Camila miraba a sus amigas; tenía una a cada lado. Taylor trataba de que Alexa no gritara como estúpida cuando viera a un chico lindo; Camila solo reía de sus peleas. Sabía como terminaría todo; con ellas caminando abrazadas hacía su casa, tratando de que la despedida sea larga para estar más tiempo la una con la otra.
- ¡allí va uno!- exclamó Taylor apuntando a uno en bicicleta. Un moreno con una polera blanca que le quedaba de maravilla; pero ella sabía, ciertamente, nadie podía igualar la belleza de Lauren; Aunque fuera una chica. Si tan solo Lauren sintiera lo mismo que ella, las cosas serían tan fáciles! - pensamiento que, a menudo, pasaba por su mente.- Camila, ve por el.
- ¿Yo?- preguntó confundida. La chica pensaba en su pequeña mente que ningún chico nunca podría estar enamorado de ella; no era lo suficientemente buena para nadie, y el estar sola toda su vida, era algo que le preocupaba- no…
- ¡yo iré!- exclamó Alexa, quien siempre era la que resaltaba mas. Corrió hacía donde estaba el chico para poder alcanzarlo. Ellas miraban de lejos.
- Es una idiota- musitó Taylor.
- ¿Porque lo dices?- preguntó confundida- O sea.. Puede serlo a veces..
- ¿que no lo ves?- rió Taylor. La chica parecía mantener una bastante buena conversación con el chico que iba en skate.-Tan solo presta un poco más de atención en lo que hace... Tiene tanta belleza, tanta personalidad, y no puede quedarse con ni un solo chico que de verdad la quiera..
- Quizás no encuentra uno- se encogió de hombros.
- No, ese no es el problema- reiteró Taylor- Yo creo que Harry está mas que dispuesto a quererla- hizo referencia a su primo- y amarla por el resto de su vida, pero ella no lo deja, ¿Porque? Porque está ocupada, una cita con un idiota por cada día que pasa.. Eso no es justo ni para nosotras, ni para ella, ni mucho menos para el pobre Harry.
- Puede ser- se encogió de hombros. Allí venía la chica corriendo nuevamente hacía donde estaban.- Pero siempre pregunta cuando llegará.. Creo que también le gusta.
- Si, pero no le da la pasada hacía su corazón.. A veces creo que lo hace a propósito.
- ¿adivinen que?- exclamó Alexa. El chico en bicicleta había desaparecido completamente- ¡se llama Zac y me conseguí su número!
- ¿Zac?- levantó una ceja Taylor- ¿lo vas a llamar?
- Quizás mañana lo haga
- Mañana llega Harry- reiteró Camila.
- Cierto.. Bueno, quizás salga con el en la tarde- sonrió. - me tengo que ir.. Adiós muchachas, las quiero- se fue corriendo, desapareciendo por completo.
- ¿ves a lo que me refiero?- preguntó Taylor levantando una ceja.
- Si.. Es una idiota, pero es nuestra idiota- rió Camila.
- Probablemente..Volvamos a casa, ¿quieres?- preguntó Tay. Las chicas siguieron caminando camino a su destino, en lo que Camila pensaba en la chica. La buscaba hace tanto tiempo sabiendo que está allí; como la gente feliz sigue buscando la felicidad, al igual que los borrachos buscan una casa sabiendo que tienen una. ¿Cual era el punto? ¿Sonreír por que eran amigas? ¿Llorar porque nunca serían más que eso? ¿O porque vivían lejos, y no se veían tanto como ella quisiera que fuera? ¿No era ella ya obvia con el estar enamorada por Lauren sin que- según ella- Nadie supiera? A cierta edad, tenía todavía un poco de amor propio, otro poco de picardía. Las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear; en su caso la chica.
¡Ahora, ahora si que lo sabía! el recuerdo fue a su mente cuando caminaban. Ahora si que estaba segura, ¡ahora si que si! Fue el momento en el que rieron por primera vez cuando comenzó todo; cuando la vio por primera vez y la chica de ojos verdes le dedicó una sonrisa tan grande que nunca nadie le había dedicado, Lauren la cuidaba, y la protegía, por ser, Camila, su única amiga de la calle, entonces, Lauren rió, así es, rió con ese sonido, el mejor de la vida; su risa, y ahí fue cuando comenzó todo; ahí fue cuando Camila comenzó a sonreír cada vez que la veía.
Se encontraban paradas en frente de la casa de su amor. Iban a entrar y ella la iba a ver; iba a hacer su mejor esfuerzo por esconder lo que sentía, pero sabía que en el fondo no lo haría.
- ¡abran!- exclamó Taylor. Se escucharon los pasos de alguien, y allí se encontraba la madre de Lauren.
- Hola par de bobas- fue lo primero que dijo. Aquella señora siempre las trataba con esa dulzura; era la palabra que les decía de cariño. Taylor estaba de cumpleaños un día antes de Camila, por lo que decía que lo boba era problema de fechas. A pesar de todo, la señora quería mucho a Camila.
Entraron; Lauren se encontraba en el sillón hablando con una chica que Camila desconocía el nombre; pero Taylor sabía perfectamente quien era. Zoey. No era que le caía mal la chica; pero había algo en ella que no le gustaba para nada. Esa forma muy estúpida de ser; hueca, tan hueca como una nuez que no tiene nada dentro.
- Camila - la chica la miró con los ojos brillantes. Zoey miraba hacía todos lados confundida.
- Hola Lauren- la saludó.
- Ella es .. Zoey- suspiró Lauren. Zoey se levantó para saludar a la chica.
- Hola Camila - le sonrió. La chica le devolvió la sonrisa- Um.. Lauren me habló de ti, debes ser una buena amiga..
- Tal vez- rió ella mirando a la chica que inmediatamente se sonrojaba.-
- bien.. Me tengo que ir- se disculpó Zoey - nos vemos..- desapareció por la puerta. Todos quedaron en silencio luego de que se fue; Camila miraba a Lauren; allí como luciérnaga, sin decir nada, pero siempre brillando.
El teléfono de Camila comenzó a sonar.
- ¿Hola?- preguntó.
- Camila, tu mamá se va a ir en unos minutos, ven a despedirte de ella..- escuchó la voz de su abuela.
- voy en unos segundos- respondió la chica. Quedó un poco intrigada con Zoey; no le había agradado para nada su rostro, su voz, nada.
- Me iré- musitó finalmente- los veo luego.
- te voy a ir a dejar...- se levantó Lauren.
- No es necesario...
- Por favor, déjame ir a dejarte- la miró con dulzura.
- Está bien- suspiró finalmente.
- iré a... A... Allí- suspiró Taylor desapareciendo por la puerta. Las dos jóvenes enamoradas salieron, al fin tenían un tiempo a solas para poder hablar.