Roux
Un sonido me despierta.
La habitación está oscura, me levanto de la cama, y salgo en busca del sonido. Al salir, veo por la única pared de vidrio del departamento que ya es de noche.
El sonido proviene de mi celular. Lo busco y veo que son las diez de la noche.
Tengo un mensaje de Katerina, lo leo y no respondo.
Ella aún me espera, quiere que vaya a Rehén.¿Debería ir?
Doy golpecitos con el celular en mi mano izquierda mientras lo sostengo por un borde entre los dedos de la mano derecha.
Camino a mi habitación sin pensar mucho en la decisión que tomé.Rápidamente trenzo mi largo cabello, me quito las bragas y la camisa. Busco un body de encaje negro con escote en V, una falda engominada de color gris plateado y mis tacones de siempre. En la Universidad no me atreví a llevarlos en toda la semana, pero aún así me vestía elegante con zapatillas o borcegos.
Hoy verán una Roux en tacones que no conocían.
Me pongo máscara de pestañas, un poco de labial rojo y reviso mi bolso antes de salir.
Llevo algo de maquillaje, mis documentos, dinero, el celular y las llaves del departamento. Llevo todo lo que necesito.Una vez abajo, saludo con prisa a la recepcionista del turno noche y camino hacia el bar.
Hay mucha vida esta noche de viernes.
Camino las calles con paso seguro, robando miradas y murmullos de apreciación hasta llegar a Rehén.Todo está como lo recordaba, mucha gente y buena música actual y de décadas pasadas.
No pasa mucho hasta que veo al grupo de Katerina en la pista bailando. Todos están en parejas, menos Javier que mira todo el lugar en busca de algo.
Sus ojos celestes me encuentran, y sus labios forman esa sonrisa leve que curva la esquina de sus labios.
El recuerdo de Xavier haciendo lo mismo cuando lo vi por primera vez fuera de mi habitación en el yate, me golpea con fuerza.
Le devuelvo la sonrisa como puedo y camino hacia el grupo.— Roux, has venido. — dice emocionada Katerina mientras me abraza rápidamente.
Me presenta a la pareja que está en el grupo y no conocía, y luego se pone a bailar con Nicolás. Los saludo, también a Javier y me dejo guiar por la canción del momento.
Los minutos pasan al igual que las canciones y Javier se acerca más y más a mí.
— Estás deslumbrante. — susurra en mi oído mientras pasa una mano por mi cintura. — Baila conmigo. — sonrío aceptando.
La canción que se escucha es para estar muy cerca, y lo estamos.
Bailamos otras más, no bebí nada en toda la noche y tengo sed, pero no beberé nada con alcohol.
Es momento de irme.
Saludo a las dos felices parejas que no se han soltado en toda la noche, saludo a un confundido Javier y salgo del bar.
Una vez fuera, camino unos pasos y escucho que alguien me llama.
— Roux. — doy media vuelta ante aquella voz poco profunda y me encuentro a Javier.
Vi como me miraba en todo momento al bailar. Le gusto, y mucho, pero a mí no me atrae ni un poco.
No debería dejar que me acompañe a casa, pero lo hago.
Mientras caminamos, vuelvo a sentir el peso de una mirada en mi espalda.
Otra vez no, por favor.
Es realmente molesto.Apresuro mis pasos mientras Javier habla sobre sus planes a futuro y yo muevo la cabeza para que sepa que lo escucho.
Llego al edificio donde está mi departamento, me despido rápido de Javier y entro al ascensor.
Entre tanto apuro no saludé a la recepcionista.Llego a mi departamento, apoyo la espalda en la puerta cerrada y respiro aliviada. No sé cuánto tiempo estuve allí, pero al escuchar la puerta al final del pasillo en el mismo piso que yo, salgo de mi estupor y me voy a la cama.
Aún no conozco a la persona que vive allí.
Me desvisto y meto en la cama un poco enojada por la situación incómoda que vivo al salir de noche.
No me gusta esto, y tiene que terminar.Una semana atrás, había decidido no salir más por temor, pero ahora saldría para demostrarme que no había nada allí que me hiciera daño.
Al contrario, había algo escondido en las sombras que debía ser sacado a la luz.
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Destino con opciones ©
Short StoryCONTINUACIÓN de 'Destino sin opciones'. Roux Dark está retomando su vida luego de vivir los últimos cinco años en un yate en medio del mar. Debido a un viaje que realizó a sus dieciocho años, sobrevivió al trágico accidente automovilístico (intencio...