III

594 37 4
                                    


III.

IAN

"No la amaste. En realidad, no quieres estar solo. O tal vez, ella te hacia sentir bien sobre tu miserable vida. pero no la amaste, por que uno no lastima a la persona que ama. "

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuando llegue a mi casa, la sentía tan vacía que daba hasta miedo. Seguía sin creérmelo, no quería estar sin ella. Me empezó a doler el pecho y la rabia se apoderaba de mí, creía poder controlarlo todo, que todos acatasen mis ordenes, pero no se puede comprar todo con dinero, y ella me lo acaba de enseñar.

Cierro los puños me pelee con todo lo que tengo delante, paredes, puertas me da igual, estoy fuera de mi y lo peor de todo es que lo sé. Rompo gran parte de la casa tiro mesas, abalorios y todo lo que halla a mi paso, y sigue sin liberarme.

Miro mis manos están sangrando. Mierda estoy sangrando mucho, normalmente estoy acostumbrado en mi trabajo a que los demás sean los que sangran y no yo, me miro las heridas como si fuera la primera vez que veo una. Se con certeza que necesitare varios puntos, demasiados. Me lo tengo merecido por estúpido. Intento ir a lavarme un poco las manos, pero en el proceso de ida, noto que me flojean las piernas y me caigo al suelo.

Mi cabeza la siento como si estuviera en otro sitio, intento abrir los ojos, pero me pesan las pestañas, noto un olor distinto, no huele a mi casa, huele demasiado a desinfección y sigo notando punzadas de dolor en las manos. Oigo unas voces, intento mirar de donde proceden, pero lo diviso todo medio borroso.

- El jefe sigue dormido, vamos despiértalo tu Marcos. - escuchaba a las voces hablar.

- ¿Yo? Que va tío, esta de mal humor seguro, además tenemos que ponerle puntos y todos sabemos que cuando se trata de el es un poco opresivo.

- ¿Opresivo? La palabra correcta seria quejica.

Estoy escuchando hablar a los enfermeros deben de trabajar para mí, los estúpidos podían haber aprovechado que estaba inconsciente para haber me puesto los puntos, los inútiles y no tirarme aquí toda la noche tirado.

-os estoy escuchando. - les digo para avisarles.

- señor somerhalder, como esta jefe? - atina a decir uno de ellos.

- no muy bien, veo todo borroso, debo de haber me dado en la cabeza al desmayarme. ¿Me habéis hecho un tac?

- si, se lo hizo el doctor Suarez, en cuanto llego y estaba todo correcto, lo llamaremos para que lo revise de nuevo, mientras tanto nosotros tenemos que curarle las heridas.

- genial, me tocaron los dos novatos, pienso reprender al que esta al cargo de este maldito hospital cuando yo no estoy.

- los chicos me pichan la anestesia, mientras yo no paro de quejarme.

- ah ¡imbéciles me hacéis daño! _ no tengo humos para nadie.

- lo siento señor- dice el que esta con la aguja cosiéndome, mientras el otro me sujeta la mano para inmovilizarla.

- ah! ¡ah! - sigo quejándome.

- ¿le pongo más anestesia marcos? - le preguntaba uno al otro.

- tienen anestesia ya de sobra, no se puede poner más, tendrá que aguantar un poco.

-Aguantar un poco? Pero si me estáis matando, bien os estáis vengando de mí. Les dije enfadado.

mi vida sin ti ( saga vendida 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora