La obscuridad de un corazón que grita en silencio.

No es real, es solo una pesadilla.

Recuerdo que ese día era como los demás, el sol brillaba, se escuchaban los pájaros cantando en los arboles, abría mis ojos, mamá me saludaba con una sonrisa y unas palabras que quisiera volver una vez mas, "Buenos días hijo"
Sin imaginarme con lo que ese día sucedería, es día que quisiera que nunca quisiera haber vivido, ese trágico día.

Todo comenzó la mañana de un domingo, estaba feliz por que íbamos de paseo con mis padres y Jazmín, recuerdo que estábamos tan contentos, iríamos al campo, almorzariamos al aire libre, ese día tenia manejaría yo, papa había mencionado que sentía que su vista estaba cansada por que en la noche estuvo terminando unos reportes de su trabajo que debía entregar el lunes.

Yo debía llevar las bebidas, pero había olvidado comprarlas el día anterior, recuerdo que le dije a papá que si el podía manejar hasta el lugar donde íbamos a almorzar.

     -Papá, olvide comprar las bebidas, pero no te preocupes, ustedes adelantense con Jazmín, y yo iré a comprarlas, mientras tanto preparen todo, ¿puedes manejar?
     -Esta bien hijo, no te preocupes, tu mamá ya esta llevando las cosas al carro.
     -Muy bien papá, no me tardaré.

Ese fue el peor que pude cometer en toda mi vida, nunca me perdonaré, si tan solo hubiera no hubiera sido tan despistado y hubiera comprado las bebidas un día antes, yo habría manejado hasta el campo, y hubiéramos almorzado felices.

Llegue al supermercado, compre las bebidas, sali; sin imaginarme que me encontraría con la cosa mas trágica de no vida.

Iba en camino, cuando escuché la sirena de una ambulancia, sin imaginarme a lo que me esperaba, me hice a un lado y pasó rápido, luego me di cuenta que atrás le seguían otras dos ambulancias mas, -Habra pasado algo adelante- pensé.

Las ambulancias llegaron a unos dos kilómetros delante de mí, pero, al ver lo que estaba pasando mi corazón se detuvo, una gota de sudor helado corrió por mi cara, mis manos temblaban, al acercarme me di cuenta que era el carro de mis padres.

Habían tenido un terrible accidente, las lágrimas empezaron a brotar, mi mente se bloqueó, estaba en shock, sentí que el tiempo se había detenido, caí de rodillas, recordé las palabras de mi madre: -hoy será un gran día hijo-

Mi corazón se rompió en mil pedazos, no podía creer lo que estaba sucediendo, mi mundo se desmoronó cuando sacaron dos camillas cubiertas con mantas negras, eran mis padres. No quería aceptar lo que mis ojos estaban viendo, solo quería que era una horrible pesadilla. -Esto no esta pasando- me repetía una y otra vez, no podia si quiera respirar, al ver que sacaron una tercer camilla, con el cuerpo de Jazmín, el auto se había destrozado, habían impactado con un camión. Empezé a gritar, a llorar, se acercaron unas personas a ayudarme, me sostenían, ¡Devuelvanme a mis padres! Les grite, ¿Dios, por que has hecho esto? Gritaba una y otra vez, lo que estaba sucediendo no era real, ¡No era real!