Salida

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Sol se quedó dormida hace dos horas más o menos, hecha un ovillo junto a mi, en este tiempo aprendí a usar el dispositivo que consiguió, toda la información de la base, los planos y la información que reunieron sobre nosotros hasta ahora, ya la aprendí, pero lo que encontré me tiene preocupado, no estoy seguro de si debería compartir la información con ella, por lo menos ahora no es un buen momento, no si queremos salir de aquí y me temo que con esto no quiera hacerlo o quiera matarlos a todos.

Me gusta verla dormir, no tiene el ceño fruncido como cuando está despierta, como si odiara a todos, supongo que ahora que sé cómo fue su vida, antes de llegar aquí la puedo entender, es gracioso porque al mismo tiempo me parece muy dulce, parece frágil y al mismo tiempo es muy fuerte, aun que, quien soy yo para juzgar.

En cuánto a mi mismo, es extraño leer sobre mi y sentir que es la vida de alguien más, todo me parece tan ajeno, tal vez ignore todo y empiece de cero.

Eso me gustaría, pero el camino que emprenderemos es arduo, tal vez estemos muertos en menos de un mes, pero si todo sale bien tendremos la posibilidad de una vida simple y normal, pero ¿Qué diablos es lo normal? soy consciente de que está mal usarla de está manera, y tal vez no quiera estar conmigo en el futuro, pero también es la única forma de salvarme.

Esta recostada usando mi brazo como almohada, mientras le acaricio el pelo, está bien disfrutar la paz entes de la tormenta, antes de que tal vez mandemos a todos en el mundo al infierno, pero no me importaría hacerlo si con eso logro mantenernos con vida, supongo que me estoy enamorando pero es absurdo, o no, al final llevamos 6 meses de conocernos aún que hayan sido borrados de nuestra memoria, supongo que hay partes de mi que la recuerdan, la manera en que su cuerpo encaja con el mío, el aroma de su cabello me es tan familiar, como sí fuera parte de mi, o tal vez solo es el síndrome de Estocolmo haciendo lo suyo.

La escucho suspirar y se qué está a punto de despertar, es algo que siempre hace, bosteza y estira los brazos para desperezarse, cuando habla su voz es baja, no sé si está siendo sigilosa o sigue medio dormida

— ¿Y bien?

Me acerco a su oído para susurrar que puede entrar a mi mente, siento como se estremece mientras hablo, ahora parece un poco más despierta, se cubre la cara con el brazo y casi de inmediato me llega un pensamiento perezoso.

— ¿Encontraste algo que nos sirva?

— Me ofende que cuestiones mi habilidad. En realidad encontré muchas más cosas de las que esperaba, te cuento todo cuando estemos lejos de aquí, ya tengo un plan para escapar, por desgracia tendrás que hacer la mayor parte tu sola.

— Quiero llevar al otro mexicano.

— ¿Por qué? — maldición, eso cambia un poco mis planes, nada que no pueda arreglar, pero no lo quiero con nosotros.

— Nos podría ayudar, él controla el clima.

— ¿Solo es por eso? — tiene un punto, son dos rojos y nos ayudaría, aún que eso aumentaría nuestro nivel de riesgo y llamaría mucho la atención, aún que su comentario no es mal intencionado hirió mi orgullo, me hace parecer inferior y menos competente.

— Si

— No lo conocemos, podría resultar contraproducente y nocivo para nuestros planes - espero que con eso ceda, pero por la expresión en su rostro lo dudo.

— Si en el edificio hubiera otro guatemalteco, ¿No querrías llevarlo contigo?

— No

Hay pocas cosas que me importen llegados a este punto, pero no soy emocional como ella, se le puede ver la frustración en la cara y sé que no se rendirá fácilmente, me gusta que me desafíe.

Génesis 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora