Capítulo 48

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—¡¡¡Eso ya no importa!!! —gritó con todas sus fuerzas apretando sus ojos al cerrarlos—. Él ya no está. Se fue y me dejó solo —su voz comenzaba a quebrarse.

Cuando abrió nuevamente los ojos vio a Chloe parada a medio metro de él.

—No estás solo —afirmó con un semblante serio mirándolo a los ojos—. Estamos aquí todos contigo. Estoy aquí, contigo.

—¿Qué estás diciendo? —desvió la vista y extendió sus manos para empujarla lejos de él, pero ella tomó una de ellas y la dejó extendida en el aire mientras que con la otra seguía sosteniendo a Paul.

—Vuelve con nosotros. Vuelve conmigo —le pidió con ternura, casi en un modo de súplica.

—Esos ojos... —su semblante se ablandó—. ¿Por qué siempre me miras así? ¿Por qué siempre eres tú? —preguntó en voz baja con la vista dirigida a sus pies—. Siempre trato de alejarte, y sin embargo... sigues estando aquí, mirándome... con esos ojos.

—Hey... —lo llamó para que levantara la mirada hacia ella, y cuando lo hizo, le tomó ambas manos—. Te atrapé —le sonrió de una manera tierna y divertida.

Esa sonrisa hizo que sus ojos se cristalizaran. El llanto amenazaba con salir.

—Chloe... —musitó entre sollozos.

—¿Sí? —aún mantenía su sonrisa.

—¡¡Sálvame!! —gritó mientras sus lágrimas por fin salían libres.

—Está bien —le dedicó una amplia sonrisa y lo envolvió en sus brazos con toda la fuerza que tenía.

Fuera de todo eso, en el exterior, el cuerpo de Dorian comenzó a brillar nuevamente, sólo que esta vez estaba volviendo a tomar forma humana, y cuando el brillo se apagó, todo el cuerpo de Dorian volvió a verse humano, estando aún cubierto con su símbolo.

Cargaba con él a Chloe y a Paul, así que los apoyó delicadamente en el suelo ya que Chloe estaba inconsciente y luego dirigió su vista a Maximiliam, quien estaba aún desangrándose.

Maldición. Me matarápensó él y corrió como pudo intentando alejarse de Dorian, pero todo intento que hizo fue en vano, pues Dorian lo atacó justo en sus piernas haciendo que esa área explotara y tirándolo al piso.

Cuando Maximiliam volteó hacia Dorian, vio que este se acercaba a él con paso lento y tranquilo con su brazo aún extendido. Creó una explosión de su lado izquierdo. Luego otra de su lado derecho, hasta que por fin se encontraba a pocos pasos de él. 

—Debes estar feliz, ahora puedo usar el símbolo gracias a ti —comentó tranquilamente y transformó el mismo brazo que tenía extendido en una cuchilla, apuntando justo a su cabeza.

—No, por favor... —suplicó aquel hombre y cerró con miedo sus ojos.

Pero Dorian clavó la cuchilla que había creado sobre su cabeza, a pocos centímetros de esta, fallando a propósito.

—Ya estoy muy cansado —suspiró y volvió su mano a la normalidad para después hacer desaparecer el símbolo.

—¡¿Por qué lo estás dejando vivir?! —preguntó Luke sin poder creer lo que estaba viendo, completamente indignado.

—Puede sernos útil, él sabe cómo llegar al castillo. Además, con esas heridas no podrá hacer mucho —dijo él sin darle importancia encogiéndose de hombros.

Cuando dio unos pasos más vio que Chloe ya había despertado. Estaba parada, observándolo en silencio y con una sonrisa un poco leve.

—Me alegra que hayas vuelto —confesó ella, y como respuesta recibió un cálido abrazo de Dorian y unas palabras dedicadas únicamente a su oído.

¿Yo? Caperucita. ¿Tú? El lobo © [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora