III

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La noche de Sunghoon había sido tranquila y plena, era un sábado por la noche que gracias a Lady Gaga no tenía que hacer algún trabajo de la universidad.

Las copas iban y venían sin importar cuantas.

No supo en que momento Jake desapareció junto a un tal Beomgyu, le preguntaría quien era más tarde, quizás mañana.

Estaba mareado y sin saber bien que hacer ni donde se encontraba, su madre estaría muy decepcionada si lo viera de esa forma, pero como no estaba había que disfrutar.

Como un balde de agua fría se dio cuenta que estaba igual que hace un mes, solo que esta vez estaba sobre el lavamanos de un baño público besándose con Jay.

Los besos atacaban sus ya rojos labios, el sabor a frambuesas dulces estaba volviendo loco al rubio, quería más.

Sunghoon se sentía demasiado extasiada del toque de su mayor, disfrutando cada mordida, cada beso, disfrutándolo el simple hecho de volver a ver a Jay.

El rubio besaba los hinchados labios del pelinegro de forma agresiva y posesiva, queriendo apoderarse de ellos, deseando ser el único que los tocara.

Sunghoon se dejaba hacer y deshacer con Jay, se sentía muy mareado entre el alcohol ingerido y el perfume de su contrario, no podía formular pensamiento alguno.

El calor se hizo presente entre ambos, despojándose de sus polos siguieron su sesión de arduos besos.

En el momento en que Jay beso su cuello supo que estaba perdido, se sentían demasiado bien, demasiado correctos, su mente ya no estaba recordándole que tenía alguna atadura sentimental, al contrario, le recordaba que ahora era libre de hacer lo que quisiera sin preocuparle nada más que la horrible resaca que tendría al día siguiente.

La ropa se empezó a hacer realmente incomoda, pero no quería hacer nada más que besarse en ese baño, podía estar necesitado y ebrio, pero aún conservaba un poco de modales.

Tomando valentía Sunghoon empujo levemente el pecho de Jay para alejarlo de sus labios y poder hablar.

-Jay-ah creo que deberíamos seguir en otra parte-. Musito bajito el pelinegro, la música afuera era bastante alta pero aun asi Jay logro escucharlo.

El rubio asintió complacido por la petición de Sunghoon. –Vamos a mi casa lindo-. Sunghoon solo asintió en respuesta, sabía que Jay no vivía en el campus asique tendría que depender de alguien para volver a su habitación al día siguiente.

Subieron al auto de Jay para dirigirse a la casa de este, Sunghoon reviso la hora, aún era bastante temprano y él ya estaba ebrio desde hace bastante.

Marcaron las 1:12 minutos y Sunghoon recibió una llamada de Jake diciéndole que pasaría la noche con ese tal Beomgyu y que no se preocupara si no aparecía hasta el lunes. Asi era siempre, no esperaba que este fin de semana fuera diferente, Sunghoon solo le dijo que él estaría con Jay y que tampoco se preocupara, que en caso de cualquier inconveniente lo llamaría.

La llamada fue cortada cuando Jay estaciono el auto fuera de una casa bastante amplia.

-Mis padres no están, tenemos tiempo-. Sunghoon supo por la manera en que lo dijo que esa noche la disfrutaría demasiado, aun tenia resentimientos en si por negársele hace un mes.

Al momento de entrar sus labios se encontraron nuevamente volviendo al juego de las mordidas y succiones, realmente podrían acostumbrarse a ese estilo.

Para Sunghoon, Jay se veía como el chico perfecto, bueno, amable e inteligente, pero ahora era todo lo contrario. Un Jay sonrojado por el calor creciente de su cuerpo tomaba con fuerza los muslos del más bajo para levantarlo y besarlo, los labios rojos e hinchados realmente apetecibles combinados con las perfectas facciones del rubio y su pelo revuelto creaban una escena que Sunghoon nunca olvidaría y se volvería su favorita, donde Jay se veía como un chico malo.

ᴊᴀᴍ - ᴊᴀʏʜᴏᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora