Capitulo VI. Del amor al odio

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Maratón 1/2

POV SUMMER.

Abro los ojos lentamente pero la flojera me gana y los vuelvo a cerrar, puedo sentir como las suaves y seguramente caras sábanas de seda rodean mi cuerpo. Me acurruco un poco más y al querer rodar un poco mi cuerpo siento como un fuerte agarre alrededor de mi cintura me lo impide. Inmediatamente abro mis ojos y bajo la mirada encontradome con un grueso y trabajado brazo. Aprovecho y detallo los símbolos tribales que le cubren todo el brazo derecho y sonrió al pensar lo sexy que es, aún así no quita que me sienta un poco incómoda al respecto ya que aún no me siento preparada para ese tipo de... contacto.

Me percató de las inmensas ganas de ir al baño que tengo ya que de un momento a otro se hacen incontrolables pero al tratar de siquiera moverme su agarre me lo impide. Cuando logro pararme un poco siento como su agarre se vuelve más fuerte y no cede más distancia. Las ganas de ir al baño aumentan si es posible y eso hace que me desesperé.

—Dom—lo llamo pero nada—Hey Dom—nada absolutamente nada—!Hey Idiota!—golpeo su brazo y nada que se inmuta el muy desgraciado—!DOMINICK—sus ojos se abren desorbitados y de inmediato se sienta en la cama de un golpe llevándome con el.

—¿Que pasa mi luna? —su mirada recorre la habitación buscando algún peligro pero al no encontrar nada se gira hacia mi—¿Te duele algo princesa?—la preocupación es palpable en su voz y me examina con la mirada buscando algún daño. Su mote hace que mi corazón lata un poco más rápido.

—Quiero ir al baño—me mira confundido y con cara de ¿Que querías que haga? El muy tonto no lo capta—Tu brazo Dom—señalo su estremidad que en ningún momento ha soltado mi cintura.

Me sonríe divertido mostrándome su característica sonrisa de pasta dental, haciéndome recordar que yo aún no me he cepillado los dientes.

Cómo si tuviese un resorte en el trasero salgo disparada de la cómoda cama y el me suelta de inmediato y tras cerrar la puerta del baño con seguro hago mis necesidades con tranquila. El alivio es casi de inmediato y al estar sentada aún en el inodoro los recuerdos de ayer hacen que una sonrisa tímida adorne mi rostro.

Al salir del baño y ver a Dominick acostado en la cama los nervios me hicieron una mala jugada y me quedé congelada sin saber que hacer el muy a pesar subió la mirada y me encontró parada ahí como una estúpida pero que me mirara de arriba a abajo con tanto detenimiento hizo que un ligero hormigueo recorriera la punta de mis dedos y que mi corazón quisiera salir corriendo de su lugar.

—Te ves...—dudo un momento buscando la palabra correcta haciendo que dudara aún más y que malas reacciones vinieran a mi cabeza.—...preciosa. En serio mi camisa te queda de puta madre nena.

El sonrojo no se hizo esperar en mi cara, y mis piernas temblaban como si de gelatina se tratase.

—Gra-gracias—me repaso una vez más de arriba a abajo y pude notar como sus pupilas estaban oscuras y dilatadas. Al parecer quería sacar algunos pensamientos de su cabeza ya que la sacudió y cerró los ojos con fuerza para luego mirarme menos tenso.

—¿Vemos películas?.

Y así pasamos toda la tarde viendo pelis de acción hasta ya bien entrada la noche.

Niego con la cabeza al recordarlo. Algo en su mirada causó un ligero calor en mi vientre y no quiero ponerle nombre a esa sensación ya que no me quiero asustar.

Observo mi reflejo en el espejo y me veo como un desastre aunque ya eso es algo normal en mi. Por el contrario Dom se ve jodidamente bien al despertarse.

Todo en el se ve bien.

Aprovecho y me decido por tomar una ducha caliente. Al terminar abro lentamente la puerta del vestidor y asomo la cabeza asegurándome de que no hay nadie, y con nadie me refiero a un espécimen de ojos grises de 1.95 de altura. Al ver que el perímetro está despejado cierro la puerta con seguro y me decido por una sudadera gris.

La Mate del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora