≛ ˚.*ೃ Five

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Algunas luces son un poco ambiciosas, incluso algunas no tienen ningún rumbo en la vida.

— Traigo mi carta de renuncia. — Murmuró un moreno Alfa de ojos felinos, intentando no cruzar miradas con su ahora ex mejor amigo.

Después de todo lo ocurrido, Minho tomó la decisión de renunciar al puesto que tenía en la empresa de Jeon, no solo por el hecho de que sería incómodo, se sentía avergonzado, su conciencia estaba sucia y el también, había echado a perder años de amistad, una amistad la cuál no merecía ahora.

Esa noche Jungkook llegó a su departamento, sintiendo todo silencioso y vacío, su lobo se empezó a sentir un poco triste, pues estaba acostumbrado a oír los chillidos de su ex pareja, sentía enojo aún, pero eso no quitaba que había llevado años de relación con el Omega y que habían sido muy buenos para el, pero todos una mentira.

Durmió con un espacio de sobra en su cama, se tuvo que hacer el desayuno el solo y aunque no fue fácil, aprendió a freír un panqueque sin quemarlo después de varios intentos, pero no le importó, disfrutó el pasar ese pequeño tiempo con el mismo, comprendiendo que la traición sería algo complicado de superar, pero tarde o temprano pasaría.

Ahora el que ya no era su hermano estaba parado al frente suyo, sin dirigirle la mirada y pidiendo que su carta sea aceptada, pero a quién vamos a engañar, incluso la persona más pacífica guardaría resentimiento en su interior.

— Está bien, ahora vete y porfavor no vuelvas a pisar esta empresa sin mi permiso en un buen tiempo. — Respondió, mirando la pantalla de la máquina que tenía en frente, el chico moreno suspiró, quería arrodillarse y pedir disculpas, pero las palabras no le salían de la boca, actuó como un cobarde y estaba pagando las consecuencias, seguidamente y con un peso en la espalda salió de la oficina.

En unos minutos llegaría el antiguo amigo y vaya que Jungkook tenía ganas de verlo.

De pequeños eran inseparables, corrían de aquí para allá, cachorros jugueteando de manera tan descuidada y tierna, todos los que los rodeaban juraron que esa amistad no iba a durar mucho tiempo, pues por un lado el chico de nariz respingada soñaba con ser bailarín, mientras que el otro chico soñaba con ser empresario de la ciudad.

Tomaron sus propios caminos, distanciándose por un buen tiempo, perdieron contacto e incluso creyeron que las personas tenían razón, esa amistad no daba para más.

— ¿Está es la oficina de Jeon Jungkook?

Pero ahora ambos estaban frente a frente, con sonrisas sensibles al darse cuenta de cuánto habían crecido y todo el tiempo que había pasado, se miraron con tristeza también, pues ninguno la había pasado fácil y verse ahora así, fue totalmente conmovedor, aún podían verse cuando eran pequeños y tenían pequeñas peleas, pero a pesar de todo seguían siendo el par inseparable de la escuela, de la cuadra y de las fiestas.

— Cuánto tiempo, mi Hobi.

Ambos se sumieron en un fuerte abrazo, recuperando los años perdidos de amistad entre los dos, Hoseok estaba tan sensible que incluso derramó unas cuántas lágrimas, sabiendo que pronto llegarían las risas de su amigo.

— No cambiaste nada, sigues siendo un llorón.

— Y tú sigues siendo un conejo malhumorado.

Estallaron en risas, ahora empezando a darse leves golpes entre ellos, sin duda ninguno había cambiado, Hoseok iluminaba a Jungkook con su alegría, con su sinceridad y lealtad, mientras que Jungkook abría puertas de oportunidades a su querido amigo gracias a su inteligencia, el apoyo que le brindaba y lealtad mutua.

Pasaron los minutos y cuando lograron calmarse ambos, se sentaron para poder chismosear y hablar de todo lo que había pasado últimamente en sus vidas.

𝑀𝑎𝑛𝑜𝑠 𝐷𝑒 𝐴𝑛𝑔𝑒𝑙 *ೃ 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑚𝑖𝑛 «𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora