Milagro

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He visitado a Jazmín casi a Diario, ella aun no habla, solo me ve, pero el hecho de que esté mejorando es una gran alegría para mi. Cada vez se recupera mas y mas, ahora puedo decir que aun tengo la fe y esperanza que podremos estar juntos.

Solo pensar el hecho de que podremos caminar juntos de nuevo, y que podré abrazarla, y esta vez no la soltaré.

Solo necesito uno de sus abrazos, eso abrazos que te hacen olvidarte de todos los problemas, que te llevan hasta las estrellas, que te llenan de vida, que te hacen suspirar, y lo más importante que te hacen sentir la verdadera felicidad.

Día a día, mi esperanza se iba haciendo cada vez menos, sentía que el día que ella se levantaría nunca llegaría.

Ese momento tan anhelado, que deseaba que llegara pero que nunca había llegado. Nada se compara a la alegría que sentí al momento de recibir esa llamada, esa llamada que me hizo sentir vivo de nuevo, que me hizo recuperar las ganas de todo, que le dio color a mi mañana, que me despertó de esta pesadilla que parecía no tener fin.

-¿Hola?
-Buenos Días, le hablamos del hospital Memorial Eisler para informarle que la señorita Jazmín López será dada de alta esta tarde.
-¡Excelente noticia! Le agradezco mucho.
-Es un gusto, que pase un feliz día.
-Gracias, igualmente. Adiós.

En ese instante no podía hablar, mis lágrimas empezaron a caer, estaba tan feliz, al fin después de la tormenta viene la calma, el día nublado empieza a despejarse, siento como mi corazón vuelve a tener vida, y como mi alma otra vez respira.

Me dirijo al hospital, con una emoción tan grande que el corazón se va a salir de mi pecho, no presto atención a lo que ocurre a mi alrededor, lo único que me interesa ahora es llegar al hospital, estar allí con ella y abrazarla. Cada vez se hace menos la distancia, estoy tan cerca, ya puedo ver la entrada. No siento mis pies, siento que camino en el aire, siento que puedo volar.
Llego a la puerta, no puedo mas, me dirijo hacia ella, veo al doctor en la puerta de la habitación, con una sonrisa lo veo.

-Buenas tardes, ¿usted viene por Jazmín?
-Si, ¿en donde firmo? - Le digo casi sin aliento por la alegría.
-Puede firmar aquí. -Me dice mostrándome una hoja con letras que por la felicidad no termino de leer.
Termino de firmar, pero el doctor me ve serio y me dice:

-Pero hay un inconveniente.

En ese momento sentí como mi corazón se detenía por un momento.

En ese momento, una enfermera traía a Jazmín en una silla de ruedas.
Con una sonrisa muy grande le digo Hola Jazmín!" Pero había algo raro en su mirada, había algo raro en ella. Cuando se acerco a mi, yo estaba tan feliz, ella me miró muy extrañada, y con una voz vacia me dijo "¿Quien eres?"

La obscuridad de un corazón que grita en silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora