Los Cuentos de la Vida

1. "El Príncipe que fracasó en el amor"

Inconscientemente todos buscamos un amor. A temprana edad o no. Lo anunciemos al mundo o lo tengamos en silencio. Niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos; todos encuentran a su otra mitad, a quien pueden decirle "mi gran amor".

La historia del Príncipe Soñador no es tan diferente a todas las que has leído. Él quería encontrar a un amor. Toda su vida leyó y estudió en su fantástica biblioteca sobre el sentimiento del amor. ¿Cómo se conoce a una persona?, ¿Por qué se le entrega todo de uno?, ¿Cómo saber si serán felices para siempre?, ¿Cómo se siente conocer al dueño de tu corazón?

El Príncipe Soñador, no sabía mucho del amor. Pero su corazón quería guiarlo por primera vez. Le pidió al Gran Rey realizar una gran fiesta en el palacio. Debían invitar a todo el pueblo, de esa manera su ansioso corazón podía palpitar por primera vez al conocer a su gran amor.

El Gran Rey complació a su querido Príncipe Soñador. La gran fiesta se haría esa noche, bajo las pulcras paredes del palacio. Fueron invitadas todas las personas del pueblo, desde nobles hasta plebeyos. Tal como el Príncipe Soñador solicitó. 

Emocionado y corriendo a su habitación, el Príncipe Soñador tomó asiento en su pequeño y cómodo escritorio. Tomó en su delicada mano la pluma con tinta y sobre un pequeño pedazo de papel, escribió en bellas palabras cómo sería genial conocer a su gran amor.

"Cuando te vea cruzar el umbral.

Cuando mi corazón quiera salir de mi pecho.

Cuando nuestros ojos se crucen.

Cuando mis manos suden.

Cuando mi lengua no se mueva.

Entonces sabré que eres el dueño de mi vida."

Con una sonrisa, el Príncipe Soñador guardó el papel lleno de hermosas letras. Levantándose con energía, se dirigió a las sirvientas que lo ayudarían a vestirse para esa gran noche. Las mujeres le arreglaron su mejor traje, blanco como su dulce inocencia. Le hicieron las mejores cuencas de oro y le pusieron sus brillantes joyas.

El Príncipe Soñador sonreía mostrando sus brillantes y blancos dientes. Frente a él, en el reflejo del Espejo de cuerpo completo, estaba el hombre más feliz de esa noche. Sus ojos se iluminaron con alegría al imaginarse que alguno de los presentes sea quien le regale el mejor de sus bailes.

Finalmente la fiesta llegó, al palacio entraron desde nobles hasta plebeyos. Todos en sus mejores trajes. Una de las sirvientas le avisó al Príncipe Soñador y con gran valentía bajó al gran salón. 

El Gran Rey abrió la velada y todos en el gran salón comenzaron a danzar. El Príncipe Soñador se unió a la grata tonada. Todos querían bailar con el bello y encantador hombre, querían regalarle el mejor de sus bailes y las más brillantes sonrisas. Pero ninguno logró que el Príncipe Soñador volará al mundo del amor.

Bailó y bailó, hasta que su cuerpo se cansó. Ningún noble o plebeyo lo hizo suspirar. Estaba por darle fin a su búsqueda, decepcionado por no haber obtenido su gran y esperado encuentro. No le dio tiempo de caminar a la salida, cuando en el gran umbral entraba con una gran sonrisa el hombre de sus sueños.

Castaño y adictivo como el café, bellos ojos avellana y una aura encantadora.

El corazón del Príncipe Soñador revoloteó con alegría, sus manos finas se llenaron de sudor frío y sus piernas por primera vez le comenzaron a fallar.

Era él. 

La persona que siempre esperó. Sin embargo al Príncipe Soñador le rompieron el corazón.

Tan pronto como suspiró de amor, también lo hizo de dolor.

A lado de su Príncipe Encantador se encontraba una Princesa llena de Belleza. Tomados de las manos, ambos se unieron a la hermosa danza del gran salón.

El Príncipe Soñador desapareció. Sabía a la perfección que su corazón no se equivocó. Pero el destino no quería verlo feliz en esa ocasión. Por ello le dio como alma gemela a quien ya era feliz con alguien más. 

Entre las delicadas paredes de su habitación, lloró. ¿Algún día podrá encontrar la exclusividad en el amor?