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Nezuko jadeaba agotada, sus manos ardían y sentía que en cualquier momento sus piernas le fallarían dejándola tirada en medio del frio y oscuro bosque, los pensamientos pesimistas nublaban su mente, ¿Cómo iba a vengar a su familia si ni siquiera puede hacer bien la primer postura de agua?

Urokodaki ya le había enseñado como usar la respiración para fortalecer su cuerpo, al igual que los conceptos básicos para usar el aliento de agua, le dijo que era uno de los alientos más sencillos de aprender y eso solo la frustraba más, se sentía una inútil, incluso dos antiguos estudiantes de Urokodaki le ayudaban a entrenar, una de ellos, la más amable, le había dicho que en algunos casos los espadachines eran incapaces de adaptar su cuerpo a un aliento y por lo mismo debían buscar otro que se adaptara a ellos.

Apretó los dientes y afianzó el agarre sobre la katana que su maestro le había prestado para intentar de nuevo la postura, no puede darse por vencida, su familia le fue arrebatada por un demonio, perdió todo en una sola noche y lo único a lo que puede aferrarse ahora es a la sed de venganza que mantiene sus piernas firmes en el suelo, sacudió su cabeza para despejar los pensamientos que la nublaban y preparó la espada para realizar la primera postura.

-Si lo haces así volverás a fallar - la voz seria de uno de los chicos que la ayudaban a entrenar se escuchó por el lugar

-¡Sabito! -exclamó sorprendida por la repentina aparición del de cabello damasco

-Toma la katana más cerca de la hoja y separa más tus pies -el de cabellos durazno se puso detrás de Nezuko, tomó sus manos para acomodarlas mejor en la empuñadura de la katana y separó las piernas de la Kamado con las propias -Inténtalo de nuevo -se apartó algunos pasos

La chica cerró los ojos para concentrarse en su respiración, flexionó las rodillas y preparó sus brazos a un costado de su cuerpo, permaneció en esa pose durante algunos segundos mas sintiendo su sangre arremolinarse en sus extremidades para darle la fuerza que tanto añora.

-Aliento de agua, primera postura -abrió los ojos decidida -¡Corte de la superficie! -deslizó los brazos con fuerza de lado a lado, su cuerpo se balanceó junto a la hoja de la espada haciendo un fulminante corte horizontal seguido de una suave estela de agua que rebanó limpiamente los troncos de bambú acomodados frente a ella.

La corta sonrisa satisfecha se borró de su femenino rostro cuando se vio obligada a soltar la katana por las fuertes vibraciones que atravesaban desde la punta del peligroso metal hasta el mango en sus manos, era como si la katana estuviera enojada por haber sido obligada a realizar aquel movimiento.

Nezuko volteó a ver a Sabito un tanto desconcertada ¡La katana se había enojado con ella! Para empezar ¿Era eso posible? Nezuko se negó a pensar en eso

-¿Qué pasó? -le cuestionó el pelidamasco confundido, Urokodaki y Giyuu habían llegado a su lado en algún momento de la práctica de la menor

-Yo... no lo sé -contestó apenada de decepcionarlos

-Pusiste demasiada fuerza en el corte -dijo el mas mayor en su papel de maestro

-Tensaste los brazos más de lo necesario y tu espalda estaba algo rígida -completó el cazador pelinegro

-Ya... ya veo -murmuró frustrada -Lo intentaré de nuevo! -recogió la espada y se posicionó como Sabito le había indicado hace unos momentos.

Realizó el mismo movimiento contra otras varas de bambú procurando reducir la tención en sus brazos y espalda, pero el corte se quedó estancado a mitad de camino, la katana volvió a vibrar, esta vez incapaz de seguir el trayecto marcado por la aprendiz.

Nezuko apretó la empuñadura enojada con su propia incompetencia

-Nezuko -llamó su maestro

La menor solo lo volteó a ver, con la garganta enredada en decepción y los ojos cristalizados en impotencia.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2021 ⏰

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Perfect Couple-||Muzanjiro||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora