Lith bostezó, despertando así a Henri que estaba a su lado.
-Uf, podrías ser menos ruidosa Lilith.- Ella solo la llamaba así cuando se enfadaba, tenía cierto sentido del humor en realidad, teniendo en cuenta que las hechizeras eran conocidas por adorar a Lilith cuando en realidad la odiaban.Lith se puso encima de ella y la besó.
-Venga, tenemos que prepararnos para el atraco, y ya son las 9.-Suspiró levantándose, para luego empezar a vestirse. Se puso su gorro de capitana y salió sin despedirse.
Afuera todos estaban despiertos, preparando sus espadas, o bien sencillamente comiendo como sacos de basura. Lith pasaba al rededor comprobando que los preparativos estuvieran listos mientras los hombres la saludaban con sumisión al ver a su capitana caminando hacia ellos.
Se subió en el barco y empezó a dar órdenes. Hacía como que estaba sería y segura pero realmente se moría de nervios...El plan lo había diseñado ella sola y estaba segura de sus propias habilidades pero y si...Y si la descubrían en la corte, o si uno de sus hombres se perdía, o si el príncipe la descubría antes de poder capturarle, todo se podía ir al derrumbamiento en cuestión de dar un pequeño mal paso. Pero si no daba ninguno nunca lo sabría.
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Empezaba a anochecer y ya estaba lista afilando su espada y cuchillos mientras Henri practicaba sus hechizos a su lado.
-¿Estas bien?.-Preguntó Henri mirandola sería.-Luces preocupada.
-Se que saldrá bien, el príncipe es un debilucho su corte se vacía casi entera por la noche, sus padres están débiles y sus tesoros cerca...Es fácil.
-Eso no es lo que te había preguntado, pero supongo que entiendo.-Dijo Henri entre risas.
Lith se levantó rápida, como si hubiera pensado desde hace rato en eso y volvió a subir al mástil silbando a sus hombres.
-Solo que el sol muera, partiremos.-Le encantaba darle tanto dramatismo, hacía que sus hombres se estremeciera y Henri la mirara sonriendo.-¡Estamos listos!.
Y partieron.
