cinco. 🌱

565 93 1
                                    

Solté un sonoro bostezo estirando mis piernas y brazos, pasé saliva y rasqué mis ojos, el techo de pronto se había vuelto muy interesante, ese color gris manchado qué ya necesitaba un arreglo.

— Idiota — susurre cubriendo mis ojos ante el recuerdo de hace unas horas.

"Recargué mi cuerpo en la pared de alguna calle qué no tenía consciencia. Tomé mi teléfono llamando a Hyunjin, aproximadamente eran las 4 a.m de la mañana. El timbrido sonaba varias veces pero este no respondía y con frustración comencé a enviar mensajes.

— ¿Dónde mierda estoy? — susurré observando a todos lados, mi cabeza dolía demasiado y mi vista era borrosa podía sentir cómo mis párpados pesaban. Mi celular se prendió recibiendo la llamada de Hyunjin y con rapidez respondí. — Hyunjinnie~ ¿podrías venir por mi, por favor? Te necesito conmigo ahora.

Se hizo un silencio del otro lado de la línea y me dejé caer al suelo cansado esperando qué respondiera.

— ¿Así qué tú eres la persona con la qué él me engaña? — fruncí el ceño al no reconocer la voz de el otro chico. — ¿Cómo te llamas?

— ¿Porqué te daría mi nombre? — sonreí. — No seas estúpido.

— Mira, escuchame bien, tarde o temprano voy a saber quién eres, hablo enserio.

Solté una carcajada.

— A mi no me amenazas, tú marido ya es mio.

— Si es tuyo, ¿porqué está durmiendo ahora mismo conmigo desnudo? — mi sonrisa se desvaneció ante tal comentario. — Mientras el está aquí en casa conmigo tú estás pudriendote en dónde sea qué estés. — su tono de voz de victoria hacia qué se me pudriera el hígado.

Con molestia colgué el teléfono y tomé aire dejándolo salir tratando de calmarme."

Bajé de la cama de arriba acercándome a la botella de agua qué había en la pequeña mesita de noche y rasqué mi espalda cansado.

— Idiota, es un idiota. — observé por la ventana. – ¿Durmiendo contigo? Si como no, soy el chico que en la cama dónde duermes tú esposo me la mete, imbécil. —dije entredientes dando un gran sorbo de agua.

— ¿Cómo te sientes? — entró Jisung con un vaso de limonada y pastillas para dolor de cabeza. –Llegaste a las 6 de la mañana, tú cabeza debe estar doliendo horrible. — me estiró las cosas y sin dudarlo las tomé asintiendo.

—Si, me da vueltas pero con la pastilla será suficiente, ¿mi abuela no se dio cuenta?

— No. — negó. — Puse las almohadas como siempre pues tampoco es cómo si tú abuela vaya a subir a tú cama para ver si estás allí. — río.

— Tiene sentido —reí soltando un suspiro y dejándome caer en la cama de Jisung. — Gracias por siempre ayudarme Jisung, aún cuando puedo traerte problemas me ayudas.

— No pasa nada. — sonrió yendo a él canasto de ropa sucia. — Por cierto, está mañana no dejaban de llamar a tú teléfono, claro que no respondí ni nada pero no dejaban de llamarte.

Cerré los ojos tragando saliva, lo menos qué quería era hablar con alguien en éste momento.

— HanJi.– me volví a incorporar observando fijamente sus ojos almendrados. — Tú sabes sobre mí preferencia sexual, ¿cierto?

— Si. — sonrió apenado.

— ¿Tú tienes novia? — elevé mi ceja. — Es decir, llevas unos cuantos meses viviendo aquí pero, nunca me has hablado sobre una chica o un chico.

Florería; HyunIn 🔹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora