Ocho. 🌺

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— ¿Mamá? — solté la escoba al ver entrar a mi madre a la florería, mi abuela inmediatamente corrió a abrazarla y darle muchos besos.

¿Cómo les explicaba cómo me sentía? Dejé de ver a mi madre cuando tenía 17 años.

Tenerla justo a unos metros de mi me hacía tener mucha nostalgia, juraba que mi corazón brincaba pero, al mismo tiempo lloraba.

— ¡Mamá! — la abracé sobre sus hombros y no tardó en qué me abrazara con fuerza de la cintura y besara mi rostro. — Mamá te he extrañado mucho, ¿Porqué no avisaste que vendrías? Pude al menos ducharme. – reí limpiando las lágrimas que se me habían escapado.

— Era una sorpresa para mí pequeño — tocó mi nariz con ternura.

— Si que fue una sorpresa. — reí y volví a abrazarla fuertemente.

Nos mantuvimos unos cuantos minutos así, mi corazón latía con tanta fuerza y tenía tantos sentimientos encontrados.   

Me separé y acaricie su largo y lacio cabello con una sonrisa.

— ¿Porqué eres tan bonito, Jeongin? — me sonrió con nostalgia. — Has crecido demasiado, ya no eres un niño.

Aquel día, simplemente quería pasarla con ella, quería estar con ella y contarle todo lo que había pasado.

A excepción de mi romance con un hombre casado.

Cruzaba mis brazos en la parte trasera del auto mientras observaba de reojo a mi madre y a mi padre qué me veía del espejo retrovisor

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Cruzaba mis brazos en la parte trasera del auto mientras observaba de reojo a mi madre y a mi padre qué me veía del espejo retrovisor.

— ¿No vas a preguntarme cómo estoy? — espetó mi padre con una sonrisa. — Realmente estoy bien, la he pasado de maravilla.

— Eunhyuk. — lo codeó mi madre.

Si, me había engañado se aprovecho de cuanto la extrañaba para llevarme a esa absurda fiesta con mi padre.

Me sentía indignado, ¿porqué tenían qué obligarme a hacer algo qué no quería? Simplemente me corrieron de casa y digo, corrieron porque mi madre no hizo nada por detener a mi padre.

Aparcaron el auto en él estacionamiento de un hotel, me quedé dentro, no tenia ninguna intención de salir y actuar cómo una familia feliz.

—Sal del auto, Jeongin. — espetó mi padre con las manos en los bolsillos de su pantalón. Evidentemente lo ignoré y seguí viéndolo mal, sólo estaba utilizandome para tener un mayor puesto en su trabajo. — Te doy tres, si no bajas del maldito auto tendré qué hacerlo a la mala.

— Jeongin, cariño, por favor baja del auto. — se acercó mi madre a la ventana rogándome con las manos juntas.

— ¡QUÉ BAJES DEL PUTO AUTO!

— ¡Eunhyuk, cálmate! — lo tomó del saco mi madre calmandolo.

Cerré mis ojos evitando qué estos comenzarán a enrojecer por las lágrimas qué querían acumularse, tomé aire y abrí la puerta saliendo del auto.

Florería; HyunIn 🔹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora