Cuatro son mejor que tres

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Shisui lloró mucho para cuando Itachi por fin llegó a casa. Sus ojos estaban rojos e hinchados debido al llanto, pero no podía evitar llorar, no cuando su pedacito de cielo lo odiaba.

Arashi era una parte de él y él era una parte de Arashi. Así que no sabe que hacer para arreglar las cosas, y se encuentra muy preocupado pues Arashi sólo comió aquel cereal en la mañana y ya son las cuatro de la tarde y ella ni siquiera había bajado a buscar un poco de agua. Itachi le dijo que intentó hablar con ella pero no lo acepto, su preocupación se encuentra al límite pues no quiere que Arashi también tome represalias con su padre.

Camina desganado hasta la cocina con su nariz roja al igual que sus mejillas, que su hija no lo quiera en estos momentos no le quita que sea su madre y que tiene responsabilidades con ella. No la va a dejar pasar hambre, su salud es demasiado importante.

Hace la comida favorita de Arashi, pasta con salsa de tomate, algo tan simple pero que a ella le hace tan feliz. Toma una bandeja en dónde coloca un vaso con agua, unas galletas y la pasta, Itachi no comerá nada aún pues está ocupado en su oficina terminando su trabajo desde casa. Sube las escaleras y llega hasta la puerta de madera rosada que tiene brillantina púrpura a los costados con un pequeño cartel que dice "por favor toca antes de pasar" con un pollito ciertamente enojado. Sus ojos vuelven a mojarse debido a qué el hizo aquello junto a su hija.

Toca suavemente esperando escuchar el típico pase, pero nadie responde. Se impacienta un poco, pues ya es bastante tarde y Arashi no ha comido ni ha tomado ningún tipo de líquido desde su discusión, así que simplemente abre la puerta y la encuentra acostada abrazando a su oso de peluche de nombre melocotón el cual la madre de Itachi había tejido con mucho amor cuando Arashi cumplió seis meses.

La ve tan tranquila con sus ojos cerrados y su respiración tenue. Coloca la bandeja en la mesita de noche con cuidado de no arrojar las demás cosas que están encima de esta al suelo. Lleva sus dedos a su cabello tan liso y azabache como el de su esposo, es suave y huele a acondicionador de cerezas, el favorito de ella en realidad. Peina sus hebras y la observa con tanto cariño ¿Como no amarla si es tan suya? Sus ojitos onix pestañean con suavidad pero de todas formas no retira sus manos, quiere que su hija sienta que la ama, que está aquí para ella a pesar de que le dijo cosas hirientes incluso si ella no dimensiona del todo la magnitud de sus palabras.

—¿Mami?

Su voz fue bajita y tenue apenas acostumbrándose de nueva cuenta a la luz.

Shisui acarició sus mejillas y dio un pequeño toquecito en su nariz observando como sus cejas se fruncían intentando adaptarse a estar otra vez despierta.

—Te traje de comer, ya pasó la hora del almuerzo —musitó con voz cálida y dulce.

Arashi arrugó el rostro mirando por su ventana como el sol se había puesto más naranjoso ¿Tanto había dormido? Observó a su madre, sus ojitos estaban opacos y su nariz tan roja como un reno de navidad. Otra vez sintió aquel pinchazo de culpabilidad.

—Ma-mami ¿po-podrías perdonarme? —sus ojitos se aguaron. —Realmente siento lo que dije, nunca te llamaré así de nuevo

Sollozó tan fuerte como se lo permitieron sus pulmones y negó repetidamente con la cabeza diciendo una y otra vez cuánto sentía lo de está mañana.

El corazón de Shisui se apretó al ver a su hija de esa forma, no quería que ella llorará, no su pequeña.

—Oh mi bebé, ven aquí —tomó la carita de su hija secando sus lágrimitas, y con su camiseta limpio los mocos que salían de su nariz, luego de eso la tomó entre sus brazos esparciendo muchos besitos por sus cachetitos —nunca dudes de cuanto te amo —volvió a secar sus lágrimas —no pienses que me voy a olvidar de ti, no de mi princesa.

—Oh mami pensé que me odiabas —se aferró a la ropa de su madre, sollozando e hipando un poco.

—¿Como voy a odiarte? Nunca lo hice cuando no podía tomar un baño decente para cuidarte, ni cuando no me dejabas dormir.—acarició su cabello ébano.—
Eres mi niña, la primera y nadie nunca podrá cambiar eso —dejo un besito en su cabeza —¿tienes hambre?

—Si mamá —asintió dejando por completo de llorar.

Tomó el agua de la bandeja e hizo que Arashi tomará un poco, luego de eso enrrollo un poco de pasta en el tenedor y lo puso frente a la boca de Arashi. Al comienzo ella fruncio el ceño, pero luego abrió la boca gustosa de volver a ser alimentada por su madre igual que cuando era más joven que ahora. Comió casi todo y Shisui está más que feliz por ello, pues tiene una preocupación menos.

—Sabes mamá —terminó de masticar lo último que quedaba en su boca  —estuve hablando con el señor melocotón antes de quedarme dormida y me dijo que cuatro son mejores que tres y yo creo que tiene razón mami

—¿Entonces ya quieres a tu hermanito?
—la miró con ojos brillosos, volviendo a llevar el plato a la bandeja.

—Si mamá, así yo podría ser Peppa y el George —sonrió feliz, al parecer había desaparecido su tristeza.

Shisui giró sus ojos, no soportaba a esa estúpida cerda, no entendía que le veían de interesante a una niña malcriada que ensuciaba su ropa saltando en charcos de lodo.

Pero si así era su forma de demostrar amor hacia su hermanito, entonces estaba más que complacido. Dejó un último beso en su cabellera y tomó los trastes sucios para llevarlos a la cocina en dónde ya se encontraba su esposo tomando un vaso de agua.

—¿Comió algo? —cuestionó arrojando el vaso al fregadero.

Shisui asintió haciendo lo mismo con los otros trastes que llevaba consigo. Se acercó hasta su esposo y lo abrazo mientas aspiraba su aroma, su día había sido muy tedioso, largo y realmente desastroso, sólo quería ser abrazado hasta dormirse.

—Ella ya no está enojada, incluso dijo que quiere ser Peppa y su hermanito será George —giró sus ojos con desagrado, realmente no le agrada en lo absoluto aquella cerdita malcriada.—Tengo miedo de si el bebé resulta ser niña la llame sussie oveja

Itachi rió fuerte haciendo vibrar su pecho, pero mantuvo entre sus brazos a su esposo.

—Peppa uno, Masha cero

Otra vez no pudo evitar rodar sus ojos.

Un esposo para Shisui |ShiIta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora