Parte sin título 23

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- ¿Me vas a cuidar agente Suarez? – digo intentando poner voz de chica tímida, como la que solía tener hace unos dos años. Si, precisamente esa.

A Suarez se le escapa una sonrisa cabrona, de esas de chico malo que a las chicas nos llega hasta los huesos.

- No esperes eso de mi nena.- dice con una voz ronca, pecaminosamente sexy.

Me muerdo un poco el labio inferior intentando contener un gemido, mientras le miro al brillo de sus ojos.

Suarez pasa una de sus manos por mi nuca mientras que con ella me tira del pelo ejerciendo bastante presión haciendo que mi cabeza se eche hacia atrás, el aprovecha para repartir besos húmedos por el cuello. Yo cierro los ojos.

Suarez aprovecha mi distracción y desciende sus manos hasta mis muñecas, yo pienso que va a darme la mano, así que hago el hámago de cogérselas pero este las aparta. Lo miro unos segundos a los ojos.

- Pensé que ibas a entrelazar tus manos con las mías. – digo despacio, mientras Suarez rebusca entre sus pantalones.

- ¿Y por qué haría algo así? – me mira a los ojos mientras sujeta sus esposas entre sus manos.

- Pues para tranquilizarme. – Digo. esta vez con mi voz normal.

Suarez me mira por varios segundos de arriba a bajo intentando descifrarme y después se le escapa una sonrisa de lado.

- ¿Necesitas eso, pequeña? Que te tranquilice, no?- Suarez habla un poco resignado, mientras muestra las esposas que tiene en las manos.- yoo... tenia pensado esposarte. No hare nada que no quieras . si no estas preparada puedo llevarte a tu casa- Dijo serio.

Me quede unos segundos mirándole, tratando de pensar como iba a reaccionar. ¡caray! Había dado con idiotas pero este le superaba a .... No, no le superaba a Ian. En definitiva Suarez era mi prototipo cabrones y con mala leche.

Le extiendo las manos a Suarez con las palmas hacia arriba. – hazlo- le susurro.

Se vuelve a rascar la nuca, - no quiero que te sientas presionada.-

- No lo haces.- acto seguido Suarez me esposa las manos cruzándolas en la espalda. Abro los ojos de par en par y alucino con la destreza que tiene para hacer esto. ¡claro es policía!.

-estas bien?- pregunta mirándome directamente a los ojos. – perfectamente, si no me las apretaste apenas, como seas así los presos se te van a escapar. -le bacilo. Por que quiero enfadarle, quiero llevarle al limite. Me gusta eso.

- eres tu muy exigente para ser una pequeña virgen no?- se mofa de mi mientras se va acercando y me aprieta mas las esposas – duele?

- niego- siguen flojas – continuo mi pique. – a cambio Suarez me da una sonrisa ardiente, y aprieta las esposas tanto que noto que me tocan la piel. Me duele un poco pero cuando el me pregunta lo niego, no para hacerme la fuerte si no porque quiero sentir dolor físico y olvidarme del emocional. Si Suarez es bueno en la cama le dejare hasta que me de por el culo y me peque cachetadas.

- ¿Alguna vez te han esposado pequeña? - la voz ronca de Suarez esta en mi oído.

- Asiento- si, tu una vez- digo con voz inocente- lógicamente no era la primera vez que me esposaban, pero seguían en mi rol de chica inocente.

Suarez se acerca a mi repartiéndome besos húmedos por el cuello, los hombros va bajando por el pecho sin cesar. Me coge la camiseta por la parte del pecho con ambas manos y tira de ella desgarrándola de un solo tirón. Yo abro mucho los ojos sorpendida. El me mira como si lo que acabara de hacer fuera lo mas normal del mundo.

mi vida sin ti ( saga vendida 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora