un tiro dolía menos

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—Está ¿que?, Rusia ahora quien anda con rodeos.-el Venezolano estaba algo impaciente por el repentino silencio de la rusa.—Rusiaaaaaaaa.
-sacudieldola un poco.

—vene no me hagas así que podemos chocar.-dijo la rusa algo sería.

—bueno porque no terminas de decir el beta, me pones nervioso.-dijo vene tratando de controlar la ansiedad.

—¿ahora no vas hablar?.-pregunto molesto vene viendo el silencio de esta.—coño Rusia las cosas no se dejan a medias, ¿no vamos hablar? bien.

Vene se quedó mirando la ventana molestó.

El resto del viaje fue en silencio, ya en la casa de vene , este se bajó casi y corriendo.

—chao Rusia, nos vemos en la fiesta, te envío la dirección luego.-dijo caminando hacia la puerta.

—vene...es mejor que te olvides de ella.-dijo desde el auto.

—¿porque?.-pregunto viéndola  desanimado.

—no puedo decirte, creeme que si pudiera lo haría.-respondió triste.

—eso no basta.-dijo si mirarla.

—lo se, pero debes creerme, es mejor que lo olvides.-finalizo la rusa antes de irse.

Vene vio como el auto se alejaba dejando más preguntas que respuestas.

—¡coño e' su madre!.-expreso molesto.

Vene daba vuelta en la cama, hacia más de dos horas que había intentado dormirse sin éxito.

—no quería llegar a estos extremos pero creo que ya no hay opción.-decia el venezolano molesto.

Se levantó de la cama y fue hasta sus gavetas, sacando un envase de pastillas para dormir.

—uff, ok vene te tomas una y ya está, recuerda es por tu bien.-se dijo así mismo con miedo.

Vene saco una pastilla y bajo a la cocina.

—ok 1...2...3.-conto tragando la pastilla con el agua.

"Ya está, ahora solo vas te acuestas y listo."

Subió la escaleras y se acostó boca arriba.

"dale vene relájate, solo fue una y era necesario, así que tranquilízate y haz los ejercicios de respiración".

Vene respiraba hondo, contenía la respiración 3 segundos y luego soltaba todo el aire.

Y así siguió un rato hasta que lentamente la pastilla empezó hacer efecto, el sueño se apoderaba de el.

—¿un campo de girasoles?.-pregunto confundido el tricolor.

—¿te gustan?, Son mis favoritas.-decia aquella chica de mirada esmeralda.

—ya veo, son hermosas, como tú.-dijo el tricolor.

—en mi territorio no se dan, las he visto solo en fotos, bueno hasta ahora.- decía emocionada.

—que mal que allá no las puedas ver, pero si gustas puedes verlas las veces que quieras en el mio.-dijo abrazándola por detrás.

—¿de verdad?.-dijo con un leve brillo en sus ojos.

—lo prometo, y así como ellas miran el sol, me encargaré que siempre te miren a ti, mi pequeña sol brillante.-dijo dándole un beso en la frente.

—¿y a ti cuáles te gustan, pequeña Venecia?.-pregunto devolviendole en beso.

—mmmm déjame pensarlo.-decia repartiendole beso en toda la cara.—creo que las orquídeas, a mi madre le encantaban, me recuerdan a ella.

Vene se sentó en el suelo jalando con el a su amada, logrando sentarla en su piernas.

Te amo, mi pequeño sol brillanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora