El árbitro agarró su silbato.
Un ensordecedor pitido resonó por todo el estadio y durante un instante las gradas parecieron temblar, enfurecidas por el resultado del partido y el cuestionable arbitraje.
Los jugadores volvieron a sus respectivos camerinos envueltos entre diferentes sentimientos pero coincidían en algo, el equipo peruano merecía el empate y el caprichoso destino se lo había negado.
Ya había caído la noche y el enmascarado se encontraba terriblemente frustrado, pues sabía que en algún momento habían sido superiores, entre lágrimas se culpaba a sí mismo por no haber llegado a esos dos rebotes que le hubieran dado la victoria a su escuadra.
Christian Cueva notó el estado de ánimo de su compañero y silenciosamente se le acercó por detrás para animarlo.
- Eh bambino, ¿puedes caminar bien? -
- ¿Qué? - dijo Gianluca aún embobado.
- Te doblaste el pie durante el partido, ¿puedes caminar o necesitas que te cargue?-
- Aaaaa, eso - dejó escapar una sonrisa - Bueno... puedo caminar por mi cuenta -
- ¿Estás seguro?, ¿no quieres que te cargue? -
- No, como nos tomen una foto y la termine viendo mi esposa soy hombre muerto -
Christian echó a reír y le dio la razón a su compañero.
- Lo sé, lo sé. Es que debió ser difícil correr luego de eso, debes estar realmente agotado -
- Bueno, solo un poquito - Gianluca ya se encontraba algo mejor y su compañero le siguió el rollo.
- ¡Pero claro! después de todo eres Lapagol - comenzó a cantar - Lapadula aparece y el aliento ahora crece, porque ahora viene el gol -
- Pucha que atorrante eres, hoy no hubo gol -
- Pero todos sabemos lo que hiciste, lo que hicimos, ahora todos saben de que somos capaces - lo agarró del hombro y lo miró fijamente - Lo que sucedió hoy no fue tu culpa, somos un equipo, la culpa no cae sobre solo uno de nosotros -
El enmascarado se dio cuenta que se había dejado llevar por la frustración, la impotencia y la tristeza, no habían defraudado a nadie, es más, el pueblo peruano se sentía orgullosos de ellos por su desempeño. Este era solo un pequeño fracaso en el largo camino que debía recorrer para llegar a la copa mundial.
Qatar los estaba esperando.
Reconfortado, Gianluca quiso agradecer a su amigo pero este siguió hablando.
- Además ese árbitro era un huevonazo, a la firme, como mierda no se dio cuenta de esa mano -
Ambos comenzaron a reír.
- Gracias - dijo Gianluca entre risas - eran las palabras que necesitaba -
- De nada - Christian lo había conseguido, pero no perdería la oportunidad de fastidiar a su compañero.
- Entonces, ¿quieres que te cargue o no?-
Gianluca cedió.
- Solo un rato -
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🥵👌🏿👉🏿 Amore Proibito👈🏿🍫😳 - LAPACUEVA
RomantikGianluca Lapadula, la medicina a nuestros males, la solución a nuestros problemas, la llama de nuestros corazones, la luz que nos guía y que nos impulsa a seguir adelante. Christian Cueva, trujillano de sangre, el bromista, motivo de nuestras aleg...