POV SUMMER.
Estoy harta.
Hoy se cumplen 2 meses del ataque a Blue Sky. Dos meses encerrada en la mansión. Dos meses sin ver a Dominick.
Con lo último no sé si gritar de frustración o echarme a llorar. Tanto tiempo encerrada hace que lo extrañe cada vez más, pero al mismo tiempo mi resentimiento hacia el crece por sus estúpidas imposiciones. Con el paso de las semanas he empezado a odiar a todos a mi alrededor, los odio por cumplir las órdenes de Dominick sin pensar en el daño colateral que causan en mí. Cuando me enteré que se había ido sin despedirse no pude evitar sentirme ardida. Los días siguientes a ello trate de sobrellevarlos de la mejor manera posible. Manteniendo mi mente ocupada para evitar pensar en todo lo que sucedía a mi alrededor. Y el primer par de días funciono, cotillear con Miriam y Laura por la mañana y durar toda la tarde leyendo cualquier libro de la inmensa biblioteca o jugar con mi móvil, pero como toda rutina se volvió monótona y repetitiva. Ya no había nada de lo que cotillear y ya no tenía ánimos de leer y mucho menos de jugar en el móvil.
A la segunda semana no me di por vencida y explore por mi propia cuenta la mansión encontrandome con un gimnasio y una sala de juegos en el piso inferior. Ya que no podía salir al exterior usaba la cinta de correr varias veces al día tratando de gastar en algo mis energías, al terminar me daba un baño relajante que solía alargarse por varias horas. Inconscientemente ansiaba el final del día para que quizás al siguiente todo acabará y el regresará. Pero eso no sucedió.
A la tercera semana la ansiedad por saber de él y volver a sentir su presencia rondando la casa no me dejaba dormir y empezó el insomnio. Las grandes ojeras enmarcaban mis ojos dándole un aspecto cansado y enfermo. Gracias a las pocas horas de sueño toda mi rutina se volvió más lenta y retardada. Los chicos al ver mi lugubre estado de ánimo intentaban animarme de muchas maneras pero ninguna funcionaba. Les roge un montón de veces que me ayudaran a salir por un par de minutos pero ellos solo agacharon la cabeza y dijeron que no podían desobedecer las órdenes del alfa. Tanta fue mi impotencia que les deje de hablar al darme cuenta que aunque me arrodillara ante ellos no me ayudarían.
A la cuarta semana decidí preguntarle a una delta por el paradero de Kylie ya que se me hacía muy extraño no haberla visto en las últimas semanas.
-Ella se fue de la manada mi luna. Por razones... Familiares.
-Entiendo ¿Tienes idea alguna de cuando volverá?
-Ella no volverá nunca luna.
Ese cuento de que se fue por razones familiares no me lo creo. Además de que su respuesta fue tan... mecánica. Obviamente me estaba ocultando las verdaderas razones de su partida. Aunque lo último lo dijo con una seguridad y convicción petreas, estaba totalmente segura sobre ello. Decidí no preguntar más por el momento haciéndome una promesa silenciosa de que iba a averiguar la verdad sobre su paradero. Aún no entiendo porque todos me ocultan las verdades en este lugar. Lo único que hacen es orillarme a buscar las respuestas por mi misma.
A la quinta semana me decidí volver a la biblioteca y me encontré con un libro de medicina lycan. El libro era exageradamente pesado, pero eso no impidió que lo llevará a mi alcoba y lo empezara a leer sin descanso. Fue fascinante descubrir que eran inmunes a los distintos tratamientos humanos ya que su organismo los rechazaba. Gracias a ello su medicina era totalmente distinta a la nuestra, se centra totalmente en antídotos de todo tipo ya que los hombres lobo no contraen enfermedades dependen de la medicina solamente cuando sufren de algún tipo de envenenamiento o herida. Después de encontrar un cuaderno en blanco en la biblioteca empezé con mis propias anotaciones e ideas para mezclas nuevas, manteniendome entretenida.
ESTÁS LEYENDO
La Mate del Alfa
WerewolfSummer Harrison es una adolescente de 16 años que lleva una vida normal junto a sus padres estrictos y su irritante hermano mayor. Lectora emperdenida, inocente y testaruda esas palabras podrían describirla perfectamente.Pero varios hechos traumátic...