Pero Paul no respondió, sólo le dedicó una amplia sonrisa de oreja a oreja cerrando sus ojos un momento, y cualquiera que hubiese recibido ese gesto, sabría que era un gesto de despedida, y él no era la excepción.
En ese instante su forzada sonrisa se desdibujó a una mirada de miedo y desesperación.
—¡¡No!! —negó con fuerza—. ¡No, no, no, no! Si quieres que haga esa promesa tú cúmplela a mi lado, ¿sí? ¡Tienes que quedarte conmigo! —exigió con sus lágrimas ya asomando de sus ojos.
—Esto está tardando demasiado... —susurró Maximiliam para sí mismo ya irritado.
—Lo siento, Dorian, pero yo no...
—Bien, tu turno se acabó, Paul —anunció de pronto Maximiliam arrancando desde la espalda el corazón de Paul para luego hacerlo explotar en su mano.
En ese momento, Paul dio en los brazos de Dorian su último aliento.
—¡¡¡Paul!!! ¡¡¡Paul, Paul, Paul, Paul!!! —repetía incesantemente con todo el aire que sus pulmones contenían y con toda la fuerza que su garganta pudiese resistir sacudiendo de los hombros a Paul con la esperanza de que despertara.
Porque en verdad la tenía. Tenía la esperanza de que quizá todo era parte de una horrible pesadilla y que pronto despertaría, o que Paul no estuviese realmente muerto en sus brazos, con el resto de picadillo de lo que quedaba de su cuerpo a su alrededor, haciendo acentuar el olor a carne y sangre.
De pronto, tal vez por los gritos frenéticos de Dorian llamando a Paul o por el hecho de que Paul no se encontraba presente, todos llegaron algo somnolientos pero igualmente alarmados.
Pero cuando vieron a Dorian de rodillas en el suelo cargando lo que quedaba del torso de Paul con lágrimas brotando de sus ojos y a Maximiliam a un lado presenciando paciente, quedaron todos completamente anonadados.
Aunque lo que pasó luego los dejó a todos atónitos.
Los dientes de Dorian comenzaron a crecer hasta volverse intimidantes colmillos, algo que ya habían visto en ocasiones anteriores, pero lo que más llamó la atención de todos fue que sus ojos se hicieron completamente rojos, su cabello se aclaró un poco y su cuerpo estaba... brillando.
—¡¡Sí!! —gritó Maximiliam eufórico de emoción—. ¡Por fin está pasando! —aclamó con aire triunfal.
Cuando el brillo disminuyó un poco, en todo su cuerpo comenzó a revelarse un símbolo, el mismo que el Rey poseía.
—Sin duda es su hijo —murmuró asombrado—. He visto pocas veces al Rey usando su símbolo, pero no hay duda, definitivamente era el mismo —pensaba en voz alta, pero en un tono imperceptible para los demás.
—Devuélveme a Paul —gruñó Dorian guturalmente. Tenía la voz muy ronca.
Estaba dejando a un lado su parte humana.
—Creo que puedo mejorar esto... —pensó Maximiliam con una sonrisa de lado—. ¡¿De qué estás hablando?! —preguntó sarcásticamente en un tono de burla—. ¡Su corazón fue destruido, ya no se puede recuperar! —vociferó con desdén.
Su cuerpo, de pronto pareció ya no ser humano. Más bien, su cuerpo ya no parecía estar formado por huesos y carne.
Luego de un severo rugido proveniente desde lo más profundo de sus entrañas, su cuerpo nuevamente volvió a inundarse en ese brillo, sólo que el símbolo se había disipado, y en lugar de él todo su cuerpo se deformó volviéndose algo humanoide dejando reconocer casi apenas una figura humana con una textura grumosa. Líquida, como si fuera tal vez petróleo. Sólo que éste era de un color amarillento.
Era la misma textura en la que se transformó Rosa cuando su corazón había sido destruido. Eso recordaba Chloe con claridad.
—¡¡Sin duda eres un monstruo!! —gritó entusiasmado y ebrio en su delirante placer.
Extendió su brazo izquierdo para liberar su símbolo, luego bajó todos sus dedos a excepción del índice y apuntando directamente a Dorian disparó una serie de cortes en grupo.
