CAPÍTULO 3: Cumpleaños

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2 de julio del 2018:

— ¿Por qué siempre tienen que comerse al chico?— Axel se quejó de la película de zombies que estamos viendo.

—Porque siempre se sacrifica para salvar a la chica. — comí una palomita de un plato que tenía enfrente de mí.

—Sí, pero es patético que siempre muera. — agarró palomitas da mi plato—. ¿Por qué no mejor muere la chica? Total, jamás valora al chico.

—En eso si tienes razón. — Tomé el último sorbo de refresco que tenía en mi vaso—. ¿Quieres más refresco?

—Por favor. — se giró hacia la mesita de noche para alcanzar su vaso y dármelo.

—Ponle pausa a la película. — me puse de pie.

— ¿Enserio?— se quejó.

—No discutas. — le dije yéndome de la hacia la cocina.

Al estar en la cocina, vi que la mamá de Axel estaba preparando el almuerzo. Por el olor me pareció que estaba preparando su fabuloso guisado.

—Huele rico.

—Bueno, es uno de mis especialidades. — Me dedicó una sonrisa—. ¿Quieres probarlo?— asentí entusiasmada.

Ella al darme una cucharada con un poco de caldo y un pedazo de papa pude saborear la delicia del mundo, no es la primera vez que pruebo los platillos que ella hace, pero sin duda cada vez que pruebo algo que ella hizo supera por mucho a las anteriores.

— ¿Y Bien?

—Sabe delicioso. — le regale una sonrisa.

—Genial. — Me devolvió la mirada—. ¿Quieres que les sirva más refresco?

—Sino te molesta.

—Claro que no, dame eso. — Le di los vasos y ella empezó a llenarlos con refresco de uva—. ¿Sabes que se acerca el cumpleaños de Axel? — sacó conversación de la nada

— ¿No era en Septiembre?

—Sí, pero ya casi se acerca. — punto valido—. Y Román y yo hemos pensado de que si tú quisieras ir a celebrarlo con nosotros. — la última frase lo dijo casi como un susurro.

—La verdad me encantaría, pero tendría que decirles a mis padres.

—Oh, tranquila. De eso me encargo yo. — Me dio los vasos ya llenos—. Solo quise saber si te apetecía ir.

—Sería genial que por fin fuera a un cumpleaños de Axel.

—Él se emocionaría si lo supiera ahora mismo, no se lo cuentes, queremos que sea sorpresa.

—Soy una tumba sellada.

—Genial.

Volví a ir hacia la habitación con Axel. Él estaba tan concentrado viendo su teléfono que ni siquiera se había dado cuenta de que yo ya estaba presenté.

—Axel. — me ignoró —. Axel ¡Axel!— por fin reaccionó.

— ¿Si?— despegó la mirada de su teléfono apagando la pantalla.

—Ya. — le enseñé los vasos llenos de refresco.

—Al fin. — Dejo su teléfono en la mesita de noche—. Quiero ver cómo reaccionará la chica al saber que su novio murió. — Me acerqué y volví a sentarme al lado de Axel quién ya había puesto a reproducir la película—. ¿Ahora está llorando por él? ¿Es enserio?— solté una risa por lo que había dicho Axel.

Pasamos casi toda la tarde así, viendo películas de zombies y escuchando las quejas de Axel en casi todas las películas que poníamos.

***

Una Vida Perfecta [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora