II. We are young.

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19 de agosto [10 años atrás].

We are young sonaba en la radio del auto, mamá conducía hacía casa. Era viernes, lo que significaba estaría sola durante toda la tarde; sabía la rutina de mi madre, luego del trabajo salía con algún hombre a cenar. Mientras tanto, yo tenía que quedarme en casa, almorzar sola y esperar a que algo divertido se me ocurriera.

–¿Puedo usar la alberca?– pregunté sin mirarla.

–Sí, ha dicho Luis que quedó lista. También el baño del jardín está listo, para que no entres mojada a casa.– su móvil sonó, era esa maldita aplicación de citas.

–¿No vendrás a cenar?– pregunté, aunque la respuesta ya la sabía.

–Cariño, tengo una cita esta noche, puedes pedir algo y pagarlo con la tarjeta, o puedes preparar algo, la alacena está llena.– siempre decía eso.

El almuerzo fue aburrido y un poco triste, hablé con papá luego de eso y sólo pude decirle lo mucho que le extrañaba a él y a su madre. Veinticinco minutos después estaba sentada en el suelo del salón.

La casa era espaciosa, tenía tres habitaciones, tres baños, un salón, la estancia, el comedor y la cocina. El cuarto de lavado estaba a un costado de la cocina y había una puerta corrediza que daba al jardín trasero. La alberca era pequeña, cabían aproximadamente 20 personas en ella.

Aunque sólo estaba yo dentro.

Justin Bieber cantaba en mi radio, las nubes se movían lentamente y el sol comenzaba a dejar marcas en mi piel.

Una notificación llegó a mi móvil, así que me moví de nuevo a la orilla, era una notificación de facebook, una nueva solicitud de amistad.

"Morgan Garzón"
La acepté y pronto llegó un mensaje.

Al parecer tu día también es aburrido. ¿Voy o vienes?

Sonreí suavemente al leer el mensaje, al parecer tendría alguien con quién hablar durante toda la tarde.

Luego de decirle a Morgan que podía venir a casa, salí de la alberca para esperarla. The Neighborhood ahora cantaba en mi móvil y sólo me limité a disfrutar la canción.

El timbre sonó cinco minutos después así que corrí a la puerta, al abrirla una castaña con grandes ojos verdes me miraba con una sonrisa.

–Vives justo detrás de casa.– dijo luego de besar mi mejilla como saludo.

–¿Por qué no me dijiste? Pude abrir la cerca.– cerré la puerta detrás de ella.

–Pensé que eso sería muy stalker de mi parte. ¿Estás sola?

Asentí.

–¿Qué haremos? Traje un par de películas...– comenzó a buscar dentro de la mochila y sacó una caja. –El Jenga y le he robado dos botellas de cerveza a mi padre.

–¿Bebes?– le pregunté con curiosidad.

–Un poco, sólo cuando tengo la oportunidad de robarle alguna botella a mi padre.

Sonreí suavemente. –Bueno, yo tengo galletas, refresco y agua.

–Te acepto todo.– Morgan sonrió ampliamente.

I still don't forget you: Calle & Poché Donde viven las historias. Descúbrelo ahora