Parecían no hacerle nada, lo cual sorprendió a Maximiliam, pero aún así el simple intento de atacarlo enfadó a Dorian aún más soltando un rugido todavía más salvaje que el anterior, dejando a todos con los pelos en punta.Aquella espesa masa volvió a sumergirse en el brillo, sólo que ahora se estaba transformando.
En algo mucho más grande.
En algo mucho más salvaje.
En algo mucho más mortal y despiadado.
En un monstruo.
Dorian ya había perdido cualquier pizca de humanidad que pudiese tener dentro de él, pues se había convertido en una especie enorme de algún lobo o cualquier otro canino, de unos tal vez diez metros de altura. Tal vez un poco más. Tenía el pelaje oscuro, del mismo color del cabello de Dorian, cuando no era... eso.
—¿Eso... es Dorian? —preguntó Chloe atónita sin poder creer lo que sus ojos veían.
Una criatura así sólo podría ser visualizada en una de tus peores pesadillas, y sin embargo, allí estaba, rugiendo y destruyendo todo a su alrededor.
—Ni siquiera puedo verlo como Dorian... —confesó Luke avergonzado y atemorizado.
Tanto Jaxs como Lizz se encontraban en silencio. No podían articular ni una sola palabra, y no era como si alguien los fuese a culpar por no poder hacerlo.
—Así que esto es un comedor —comentaba Maximiliam admirando a lo que se había convertido Dorian—. Sí que eres una maldita bestia —dijo con asco y burla—. Ahora sólo tengo que domarte y luego usarte para destronar al Rey... —planificaba en voz baja sin dar importancia a que los demás lo escuchasen.
—¡Hey! ¡No puedes hacer eso! —negó Jaxs indignado por lo que le había oído decir.
—¡¡Él todavía es humano, no tienes el derecho de tratarlo como una cosa!! —esta vez exclamó Chloe enfurecida con aquel hombre.
Quería golpearlo, iba a hacerlo de no ser por la grieta que abrió el suelo justo frente a ella, dejando una buena distancia entre el lado que ella y los demás estaban pisando y el lado en donde se encontraban Dorian y Maximiliam.
—¡Cállense y no se entrometan, ustedes sólo servirían como estorbo! —les ordenó indiferente y les dio la espalda para dirigir su mirada hacia Dorian—. Eso es lo que quiero.
Pero mientras Maximiliam se dirigía hacia Dorian, este le lanzó un feroz rugido y lo intentó atacar, sólo que falló por puntería.
—Increíble, incluso tiene el mismo poder que el Rey —giró la cabeza sobre sus hombros y vio cómo un árbol inmenso posicionado a unos cuántos metros de él había explotado—. A excepción de su pésima puntería, claro.
Entonces saltó hacia el lomo de Dorian y alargó sus dedos haciéndolos garras para arañarle la piel.
Dorian rugió en el momento que sintió el ataque, pero para la sorpresa de Maximiliam, aunque hubiese usado toda su fuerza en su mano, tanta como para abrirle la piel, el ataque no logró hacer más que sólo ocasionarle pequeños cortes muy superficiales.
La piel en ese lugar era demasiado dura, prácticamente impenetrable.
—¡¡Tenemos que ayudarlo!! —gritó Chloe alterada—. ¡No podemos quedarnos aquí parados sólo viendo —luego de decir eso, corrió lo más rápido que pudo hacia la grieta y la saltó, quedando justo en el borde. Entonces caminó hacia él, sigilosa y temerosa.
—¿Qué está haciendo? —se preguntó Jeffry incrédulo.
—¡Eso ya dejó de ser Dorian, sólo va a matarla! —exclamó Lizz asustada.
—¡¡Vamos!! ¡Ayudémosla! —dijo esta vez Luke.
Estaba decidido, pero tenía miedo.
Todos tenían miedo, y sin embargo allí estaban, corriendo hacia una posible muerte inminente.
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¿Yo? Caperucita. ¿Tú? El lobo © [√]
Bilim KurguChloe es una pura-sangre que es perseguida por comedores y bebedores de todo tipo, que la intentan cazar para así obtener el inmenso poder que en ella se almacena. Sin embargo, fuera de todos sus planes se relaciona con un comedor altamente peligro...