Mew miraba de lejos al recién presentado omega, se había enterado por medio de su padre que el hijo del emperador por fin se había presentado, y no sabía porque la felicidad le había inundado por completo cuando escucho que era un omega,
Sonrió al ver como el príncipe se la pasaba sonriendo al ver que había hecho un buen trabajo al cortar aquel pequeño árbol que le había regalado su padre, sentía como si algo le indicase que se acercará, solamente a saludar, y no sabía si era lo correcto.
A Mew le había comenzado una atracción demasiado fuerte por el principe del palacio, el futuro emperador, pero no quería acercarse, ¿Qué tal si no le hablaba? Y ¿Por qué sentía aquello? No lo comprendía en su totalidad, y tal vez tardaria en hacerlo, le preguntaría a su madre sobre lo que estaba sintiendo, tenía que saberlo.
-¿Qué quieres? - ni siquiera se había percatado cuando ya estaba frente al príncipe.
-Lo siento- hizo una reverencia.
El principe dejo de mirarlo, había rodado los ojos.
-Para ser un alfa, no eres discreto.
-Lo lamento, no volverá a suceder.
Gulfo escaneo a Mew de pies a cabeza, miraba las ropas que utilizaba, demasiado harapientas, y esos cabellos algo desordenados, no podía creer que aquel que ahora se encontraba enfrente de él sería su alfa, no definitivamente no aceptaría para nada un alfa como él.
-¿No piensas irte?
Mew estaba extrañado, en los pocos años que ha estado en el palacio ayudando a su padre, no había visto al principe comportarse de esa forma, y no entendía la razón del por qué prácticamente lo estaba corriendo de su vista.
-Bueno...
-Será mejor que te vayas, no quiero verte el alfa de inmediato dio un asentimiento y se fue de la vista del principe, Gulf soltó un resoplido, estaba molesto, lo que menos quería era ver a ese alfa.
Mew camino dentro del palacio, estaba cabizbajo, no sabía la razón por la que aquellas palabras le habían dolido tanto, sentia como su pecho se había oprimido lentamente al recordar lo que había dicho aquel omega.
¿Por qué estaba comportándose de esa forma?
Siempre lo había visto saludar feliz a los demás, siempre era amable y a veces ayudaba en algunas cosas, claro usualmente le gustaba acomodar la mesa cada que iban a comer, o a tener una cena importante, pero....
-Mew- la voz de su madre había hecho que dejará de agachar la cabeza- ¿Por qué tan decaído, pequeño?
-Yo... no lo sé- negó el alfa para volver a agachar un poco la cabeza y apretar sus labios hasta formar una línea.
Su madre era la encargada de mantener en orden toda la limpieza del palacio, siempre debía lucir reluciente para que el emperador se sintiera de cierto modo más tranquilo.
-Cariño- escuchó como los pasos de su madre se acercaban más, y luego cuando ella estaba frente a él, se colocó de rodillas para estar a su altura- ¿Estás bien?
--Bueno, me siento extraño.
-¿Qué sientes?
-Es que- el alfa sintió un poco sus mejillas calentarse- Gulf... me he sentido extraño cada que veo o estoy cerca del principe.
Su madre se vio sólo un poco sorprendida, el emperador le había informado a ella sobre que el príncipe es la pareja predestinada de su hijo, y eso sí que le había sorprendido, y ahora que Mew le decía aquello, sabía que el emperador no era un mentiroso, pero por unos momentos había creído que eso era mentira.
-Cariño- su hijo le miro- es tiempo de que te diga el por qué.
Así fue como Mew había quedado más que feliz al escuchar todo lo que su madre le dijo, si eso era verdad, entonces, estaria dispuesto a que el príncipe lo acepte como su alfa, después de todo los predestinados siempre quedan juntos, ¿no es así?
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El Omega Que No Quería A Su Predestinado
Fiksi Penggemar- ¡No soy tu omega! Deja de pensar esas cosas, no eres más que un fastidio para mí, además ¡tú! No serías nada digno para un omega como yo. En ese momento, Mew había sentido como la opresión en su pecho se había hecho cada vez más grande, escuchar a...