8

2.7K 307 57
                                    

Fui a trabajar más tarde ese día y decidí ocultarme en la cocina durante las seis horas. Me cambié mi uniforme y estaba feliz de encontrar una camisa que se ajuste a mis senos porque estaban a segundos de salir.

Michael apareció con una bandeja de platos en sus manos y él momentáneamente atrajo el contacto visual conmigo antes de colocarlos abajo.

-Oye, Michael–murmuré torpemente, y él educadamente sonrió, pero ambos sabíamos lo que pasaba por nuestras mentes.

–Uh-hey Jen–habló.

–¿Necesitas ayuda con algo? –Yo apenas hablaba.

–Necesito llevar algunas cajas de fruta al bar de licuados en el salón Calypso. Me gustaría una mano–Se encogió de hombros un poco, pero pude sentir lo desconcertante que estaba.

Entré en la habitación fría después de él, temblando ligeramente. Cuando entré en el interior un ruido detrás de mí se escuchó y salté del miedo. Me di la vuelta, notando que la enorme puerta metálica se había cerrado de golpe.

–Jesús–susurró y corrió hacia la puerta –olvidé decirte que la cerradura de esta cosa se rompió y mantiene encerrado a todo el mundo aquí. Tienes que mantener el pestillo cuando entres, así que no te encierra como a nosotros

Michael grito varias veces antes de que alguien nos escuchó finalmente y abrió de nuevo para salir de ahí. Por un segundo pensé que íbamos a morir congelados.

Cogimos la fruta a la sala de estar y colocó debajo del bar por la máquina de batido. Me eché el pelo de nuevo en un moño después y ambos tomamos un rápido paseo de vuelta a la cocina.

–Entonces, ¿está la Señora Manoban de buen humor hoy?, tengo que llevar el servicio de habitación a su oficina y quiero un buen consejo–murmuró en voz baja, como si una parte de él no quisiera que lo oyera.

Incliné la cabeza, vacilando en mis palabras. –No la he visto todo el día.

–No pensé que estarías con ella, quiero decir, no me malinterpretes, no me importa la diferencia de edad

–Michael, deja de hablar de eso–me reí un poco. –En realidad tuvimos una discusión y bueno, hemos terminado, nunca volveré a hablar con ella.

Suspiró aliviado con una pequeña risita, sacudiendo la cabeza mientras empezaba a limpiar los mostradores.

–Bueno, es una loca

–Supongo.

–Oh, lo siento, no quise ofenderte ni nada. –murmuró con un gesto de disculpa.

–Lisa puede ser una idiota, estoy contenta de estar lejos de ella. –Salté sobre el mostrador mientras él limpiaba, y él se detuvo repentinamente cuando vio que me acercaba.

–Me alegro de que no estés con ella, no te burles de mí ni de nada, pero creo que eres genial y creo que si tú, uh ... sales conmigo, entonces yo sería un poco genial también, No te estoy forzando

–Realmente no ... Uh- no estoy en la gente con la que ... trabajo ...

–Está bien, Jen, no tienes que hacer excusas -rió de nuevo, pero parecía algo herido. –Si no quieres salir conmigo entonces solo dímelo.

–No es eso, Michael, es sólo que he tenido un día difícil y no estoy buscando una relación ahora mismo.

Levanté una ceja, pero él volteo la cabeza hacia atrás para mirarme con incertidumbre.

–Sin embargo, podemos ser amigos, ¿verdad?

Él sonrió un poco.

–¿Quieres ir a tomar una copa después de tu turno? Termino a las seis, hay un bar en la calle que está abierto toda la noche

Llámame papi 2 - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora