Chifuyu Matsuno

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Este One-shot contiene breve lemon
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Un frío abismal recorría las calles de Moscú, aún más debido a la hora tan temprana, ni siquiera sus dos abrigos y par de guantes la ayudaban a mantenerse caliente. El taxi amarillo podía perfectamente destrozar sus ojos, un color chillón y llamativo que le desagradaba totalmente.

Ishikawa ____ arrastro su pesado equipaje hasta el vehículo, despidiéndose del lujoso hotel que la aerolínea les había proporcionado a todos los empleados. Chifuyu Matsuno caminaba a su lado, seguramente con la intención de compartir el transporte, ya estaba acostumbrada a él luego de trabajar más de cinco años como su copiloto. -¿Lograste descansar? El viaje hasta Japón es agotador.- Pregunto en un intento de romper el silencio, luego de aquella vez donde se olvidaron que eran compañeros de trabajo, Chifuyu parecía ignórala.

-Sí, dormí lo suficiente para no entregarte el mando a ti, tranquila.- Ahora la chica ni siquiera sabía porque diablos se preocupaba por alguien como él.                                                                              El taxista tomo ambos equipajes para colocarlos en el maletero , abriendo la puerta de atrás para ellos. 

El trayecto hasta el aeropuerto transcurrió con un horrible silencio acompañado de la mala estación de radio que el hombre mayor escuchaba, todo un fracaso para sus intentos de arreglar las cosas con él. 

-Mira, me da igual si quieres ignorarme, pero al menos deberías dejar de tratarme como una molestia, porque después de todo yo no te obligue a que te acostaras conmigo.- Advirtió ____ mientras acababan de acomodarse en la cabina del avión. El chequeo de papeles había sido rápido esa vez, lo agradecía infinitamente, los retrasos eran una verdadera molestia.

Cuando la torre de control les aviso que estaban aprobados para despegar Chifuyu tomo el micrófono, listo para hablarle a los pasajeros. -Muy buenos días, amables pasajeros, les habla su capitán, Chifuyu Matsuno. El despegue sera en breves minutos, por favor permanezcan en sus asientos y abrochen sus cinturones de seguridad.- 

Luego de una hora de estar volando su cabeza le dolía, estaba de muy mal humor y la actitud de su compañero no ayudaba, se sentía torpe por darle tantas vueltas al asunto. -¿Por qué me odias?- La pregunta salio de sus labios antes de poder pensarla adecuadamente, logrando que Chifuyu arrugara su nariz en señal de disgusto.

-No te odio, tampoco me arrepiento de haberme acostado contigo, pero de verdad no quiero hablar de esto justo ahora.- Su respuesta, tan simple y a la vez complicada de comprender, todo él era como un maldito rompecabezas y ella no era alguien que gozara de paciencia.

-Entonces asumiré que eres un idiota, uno que no sabe lo que quiere y que solo juega con las mujeres. ¿Eres así con todas? Las enamoras con palabras bonitas y una vez que te acuestas con ellas, solo las desechas. Debí saber eso, soy tan estúpida.- Hablo la chica con cierto enojo mal disimulado. -Olvídalo, te dejare el mando, voy al baño un momento.- Rápidamente transfirió el mando al piloto a cargo, levantándose de su lugar para ir al baño de la tripulación. 

El resto del viaje fue verdaderamente incomodo, la cabina estaba sumergida en el silencio, hablando solamente para los anunció y para advertir de una pequeña turbulencia. Por suerte el aterrizaje fue perfecto, escuchando desde la cabina los aplausos de todos los pasajeros, siempre que los escuchaba no podía evitar recordar su primera vez en un avión.

Cuando acabo de despedirse de sus compañeros se dirigió al estacionamiento, su bonito  Ford Mustang de 1967 estaba ahí, luciendo su preciosa pintura negra. Retiro la alarma antes de abrir el maletero, dejando su equipaje dentro, se podría decir que ese bonito coche era su posesión más valiosa.

-Maldita porquería, siempre me dejas tirado, voy a tirarte en el taller de Draken ya veras.- La voz familiar de Chifuyu se escucho por todo el lugar, podía divertirse  escuchándolo maldecir porque era pésimo en eso, también en otro montón de cosas. Dudándolo un instante acabo por rodear su auto, viendo a su menor pelear con aquella motocicleta, se veía tonto y sexy.

-Deja de luchar con ella, no va a encender porque el motor está fundido, Chifuyu. Mejor deja eso y sube al auto antes de que me arrepienta.- El chico que había parado su repentina lucha solo se mantuvo en silenció, llevando su maleta hasta el auto y la misma fue colocada en la parte trasera.

-Gracias, también disculpa las molestias que te estoy ocasionando.- Menciono una vez que habían entrado en el coche, la calefacción de verdad lo estaba ayudando a sobrellevar el frío. Durante el camino él se dedico a verla de forma discreta, su nariz y las lindas pestañas que parecían siempre estar rizadas. Una chica bonita, con carácter y también inteligencia. -Me gustas tanto.- Y el auto freno de golpe, generando así una cadena de bocinas acompañadas de insultos, la chica de inmediato volvió su atención al camino, no sin antes sacar su dedo medio por la ventanilla.

Condujo sin responder  aquello, al menos hasta llegar al departamento del rubio, no estaba dispuesta a que gente desconocida la insultara por frenar nuevamente de golpe. - Tú eres un verdadero idiota, juegas conmigo y con mi calma, luego me dices que te gusto y yo parezco una colegiala con las piernas temblando por ti. Eres malditamente mi tipo, Chifuyu.- 

Cuando la última palabra abandono sus labios el chico ya estaba sobre ellos, presionándolos en un beso suave y dulce. ____ enredo sus dedos en el cabello oscuro, tirando un poco para que se atreviera a ir más profundo, un beso más intimo y necesitado. 

Las manos ajenas habían desabrochado ambos cinturones de seguridad, moviéndose así con más facilidad. Chifuyu había dejado por fin la timidez que le impedía acercarse a ella desde lo ocurrido, ahora se sentía más seguro de gustarle y eso estaba siendo de apoyo. El beso acabo con ambos  agitados y sonrojados, sus uniformes también se encontraban un poco desalineados y sin dudas un pequeño percance apretaba el pantalón del chico.

No sabía como, pero ambos se habían bajado del auto y adentrado al departamento del chico, la necesidad de más toques los estaba carcomiendo. Apenas cruzaron la puerta principal él ataco sus labios, manteniendo sus manos en la cintura de la chica y, entre pasos descoordinados, acabaron en el suelo. Los labios de Chifuyu bajaron con lentitud hasta su cuello y a la vez sus manos subieron por debajo de la camisa, atesorando la suave piel debajo de sus dedos.

El ambiente apuntaba a una buena noche, pero los gritos de "Feliz cumpleaños" arruinaron por completo los planes. Entre tantos viajes había olvidado por completos la fecha, todos sus amigos estaban ahí con las bocas abiertas por la sorpresa.

-¡No vale!- Grito Takemichi mientras dejaba caer el cartel.- Al final los sorprendidos fuimos nosotros.- 



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One-shots ~Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora