Te amo, mi pequeño sol brillante

creo que empezámos con el pie izquierdo

Venezuela se levantó más temprano de lo habitual puesto que no quería otro regaño de ONU, de seguro está vez no se la perdonaría, así que no se iba arriesgar.

Se vistió con traje y trato de verse lo más elegante que podía.

Hoy estaba decidido a hablarle a esa mujer que atravesaba sus pensamientos a cada rato y tratar de caerle bien.

Venezuela bajo las escaleras, esperando a su hijo, pues el le pidió ir con el, Venezuela no estaba muy seguro pero al final acepto,al ver que no llegaba le gritó.

—¡Sucre muevete que no pienso llegar tarde otra vez!–grito Venezuela.

—ya va puré, de me un chance.-grito Sucre desde arriba.

—Un chance nada, mueve ese culo o no respondo.-grito algo ansioso.

—esta bien ya voy, ya voy.-dijo Sucre mientras abría la puerta y bajaba las escaleras.

Un Sucre vestido un con traje muy elegante bajo las escaleras, tenía la corbata desatada.

—me hubieras pedido ayuda.-dijo Venezuela viendo la corbata desatada.

—ehh...¿me ayudas?.-dijo Sucre algo apenado.

—claro.-dijo mientras lo ayudaba ha atarse la corbata

A Venezuela le gustaba mucho cuando sus hijo le piden ayuda, le da ternura ver qué aún necesitan de el.

—¡Ya está!.–dijo Venezuela con una sonrisa.—quedaste guapo, igual que tú padre.-dijo con una sonrisa orgullosa.

—¡pues claro!, está belleza no se hizo sola.- sonrió posando

—bajale a tu ego cuatro rayas por favor.-dijo Táchira mirándolo.

—imposible hermana, eso no es de rockstars.-dijo e hizo como si se quitara un pelusa en su hombro

—Oh mira, ¡ahora sí te ves decente!.-dijo Miranda fingiendo sorpresa.- deberías vestirte así más seguido y no como un indigente.

—¡Cállate Alemania con estrellitas!.-dijo como respuesta ante la burla de su hermano.

—deja la envidia, no le sienta bien a tu nuevo aspecto de persona elegante hermanito.-dijo para después sacarle la lengua.

—¡bueno ya!, No peleen que ya nos tenemos que ir y no quiero llegar tarde, así que ya vámonos.-dijo para empezar a caminar a la puerta.

—Bien.-dijo a modo de respuesta no sin antes sacarle el dedo medio a su hermano, quien le contesto de igual forma.

—Caracas, Nueva Esparta quedan a cargo, no quiero ni una sola cosa fuera de lugar cuando vuelva, porque si no varios de ustedes van a dormir en el patio.-dijo Venezuela antes de cerrar la puerta.

Mientras Venezuela conducía al lugar de la convocatoria, pensó en hablar con su hijo.

—y dime, ¿porque querías venir conmigo a esta reunión?.-pregunto Venezuela con la mirada en el camino.

—porque quiero aprender, sobre todas estas cosas.-trato de disimular.

—ay ajá.-dijo Venezuela sarcástico.

—en serio, quiero saber más sobre lo que hablan en estás reuniones, nunca estás demás aprender ¿no?.-dijo mirando hacia la ventana.

—y yo nací ayer.- respondió mientras paraba en una semáforo.

—jajajaja que buen chiste puré.-dijo fingiendo reírse.

—venezuela solo lo miro serio a lo que Sucre trago grueso.