que los conozcas.
