≛ ˚.*ೃ Twenty Five

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Si regresara el tiempo se bien que nada cambiaría, el espacio entre la luz y el obscuro se que te vería llorar.

— Jimin Hyung...

— ¿Qué pasa Tae?

— No me agrada Hoseok Hyung...

— ¿Por qué? El es muy buena persona.

— Es que... Es que cuando estábamos por dormir el hablaba con muchos Omegas y les decía cosas lindas...

El par de Alfas se habían ido del hospital al departamento de Jimin para sacar ropa limpia, ya que en unos minutos le darían de alta, en eso, ambos Omegas se quedaron solos en la habitación, dándose mimos y contándose como se sentían o cómo les había ido, los dos ya estaban más tranquilos por suerte, el castaño se sentía cada vez mejor tanto emocionalmente como física, aunque no era suficiente ya que en ratos tenía miedo de cometer algún error de nuevo o ser insuficiente como persona.

Taehyung aún estaba confundido, no sabía que era Hoseok para Jimin, no le había gustado para nada dormir con un Alfa desconocido de aroma rico y sonrisa perfecta, su pecho temblaba cada vez que escuchaba la voz empalagosa de ese Hyung que hablaba por celular con quién sabe quién, aunque de todos modos, en medio de la noche no pudo evitar abrazarlo y acurrucarse en su pecho, pensando que era Jimin, cada vez que recordaba esa escena sus mejillitas se teñían en un intenso color rosa, jamás se había sentido así.

— Tae, ¿Tienes fiebre? Estás rojito...

— Nada Hyung. — Murmuró el menor acostando su cabecita en el hombro contrario para así acurrucarse e intentar esconderse. — ¿Hoy si dormiremos los dos juntos?

— Claro que si y te abrazaré mucho. — Sonrió.

— Llegamos. — La puerta se abrió y dos Alfas ingresaron con una pequeña sonrisa, fue el momento exacto cuando el menor de todos chilló en sus adentros al sentir ese fuerte aroma de menta dulce característico de Hoseok.

— Taehyung, Hoseok, ¿Podrían salir un ratito? Debo cambiarme... — Murmuró el castaño con una suave sonrisa tímida, mirando de reojo a su novio quién también sonreía, después de lo que sucedió en el baño, los dos ya estaban un poco más tranquilos, aunque tenían mucho más por charlar, lo importante era de que ya no habría tanta incomodidad.

Una vez ambos mencionados salieron y se quedaron solos, Jungkook empezó a sacar la ropa cómoda y holgada que había escogido para su pequeño, al igual que la ropa interior como medias y boxer, mientras que el castaño se desvestía con timidez, el contrario intentaba no fijar mucho su vista en el cuerpo que tenía en frente para evitar incomodar, aunque de todos modos tuvo que hacerlo para ayudar.

— ¿Qué pasó aquí? — Cuestionó el mayor señalando con sus dedos el muslo blanquecino que tenía un moretón en medio.

— Uhm... No lo sé, la verdad no recuerdo como me lo hice...

— Mira, aquí hay otro. — Ahora señaló la rodilla rosa, la cual tenía un hematoma más intenso, como si hubiera sido hace poco.

— Tal vez me los hice cuando me desmayé, mi piel normalmente es así, no soporta nada tosco. — Suspiró, deslizando el pantalón de algodón por sus muslos hasta colocarlos de manera correcta, seguido por la campera abrigadora, las medias y un gorrito que abrigaría sus orejitas del frío clima.

— Llamaré al doctor para que te haga los últimos chequeos y recete tus vitaminas.

— Está bien, te espero aquí, no tardes...

— No lo haré. — Se acercó al rostro de su menor para depositar un dulce y tierno beso en los labios regorditos de Jimin, para después separarse y salir de la habitación, dejando entrar a los otros dos que esperaban afuera.

𝑀𝑎𝑛𝑜𝑠 𝐷𝑒 𝐴𝑛𝑔𝑒𝑙 *ೃ 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑚𝑖𝑛 «𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora