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Regados sobre la alfombra de su salón íntimo yacían una gran cantidad de cajas con rollos de películas, todos protagonizados por la señorita Haruno, además de algunas revistas donde aparecía ella, varios calendarios y su máxima joya: Un ejemplar de Playboy Magazine, de enero de 1955, que contenía una gran foto de Sakura en sus páginas centrales; se trataba de una fotografía firmada por Shikamaru Nara.

¡Ah, ese Shikamaru Nara!.... Él recordó con pena lo que había ocurrido un año atrás. Le había costado mucho trabajo averiguar dónde se encontraba Sakura; pero cuando lo supo se puso en acción de inmediato. Había descubierto que Sakura Haruno pasaría unos días en Florida, para ser retratada por el excelente fotógrafo Shikamaru Nara. Afortunadamente lo supo con tiempo, pues para el no es fácil viajar; tuvo que realizar una serie de conexiones para poder viajar en tren solamente de noche. Finalmente llegó al lugar indicado, pero solamente para descubrir que ella ya se había ido a un lejano lugar de diversión llamado "África Rural", a unos noventa kilómetros al norte de Miami.

Él averiguo el nombre del hotel donde se hospedaba -Utilizando a fondo sus poderes, pues en esta ciudad no es fácil obtener información- y ahí se instaló para esperar su regreso. Ocultó espero largo tiempo; por fin la vio llegar al hotel, pero ella no se retiró a su habitación, sino que se quedó en el vestíbulo platicando con algunas personas. Él se movía para observarla detalladamente y así la siguió hasta el restaurante, dónde ceno con otras personas que la estaban esperando. A pesar de su molesta posición de espía, Sasuke disfruto ampliamente de aquella espera, pues miraba embelesado la presencia viva del objeto de sus más ardorosos anhelos; vistiendo aquel leotardo entallado que era todavía mejor que su desnudez. Era tanta su ansiedad que determinó que esa noche ella sería suya. Finalmente, justo la una de la mañana, ella se levantó de la mesa, y aparentemente se encaminó a su habitación; esta fue la primera vez que la veía sola y se puso a seguirla a prudente distancia; se sentía nervioso, como un enamorado adolesentes persiguiendo a la chica de sus sueños, angustiado por no atreverse a abordarla, pero eso lastima a su orgullo de viejísimo caballero.
¿Cómo había podido llegar a esto?
Él, que era descendientes de visigodos,
¡Príncipe de Walaquia!
¡El terror de los invasores otamanos y de los traidores bastardos!.... Esa forma cobarde e infantil de actuar no le iba para nada bien; y lo peor era que en sus absurdas meditaciones había perdido un tiempo precioso y ella había desaparecido ya por una esquina del pasillo; apresurando el paso llegó al pasillo y lo vio vacío, evidentemente había entrado a su habitación y ya no tenía acceso a ella, pues era ridículo tocar la puerta y pretender que Sakura recibiera a un extraño.

PORNORAMA.  ( TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora