SONG.HUSBANDO: KAGAMINE LEN.
TÍTULO: DULCES OJOS.
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Ella no comprendía con exactitud en qué momento, pero estaba consciente y aceptaba abiertamente que se había enamorado de ese chico. Lo sabía porque en la oscuridad de la noche, mirando a la luna, solo podía recordar sus dulces ojos; porque al comienzo del día, cuando los rayos del sol se colaban por su ventana, lo primero que pensaba era en esos dulces ojos.Lo veía todos los días, cuando sus rutas tan opuestas se encontraban en un punto. Si, ese bendito semáforo que los obligaba a detenerse uno en frente del otro, en la calle contraria. No lo conocía de nada, ni siquiera sabía su nombre o donde se dirigía rutinariamente cada mañana, pero los pocos instantes que sus miradas se cruzaban eran la mejor parte del día. Se sentía como estar en una nube de ensueño total, como si el tiempo se detuviera y esos dulces ojos la cautivaran de una forma inexplicable.
Algunos preferían llamar a sus emociones: efímeras. Algunos alegaban sin saber que nadie podría enamorarse de una forma tan superficial y se burlaban de ella por suspirar a cada momento por un joven al cual solo veía excasos segundos. Algunos le decían que se bajara del cielo y se diera cuenta de que estaba en la tierra, que abandonara toda esperanza.
Pero ella no lo hacía, cada mañana volvía a dar buenos días al mundo porque sabía que lo vería. Ese día no fue distinto. Se levantó entusiasta y marcó en su reloj el tiempo que faltaba para que se desarrollara su encuentro; por alguna razón ese chico estaba siempre a esa hora allí, cuando el semáforo estaba en rojo y debía detener su camino.
Pronto la muchacha se vio corriendo por las calles de la ciudad con una sonrisa plasmada en su rostro, tarareando una melodía que había escuchado el día anterior, la misma que sonaba en su auricular; se había colocado únicamente un audífono para poder escuchar a su alrededor y evitar accidentes. Estaba ansiosa por llegar a su destino, tanto que ni notó su cansancio.
Detuvo el paso en el final de la acera, aunque la luz del semáforo estaba en roja para los vehículos, el rubio en la acera contraria tampoco se movía, buscaba algo con la vista y cuando la fémina lo pilló mirando en su dirección el corazón le dió un vuelco abismal. Se le aceleró el pulso y sintió sus mejillas arder, él le había dedicado una sonrisa.
Ella no sabía en qué momento había comenzado ni por qué, pero esperaba todo el tiempo con decespero esas pequeñas miradas que solían darse.
La brisa de la mañana sopló, y en ese instante la luz del semáforo se pintó de verde, permitiendo el paso a todos los carros y demás medios de transporte. A través del pequeño espacio que dejaba un vehículo del otro al pasar, ellos se vislumbraban constantemente. Era la misma hora de siempre, el mismo lugar de siempre, y otra vez volvían a ser solo ellos dos, aunque estuvieran rodeados de personas.
La protagonista se perdió en esa mirada azul como el cielo, no, como el océano pacífico, y así los brillos blancos que habían en sus orbes representaban las olas tranquilas que impactaban contra la arena y creaban cierta espuma. Adoraba eso, aún si era único que tenía del varón. Es que su figura se reflejaba en sus ojos, habían millones de cosas a las que ver, pero él prefería verla a ella.
Entonces el semáforo marcó la luz roja y la vía pública tenía total libertad para cruzar la calle. Ella tuvo que salir de su estado aturdido y ensemismado para ponerse en marcha, con pasos lentos, calmando su respiración. Era el final por hoy. Le dolía verlo acercarse porque sabía que eso significaba que se alejaría.
Mas esta vez fue distinta a todas las anteriores, porque al pasar por su lado para seguir su camino en la dirección opuesta, el joven rozó la mano de la chica con sus dedos. Fue un pequeño gesto, tan diminuto que cualquiera no le hubiera dado importancia, pero para ambos, que hasta el momento solo se habían observado desde la distancia, ese fue el primero de muchos otros acercamientos.
Y para cuando los dos estaban en sus correspondientes extremos, justo dónde había estado el contrario con anterioridad, ya se habían girado a contemplar una vez más sus dulces ojos.
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.Palabras del autor:
Bueno, aquí Song, escogí a Len porque sinceramente muchas canciones me recuerdan a él, de hecho el shot estaba basado en una canción que me hace pensar en él. Es de mis husbandos más queridos y no tengo nada de él en mi perfil (por ahora), así que por lo menos este pequeño shot de regalo a mi shota favorito.
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Lean comiendo palomitas ( ̄ω ̄)🍿
~Sora.
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PURE PHRASE •|One-shots|• ✓
Fanfic➼Los fragmentos de mis sueños se convertirán en una canción. Loco reto de escritura dedicado a mis husbandos, como si el tiempo sobrara y escribir no costara nada. Si te interesa lee. 1-STRANGE: Sukuna. 2-SLEEP: Kuroko Tetsuya. 3-FAMOUS: Meliodas. 4...