PURE PHRASE •|One-shots|• ✓

DESING

DESING.

HUSBANDO: KAZUTORA HANEMIYA.

TÍTULO: LEJOS.

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Mala suerte; Kazutora no podía llamar de otro modo a todos los sucesos que ocurrían en su vida. Tenía que ser mala suerte... o un destino bastante caprichoso. Enamorarse de la mejor amiga de Sano Manjirō debía ser obra del karma o algo parecido. Desde que la vió se quedó prendado de esa sonrisa libre de vacilación, de esos ojos carentes de oscuridad, de esa mirada penetrante que juraba que aquel fuera vislumbrado por ella era dichoso; pero desde que la vio supo que debía mantenerse lejos, ella estaba más prohibida que la mismísima manzana del Edén.

Se la intentó sacar de la cabeza, se dijo a sí mismo que era algo pasajero. ¡La mejor amiga de Mikey! ¡Era la chica —después de su hermana— más cercana al hombre que le arruinó la vida! Un mero capricho, esa mujer tenía que ser un mero capricho; ah, pero que intenso era el sentimiento.

No podía dejar de pensar en ella no importa cuanto tratara, y después de mucho tiempo, Kazutora terminó aceptando que aquello desconocido que lo azotaba sin piedad no era nada menos que amor. Aceptarlo era mejor que seguir huyéndole a la realidad.

Habiendo admitido que tenía una debilidad, el chico, en sus tiempos libres, solía velar por la seguridad de ella; tal vez era una mera excusa para seguirla y verla desde la distancia, pero se aferraba a ese pretexto todos los días con fuerza.

Pero llegó el momento en que descubrió la verdad que se escondía detrás de una relación tan íntima como la de esos dos... Era un martes como otro cualquiera, las manecillas del reloj marcaban las cinco de la tarde, cuando los estudiantes abandonaban sus centros de estudio. Kazutora dejó su esceula y se dispuso a buscarla con ahínco y deseos. Se moría por verla. Pero al encontrarla, toda la alegría que estuvo cosechando se marchitó.

Divisó —desde una esquina del callejón lo suficientemente apartada para que nadie notara su prescencia— a la mujer que amaba en los brazos de Sano Manjirō, sonriéndole radiante como el sol. Él la abrazaba con fuerza y le decía algo que se hizo inaudible para el Hanemiya, quien esperaba que aquello fuera un mal sueño. Se veían tan bien, tan felices juntos... Y entonces sucedió.

Mikey juntó sus labios con los de la chica en un beso ligeramente pasional pero cargado de sentimientos. Ella se dejó guiar y llevó ambas manos a ese rubio cabello. Se besaban con profesionalidad, como si ni de lejos esa fuera la primera vez que lo hacían. Era evidente, seguramente llevaban una relación a escondidas por la seguridad de la fémina. Fue cuestión de tiempo para que Kazutora se enterara, de la peor manera, que Manjirō había vuelto a arruinar su vida.

Los segundos dejaron de fluir, la brisa se detuvo en ese instante, todo se nubló tanto que a su alrededor solo había oscuridad. Le faltaron fuerzas para salir e intentar matar allí mismo a quien alguna vez fue su amigo, no quería esperar a la pelea oficial, pero se quedó estático no por elección propia, sino porque su cuerpo no le respondía.

Maldecía su existencia y la de su mala suerte, porque ahora, más que nunca, debía ver a su amor desde lejos... Desde muy lejos.

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Palabras del autor:

Más corto de lo normal porque no se hacen a una idea de cuánto odio a este tipo. Les juro, no lo puedo tener delante. Lo que si, está bueno el cabrón. 0-0

Desde que decidí hacer el One shot de Kazutora me empeñé en darle un final amargo para él (no merece más) y dije, ¿qué mejor forma que entrometer al Manjirō?

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Lean comiendo palomitas (￣ω￣)🍿

~Sora.