Capitulo 32

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Sus ojos se encontraban brillantes, tan brillantes como la luna que hacia precencia en el cielo y como aquella sangre derramada en lo que se suponía era la mansión donde se reunían aquellos cobardes, sonreía complacida viendo a uno de los hombres ...

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Sus ojos se encontraban brillantes, tan brillantes como la luna que hacia precencia en el cielo y como aquella sangre derramada en lo que se suponía era la mansión donde se reunían aquellos cobardes, sonreía complacida viendo a uno de los hombres temblar de miedo ante su precencia

— ¡Detente! ¡Y-Ya para por favor — gritaba intentando huir, aunque no podria ni siquiera queriendo, estaba atormentado, en el mismo infierno — ¡Tengo familia por favor ten piedad! —

— Je~ mi padre también tiene familia... —

Cuando entro tenía un sable en su mano, entre los forcejeos termino por perderlo de vista pero se pudo apañar con un pequeño cuchillo lo suficientemente filoso para herir a los presentes, estaban todos dispersos en aquella sala, carentes de vida

— Pero a tí no te importo tampoco... — soltó una risa dulce pasando por encima de aquel desastre para acorralarle aun más — No me gusta ver a mi madre llorar... Mucho menos a mi hermanito... Sus sonrisas me hacen feliz... ¿Quien te crees que eres para arrebatarme mi felicidad? — pregunto molesta

Era solo una niña... Y había cometido tal acto solo por... ¿Su felicidad?

— ¡N-No lo volveré a hacer! — grito al tenerla en frente — ¡L-Le devolveré todo a tu padre! Desaprecere pero por favor... ¡Déjame ir! — grito intentando apelar a la compasión

— ¡No! — su sonrisa era muy aterradora... Demasiado — Tu... Debes pagar por haber hecho llorar a mi familia... Es lo justo —

Lo único que se escucho luego de aquello fue un último grito, paso solo un pequeño tiempo hasta que ella salió de aquella gran mansión a paso calmado dando pequeños saltos

— Nadie hará llorar a quienes me hacen feliz... ¡Ya no habrá peligro! ¡Padre, madre y Lince sonreíran siempre y seremos felices! — saltaba con su pequeño rostro manchado

Inglaterra era hermosa... Pero más aun los pequeños cantos de alegría que una pequeña cegada por el enojo cometió el pecado de ser egoísta

El pecado de proteger las sonrisas que amaba

Mientras una mujer de cabellos blancos, con una sonrisa aterradora por la calma que transmitía ante lo acontecido soltó una risa, todo había salido perfecto, el mundo se movería del modo que ella deseara

¿Que mejor que sus lindos sobrinos para que así sea?

¿Que mejor que sus lindos sobrinos para que así sea?

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Katekyo Hitman Reborn Los Guardianes de la Oscuridad (KHRxOC's) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora