Procurando no hacer ruido, se acerca a la silueta que permanece recostada sobre la cama y estira la mano a la altura de la nariz, suspirando de alivio al sentir esa suave respiración que es la confirmación de que está profundamente dormido. Ya ha perdido la cuenta de las veces en que ha estado en la misma posición cada madrugada, sin embargo, no puede evitarlo después del profundo miedo que experimentó al enterarse que Erwin fue gravemente herido, perdiendo el brazo derecho en la monstruosa boca de un titán. El solo recordarlo le provoca un escalofrío que lo recorre de arriba abajo.
A pesar de que su trabajo en el cuartel se multiplicó, lo más complicado fueron las primeras noches, ya que el mayor apenas conseguía conciliar el sueño por los intensos dolores y de lograrlo, no tardaba en despertar empapado en sudor por las pesadillas. Poco a poco eso se esfumó, excepto la angustia constante que lo invade durante los periodos en que el comandante duerme, ya que la parte irracional de su cabeza parece convencida que se repetirá lo sucedido con su madre, quien una noche se acostó y no volvió a despertar. La sola idea de perderlo a él también lo asusta de sobremanera.
En esas casi dos semanas estableció una rutina, siendo lo primero llevarle el desayuno al rubio, luego se reúne con los líderes de cada escuadrón a planificar las actividades del día, un montón de papeleo lo mantiene ocupado antes de asegurarse que el mayor almuerce, un par de horas posteriores las dedica a la limpieza; colocando especial énfasis en el dormitorio y oficina, lo último de la tarde se divide entre entrenar a los reclutas (tanto su escuadrón como los nuevos) y más papeleo aburrido.
-Hey, ya terminé el informe de los experimentos de hoy, pensaba entregártelos por la mañana pero vi la luz encendida, ¿Vas a trasnochar, Levi?- pregunta sentándose al borde del escritorio, inclinándose hacia el pelinegro, quien suelta un gruñido para apartarla por la frente.
-No molestes, cuatro ojos, estoy muy ocupado, Tsk, no entiendo por qué esos cerdos de la capital quieren todo por escrito.
-Así supervisan nuestro trabajo, ten cuidado con lo que escribes, no somos muy populares- aconseja encogiéndose de hombros y se levanta con la intención de marcharse, lo cual solo es un amago al recordar cierta conversación- Oye, sé que quieres ayudar pero no te sobrecargues de trabajo, Erwin está preocupado.
-¿Te dijo algo?
-Me pidió que te vigile, no te has dado cuenta pero estás más pálido que de costumbre y tienes ojeras, ¿Estás descansando o te desvelas cuidándolo? Supongo que lo segundo, hey, Levi- lo llama sujetándolo por la barbilla para asegurarse que le presta atención e ignora el ceño fruncido- Erwin es muy fuerte, su determinación es mucho más grande que cualquier titan y aún tiene mucho por hacer, él no se irá.
Esas palabras lo toman desprevenido, siendo incapaz de ocultar su sorpresa por la precisión con que acaban de leer sus acciones. Si Hange lo sabe, entonces ese hombre también. Mientras los pasos se alejan; dejándolo solo en la oficina, es inevitable que la ansiedad crezca en su pecho.
Al no lograr concentrarse, decide terminar por hoy y regresa al dormitorio, siendo recibido por la tenue luz que se filtra por la ventana, la cual le permite apreciar la silueta dormida sobre la cama. Aligerando los pasos se acerca a comprobar que sigue respirando, con lo que no contaba es que a diferencia de las ocasiones pasadas, la mano contraria envuelve su muñeca en un firme agarre y escucha esa grave voz que lo paraliza.
-Puedes fingir que esta conversación nunca existió, Levi, siempre he estado dispuesto a morir por esto, perder mi brazo derecho es un bajo precio por todo lo que he hecho, creo que ni siquiera la muerte será suficiente para expiar mis pecados. Siempre he hecho lo necesario para cumplir con el objetivo, apuesto todo por obtener un resultado favorable que muchas veces no consigo y los cuerpos continúan apilándose bajo mis pies- afirma intercambiando una larga mirada con el pelinegro. Si hay alguien que realmente lo entiende, es él- ¿Sabes por qué no te permití ir a la misión para rescatar a Eren?
-Porque estaba herido, no era útil así.
-Te equivocas, contigo las probabilidades de éxito aumentan considerablemente y las bajas son menores, lo más conveniente hubiera sido llevarte, sé que lucharás sin importar tus heridas.
-¿Entonces por qué me ordenaste quedarme?- pregunta sentándose al borde de la cama y contiene el aliento al recibir una caricia en la mejilla- Erwin...
-Porque no soporto la idea de perderte, estabas herido y no podías luchar con toda tu fuerza, no importa si fuera una pequeña posibilidad, no quería arriesgarme a perderte, ¿Puedo creer que sientes lo mismo? ¿Puedo creer que esa es la razón por la que haces esto tantas veces durante la madrugada?- pregunta esbozando una sonrisa al notar la vergüenza que se refleja el rostro contrario, confirmando sus suposiciones- Gracias por cuidarme, gracias por quedarte a mi lado.
-Estabas muy mal... parecía que no despertarías... como mi mamá... yo tampoco quiero perderte... prométeme que seguirás aquí, promete que pase lo que pase no te irás.
-Lo siento, no puedo prometer eso, Levi, sé que llegará el momento en que uno de los dos ya no seguirá aquí, ambos conocemos los riesgos de cada expedición fuera de los muros pero si logramos liberar a la humanidad, si logramos un mundo sin titanes, entonces ninguna muerte será en vano, daremos un sentido a todas esas vidas sacrificadas, incluida la tuya o la mía, lo único que puedo prometerte es que me quedaré contigo hasta el final, pase lo que pase.
Tal vez es por lo íntimo de la situación o la sinceridad en esas palabras que lo vuelven vulnerable y no opone resistencia cuando lo instan a recostarse, acomodando la cabeza en ese firme pecho. La posición le permite escuchar los rítmicos latidos ajenos; la prueba fehaciente de que continúa ahí, y por primera vez desde que comenzaron esas noches de angustia, piensa que será capaz de conciliar el sueño.
-Intenta descansar, Levi, por ahora, no iré a alguna parte, me quedaré contigo.