PURE PHRASE •|One-shots|• ✓

STRANGE

STRANGE.

HUSBANDO: SUKUNA.

TÍTULO: UNA NOCHE ENTRE MUCHAS.

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Muchos le dijeron que regresar a casa sola en la noche no era bueno. Muchos le dijeron que una mujer tan hermosa debía cuidarse y atesorarse más. Muchos le dijeron que las calles se habían convertido en algo realmente peligroso y que, en la oscuridad de la noche las criaturas del mal aumentaban sus fuerzas. Muchos la advirtieron.

Pero ella no podía hacer nada, no podía tomar represarias en consecuencia porque realmente necesitaba el trabajo. Su familia se estaba hundiendo en la miseria, habían deudas que pagar, tres hermanos más pequeños a los que mantener y una madre muy enferma que no podía tomar su lugar. Ese trabajo era el sustento de su economía, lo necesitaba más nada. Debía tragarse el miedo y hacer como que no escuchaba los consejos de quienes se preocupaban por su bienestar.

Esa solo era una noche entre muchas otras, otra en la que el círculo vicioso se repetía. Nadie iba a buscarla porque nadie tenía el valor suficiente, o tal vez eran más inteligentes de lo que aparentaban. Debía hacerse camino a su casa en la soledad y penumbra de una ciudad sin vida.

Caminando entre las casas cerradas, las luces apagadas y el cantar de los grillos, ella sintió un escalofrío. Se giró, porque sintió que algo había pasado por detrás de su espalda y al no encontrar nada suspiró, seguramente solo era su mente jugándole una mala broma. Tenía los pelos de punta y a decir verdad le faltaba bastante para llegar a su hogar. El silencio comenzaba a molestarla ya.

De repente cayó frente a ella algo, lo que la obligó a detener el paso y soltar un grito agudo, mas nadie salió a auxiliarla. Al bajar la mirada, ella pudo divisar —excasa y difícilmente— los restos de un perro muerto. Ahora sí estaba nerviosa. Palideció; el animal tenía un gran hueco en la zona estomacal, lo que provocaba que sus intestinos se vieran y la sangre que se había exparcido por toda la calle salpicara a su Yukata. La vista era horrorosa y asquerosa, quien fuera que estuviera haciéndole aquello había conseguido lo que quería: aterrorizarla. Aunque trató de correr sus pies no le respondían, en cambio estos flaqueaban tanto que la hicieron perder el equilibrio; cayó sentada sobre las piedras y se le llenaron los ojos de lágrimas, ¡no podía controlar sus acciones! Maldita sea, eso se sentía ser presa del miedo.

Las cosas solo empeoraron cuando se escuchó una risa divertida burlase de ella. De entre las sombras se hizo visible la figura de una criatura atroz. Poseía una forma humana, pero era mucho más alto que algún hombre normal; tenía cuatro grandes extremidades en formas de brazos y una estúpida sonrisa complacida dibujada en su rostro. Ella pudo reconocer de quién se trataba, no existía nadie en el Japón actual que no supiera de Ryunmei Sukuna y su gran historial de asesinatos y masacres.

La fémina trató de huir, en su misma posición —aun tirada en el suelo— empleó sus pies para intentar escapar alejándose marcha atrás. No podía gritar más porque tenía la garganta seca, la imponente figura de la maldición la había dejado sin aire. No quería tan siquiera pestañar, tenía miedo de perderlo de vista.

Sukuna parecía disfrutar ver a aquella mujer montar semejante escena. Se le salían las risas mientras seguía su paso de manera lenta, impidiendo que hubiera una distancia entre ellos. Cuando la chica impactó su espalda contra una pared y se percató de que no tenía escapatoria, él elevó las comisuras de sus labios a su máximo explendor. Se agachó frente a ella y la vio negar decesperada, aquello solo había logrado excitarlo más, ¡las expresiones despavoridas de las mujeres eran lo mejor del mundo! Tomó los cabellos de la zona trasera de la cabeza de la fémina y los jaló con fuerza hacia arriba, obligándola a levantarse. Divisó esos hermosos ojos cubiertos de lágrimas, las mismas que bañaban su rostro; luego se fijó en sus labios temblorosos que trataban de pedir ayuda pero no podían; y culminó su viaje en su piel pálida por el terror. No importaba cuánto tiempo pasara, amaba provocar todo eso.

—Por... Por favor, déjame vivir —rogó en un murmuro la chica. Ni siquiera tenía esperanzas pero no estaba de más intentarlo.

La maldición no respondió. Pasó su lengua por la mejilla de la fémina lamiendo gran parte de las lágrimas, y cuando lo hubo hecho dirigió su boca a su oreja, para susurrar en respuesta:

—Si lo hiciera, no sería divertido.

Tras semejante declaración, la mujer sintió como Sukuna atravesaba su pecho con una mano y apretaba su corazón al punto de detenerlo.

En el pequeño instante que estuvo agonizando se lamentó. Lo sintió por su familia que tendría que seguir adelante sin ella, lo hizo por sus amigos que seguro la llorarían, por todo lo que había dejado pendiente. Pero por sobre todo, lamentó no haber escuchado las advertencias de aquellos que sabían que aquello ocurría. Si tan solo hubiera desistido a la idea las cosas fueran distintas. Ah, por no escuchar ya jamás volvería a ver la luz del sol.

La mujer sintió como su vida se apagaba de forma dolorosa y lenta. Nadie iba a salvarla, nadie llegaría.

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Palabras del autor:

Primer One-shot. Cortito y simple

Creo que de mis husbandos más raros es ZUKUNA, literal, supuestamente odio los tipos con su personalidad, pero en él se me hace tan sexy.

Ayuda, necesito un psicólogo.

Este One-shot se lo quiero dedicar a mi querida: FlowerTears222

Porque la tengo esperando hace mucho por una historia que todavía no ha llegado (pero llegará)

Sorry, no pude hacerlo romántico. Desde que decidí escribir la primera etapa con Zukuna pues me dije que tenía que ser algo como esto; enamorar a ese pendejo no es algo que se haga en un shot.

Recuerden seguirme en mi Twitter: Mio_Uzumaki, donde estaré publicando cositas de mis historias, adelantos, dibujos, etc.

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Lean comiendo palomitas (￣ω￣)🍿

~Sora.