Manjiro Sano

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Este One-shot contiene lemon muy leve.

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El rubio frente a ella parecía a punto de desfallecer, era lo normal si llevaban más de media hora entre besos y roces, más no avanzaban. La piel quemaba debajo de su vestido, pero Manjiro se negaba a retirarlo, como si su cuerpo fuera la cosa más horrorosa que alguien pudiera ver jamás.

Ya un poco agotada de todo eso, lo empujó, levantándose de la cama en una rabieta que poco le interesaba a él. El lloriqueo no removió nada, solo creo una sensación de asco en su estómago, deseaba tanto dejar de escucharla. ¿Por qué no era ella?

Ya harto de todo eso, tomo el arma que reposaba en la mesa de noche y le apuntó, disparando a la lámpara de pie detrás de la mujer. Ella gritó y tapo sus oídos, lágrimas bajando por su rostro pálido, similar al de ella.

Pasos rápidos y el estruendo de la puerta de hotel, todo un espectáculo que ya estaba harto de vivir, la vida lo mantenía tan agotado. La idea tentadora de acabar con todo lo inundó, pero la imagen de la mujer que más amo no lo dejaría ni después de la muerte.

El arma se estrelló contra una de las paredes, Mikey grito y golpeó todo lo que se cruzaba. Lámparas, sábanas rasgadas, incluso el juego de sillas quedó hecho añicos en el suelo. El vacío no desapareció.

-____, te necesito tanto ahora, mi ángel.- Justo en ese instante Sanzu entro a su habitación, respirando profundamente antes de comenzar a ordenar, el pelirosa ya estaba acostumbrándose a esos ataques de ira.

Mikey avanzó fuera de la habitación, ignorando todo a su paso, estaba dispuesto a caminar todas las millas que le dijeran con tal de tenerla a ella otra vez.

-Manjiro, deja de quitarme mis dulces.- La chica entre sus brazos se quejó, ella enterró su rostro en el cuello del hombre, besando aquel lunar que tanto le gustaba. Mikey se deshizo, su sonrisa mostrando la alegría que desbordaba.

-Vamos, ángel, déjame tomar algo más que tus dulces.- En un rápido movimiento él la volteó, dejando su cuerpo debajo suyo, ambos compartieron miradas cargadas de anheló. Se deseaban más profundo, más lejos que solo lo físico, ambos se amaban.

Los dedos del rubio jugaron con el cabello de ____, su cadera golpeteando contra la intimidad de su novia, ella apretaba con fuerza su espalda. Todo era un suave descontrol de labios, toques y una que otra risa cómplice.

Compartir un momento tan íntimo sin buscarle el lado perverso, solo dos cuerpos uniéndose sin una intención más alejada al querer pertencerse.

Pero eso jamás volvería, la realidad lo golpeó cuando la tumba frente a sus ojos destacó con letras doradas el nombre de ella. Su mujer, su ángel, su alma gemela.

Manjiro fue quien le arrancó las alas a tal precioso ángel, cuando ella ya no respiraba, cuando ella estuvo fría en sus brazos él lo comprendió. Los angeles no volaban al infierno.

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Si alguien quiere algún One-shot en especial puede escribirme por privado.

No olviden tomar agüita.

One-shots ~Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora