¡tu puedes!

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—muy bien, Venezuela, veamos que podemos hacer contigo.-dijo aquella organización de salud.

Venezuela se encontraba en uno de los consultorios de OMS, como ONU le ordenó.

—esto no se ve nada bien.-dijo mientras leía los análisis de los  exámenes de Venezuela.

—no me diga.-respondió con sarcasmo.

—calma, hay cosas que podemos mejorar.-dijo con serenidad.

—pues tiene toda mi atención.-dijo dándole su atención.

—muy bien, ya te explicaron lo de tus emociones, ¿Verdad?.-pregunto.

—si.-dijo sintiendo una punzada en el pecho.

—exelente, pues la solución es muy simple, más que todo depende de ti.-dijo con una sonrisa.

Lo signos de interrogación no tardaron en aparecer en la mente de Venezuela.

—esta bien, me voy a dar a entender mejor.-dijo notando su cara de confusión.

—por favor.

—la solución de el control de tus emociones la tienes tu, tu eres el dueño de tu felicidad o tu tristeza, ¿de que manera?, Tu eres quien decide si las cosas que pasan a tu alrededor te afectan o no, ¿puedes entender eso?.-dijo dándose a entender.

—si, bueno eso creo.- respondió algo inseguro.

—te voy a decir algo, ¿recuerdas cuando todo estaba bien?.- pregunto.

—¿como no hacerlo?, cada día pienso en como era todo antes de este caos.-respondió nostálgico.

—eso es bueno, el recordar los momentos felices te hace bien, pero lo has estado recordando mal, los recuerdas asociandolo con tu presente, y eso te hace sentir mal.

—creo que me perdí.-dijo confundido

—a lo que me refiero que veas esos recuerdos como algo que te hace sentir bien, un ejemplo sería como cuando eras pequeño y comías tu helado favorito y te manchabas la carita y creías que era el momento más feliz de tu vida, es algo que está en tus recuerdos y te hace sentir bien, y por más que pase el tiempo sigues viendolo como un buen recuerdo.

—creo que empiezo a entender.-dijo entendiendo la situación.

—lo que trato de decir es que aquellos momentos no los veas como algo que dejó de ser, sino como algo que puede volver a suceder, haz cosas que te hagan feliz, haz aquellas cosas que solías hacer cuando te sentías bien, como pasar tiempo con tus hermanos o salir a algún lado con tus amigos.-dijo seguro.

—no se... Si pueda hacer esas cosas otra vez.-respondió inseguro.

—Venezuela, los límites los pones tu, es verdad que hay cosas de las que no te puedes dar el lujo de hacer debido a tu condición, pero no quita que aún hay cosas que puedes hacer para cambiar aunque sea un porcentaje, los resultados que se están viendo ahora.- dijo colocando ambas manos en los hombros de Venezuela.

—no es fácil cambiar así de repente.-respondió triste.

—puedes empezar poco a poco, no hay porque hacer un cambio radical tan rápido.

—uff está bien.-dijo sin más.

—empieza mañana, y al finalizar el mes, veamos los resultados.-dijo con una sonrisa.

—esta bien, veré que puedo hacer.-dijo poco confiado.

—Excelente, nos vemos en un mes, pero si necesitas algo más, sabes dónde estoy.-dijo para después darle la espalda.

Te amo, mi pequeño sol brillanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora