Diez. 🍋

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Abrí mis ojos y directamente observé el descuidado techo de mi habitación, parpadee varias veces mis ojos y suspiré.

No importaba cuanto durmiera me seguía sintiendo cansado y con fatiga. Me incorporé y inmediatamente mi cabeza dio vueltas sintiéndome mareado, posiblemente porqué no me había estado alimentando bien estos días.

— Hey, Jeongin, ¿como sigues? — observé a Jisung desde arriba de la litera que parecía preocupado.

Si, la noche anterior había estado muy enfermo.

— Estoy bien — carraspeé mi garganta bajando de la cama. — Necesito orinar.

— Claro — río. — Tu abuela dijo que irían al médico, cree que puedas tener infección en el estómago pero, ¿y si se entera que has estado saliendo a aquel bar los últimos días? — susurró lo último antes de que saliera de la habitación.

— Está bien, creo que algún día tendría que saberlo Hannie — le sonreí. — Lo sabré sobre llevar tu sólo apoyame.

— Eso haré, ánimo — levantó ambos puños en apoyo.

Salí de la habitación y me dirigí al baño. Vi mi reflejo en el espejo, tenía muchas ojeras, mi piel ya no brillaba y mi cabello era un total desastre.

Yo era un desastre.

Dos meses. Dos meses eran los que habían pasado desde la última vez que vi a Hyunjin.

Cada que pensaba en él dolía mucho pero, estaba sobrellevandolo. Había comenzado a mejorar en la escuela y ayudaba a la florería para poder pagar mi universidad. Comencé a ir a clases de cocina y mi relación con mi abuela y Jisung había sido muy fuerte.

Lavé mi rostro y salí del baño dirigiéndome nuevamente a mi habitación, realmente mi estómago dolía demasiado y en medio del caminó tuve que correr nuevamente al baño por la sensación a náuseas.

Debería dejar de ir a los bares casi todos los días.

— Jeongin — tocaron la puerta. — ¿Estás bien?

— Si — susurre limpiando mi boca con mi mano. — Ya saldré.

Volví a el lavamanos y enjuague mi boca con agua. Abrí la puerta encontrándome a mi abuela esperando fuera. Tocó mi frente y mi cuello, también mis manos y suspiró con recelo.

— Vamos al médico, toda la noche estuviste enfermo y hoy no fuiste a la escuela. — su tono era muy preocupado.

— Tranquila abuela, puedo ir yo solo tu tienes que atender la florería — sonreí. — Todos nos enfermamos alguna vez.
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Después de tanto insistir en ir pude convencerla e ir yo solo. Me adentré al médico y pedí alguna cita.

— Yang Jeongin. — me llamaron después de media hora y inmediatamente me levanté para ir a su consultorio. — ¿En qué puedo ayudarte, Jeongin?

— Me ha dolido mucho mi estómago desdd hace unos días y he estado estreñido — dije con vergüenza. — Pero hasta a penas ayer comencé a sentirme peor, no he dejado de vomitar, incluso me dio mucha fiebre y  me siento cansado.

El médico me observó por unos cuantos segundos solo frunciendo sus cejas.

— ¿Tienes novia o novio?

Mi corazón comenzó a acelerarse ante él cuestionamiento.

— No — dije perdido.

— ¿Has tenido sexo? ¿Cuándo fue la última vez?

— Bueno, fue hace algúnos meses — susurre incómodo.

— ¿Y te protegiste?

— Algunas veces — asentí. Los recuerdos de mis encuentros con Hyunjin llegaron a mi cabeza cómo película, todos esos besos, esas caricias y palabras bonitas que me decia solo a mí.

Florería; HyunIn 🔹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora