Si tomas a papi de la mano podrán tener un bebé

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Itachi seguía mirando a Shisui de forma extraña y Arashi sólo le rogaba a su mamá para que le dijera a la cigüeña que les trajera un pequeño bebé como el del tío Kakashi. En todo esté tiempo Itachi estaba haciendo cientos de teorías en su cabeza, pero ninguna cuadraba.

Sabía de antemano que Shisui era un llorón, pero llorar sin una explicación era algo que no solía hacer.

—¡Está bien mamá! —Arashi parecía estar harta —si no quieres hablarle a la cigüeña sé de otra forma para traer un bebé

Ahora toda su atención estaba puesta en Arashi ¿su pequeña seguía conservando su inocencia? ¿verdad?

—¿Cu-cuál o-otra forma? —a Shisui se le habían bajado todos los colores de la cara.

—Bueno hace unos meses cuando fuimos a ver al pequeño Sakumo pregunté cómo el tío Kakashi había tenido un bebé tan bonito — sonrió, recordando a su pequeño primo pelinegro. —Así que te cuento, me lo dijo el tío Obito —la pequeña hablaba con tanta confianza, como si fuera a revelar el mayor secreto del mundo.

—Ay no —Itachi sabía que Obito le había dicho una gran tontería a su hija con la cual el tendría que lidiar.

—¡No me interrumpan! —Arashi quería toda la atención de sus papás —el tío Obito me dijo que para hacer un bebé se necesitaban a dos personas que se quieran mucho, mucho, mucho —hablo de forma rápida y con una carita ilusionada —pero que sólo funcionaba en adultos —recalcó algo que para ella era sumamente importante.

—Pero con todo esto ¿como se haría el bebé?

—Ya te lo explico mamá —otra vez parecía fastidiada por ser interrumpida.
—Debes tomar la mano de papá —hizo que sus padres se tomaran de las manos. —Luego deben darse un besito
—puso ojitos tiernos para que sus papás acatarán su pedido.

Itachi no vacilo llevando su boca a la de shisui, sólo un toquecito leve que hizo a su corazón vibrar, su esposo siempre le producía mariposas en el estómago.

El color carmesí que adornaban las mejillas de Shisui hacía que todo se sintiera más infantil.

—¿Y bien? —Shisui quería morir de ternura con la explicación de su hija y los bebés, después de todo Obito no había arruinado la inocencia de su pequeña.

—¡Ya estás esperando un bebé mamá!
—Arashi exclamó emocionada dando leves brinquitos.

—¿Ah? ¿tan fácil? ¿y cuando sale o qué?
—el rostro de confusión de Shisui era único.

—Ay mami no lo se —rasco su cabeza a modo de no saber, su tío no le había explicado ese último detalle —¡ay no! se pasa mi hora del té —Arashi corrió pero se detuvo a mitad de las escaleras. —lo siento mamá y papá, pero debo tomar el té con el señor oso —luego de dar su breve explicación subió a su habitación, dejando a sus padres solos.

Shisui e Itachi se acomodaron en el sofá para poder estar de frente con el otro, riendo ambos suavemente por las cosas que decía su pequeña.

El de rizos estaba a punto de lanzar una broma estúpida cuando sintió un gran dolor de cabeza haciéndolo cerrar sus ojos por inercia. Todo a su alrededor daba vueltas pero se aferró al espaldar del sofá y volvió a la normalidad. Eso fue bastante raro, con la misma rapidez que se sintió mal también volvió a sentirse de forma normal.

Itachi lo miró asustado sin entender que estaba sucediendo con Shisui.

—¿Estás bien?  —cuestionó preocupado.

—Si, sólo es el bebé —sonrió entrecerrando sus ojitos.

—¡Ay Shisui! No me asustes —acarició con la yema de sus dedos el dorso de la mano de su esposo.

—Asustado estoy yo ¿que le diré a Arashi cuando no vea ningún bebé?

—Podemos hacer uno —siguió trazando círculos imaginarios en la mano del de rizos.

—Tus ideas siempre son muy malas, así que pasó de ti

Shisui se puso de pie alejándose por completo de su esposo, casi llegando a las escaleras. Itachi lo siguió intentando comprender cada cosa extraña en Shisui.

—Pero cariño-

—Cariño nada, sólo vete a trabajar y déjame dormir  —estuvo a punto de subir las escaleras, pero su esposo seguía diciendo sandeces.

—Esos, esos cambios de humor me asustan —curvó sus cejas.

—Todo te asusta, ya mejor ni salgas — rodó sus ojos, caminando rumbo a la cocina recordando que Arashi no había tenido la oportunidad de comer lo que le había preparado ¿Por qué no comérselo él? Ya se había esforzado haciendo aquello.

—Shisui que grosero

—Ay, espera —tuvo que sostenerse de una de las paredes intentando recobrar el aire, se había vuelto a sentir muy mal pero está vez era mil veces peor—¿ Podrías a-ayúdame a sentarme?

—¿Estás bien? —corrió hasta el castaño, viéndolo más pálido de lo normal. —Shisui te ves muy mal —emitió preocupado

—Yo...—otra vez su cuerpo se tambaleo
—sólo necesito acostarme, y quizás luego me sienta mejor

—Cielo no voy a correr riesgos, luces muy pálido —lo apretó entre sus brazos, sintiendo lo caliente que estaba su piel. —Te voy a llevar al hospital

—No, no podemos dejar a Arashi sola —a pesar de sentirse extremadamente mal su hija estaba primero.

—Yo llamaré a Sasuke para que la cuide
—sostuvo a su esposo, llevándolo devuelta al sofá —tienes mucha fiebre —llevó su teléfono a su oreja, atacando a su hermano del otro lado de la línea para que viniera lo antes posible.

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Un esposo para Shisui |ShiIta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora