⠀⠀⠀✧〻 𝑺𝑰𝑿𝑻𝑬𝑬𝑵.

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─¿Quieres seguir caminando? ¿Estás cansado?─ cuestionó sin presión luego de haber terminado su último tema de conversación con el omega

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─¿Quieres seguir caminando? ¿Estás cansado?─ cuestionó sin presión luego de haber terminado su último tema de conversación con el omega.

Minho lo observó con atención y negó con la cabeza. ─No es nada, Chan, a decir verdad me encanta caminar y cada que puedo lo hago.─ concluyó para sonreír levemente.

Ante lo escuchado, el alfa pudo respirar con tranquilidad. Estaba empezando a tener una especie de remordimiento por hacer caminar más de la cuenta a Minho cuando recién había salido de su trabajo. Realmente se sintió mejor después de su respuesta, además, ya tenía un dato extra sobre lo que le gusta hacer.

Todo lo que trata sobre Minho era muy importante para el alfa y a éste no le avergonzaba admitirlo.

Chan dirigió su mirada a las manos enlazadas que tenía con el pelinaranja y sintió como un agradable calorcito envolvía su corazón. La idea de que el chico al lado suyo se convirtiera en su omega y podrían tener muchas citas y caminatas así de juntos, cómodos y tomados de la mano; lo llenaban de ilusión y felicidad anticipada.

Solo le quedaba esforzarse y esperar con anhelo a que el omega de ensueño que era Minho lograra aceptarlo.

Luego de unos cuantos minutos más, Chan se detuvo frente a una casa color crema, con un jardín muy bonito e incluso un frondoso pero pequeño árbol incrustado.

─Hemos llegado, este es mi humilde hogar.─ le sonrió al omega y este asintió levemente apreciando todo lo que estaba a su al frente.

─Es muy lindo.

─Ven conmigo.─ Chan apretó con delicadeza la mano del omega y lo jaló con él.

Al llegar frente a la puerta, ambos se sonrieron y a duras penas, el rubio pensó que quizás sería mejor soltar la mano del omega ahora. Si su madre los viera podría quizás hacerse ideas erróneas. Al alfa no le agradaba la idea de que pudieran hacer un mal comentario sobre el omega, porque aunque su pecho doliera, tenía que aceptar que Minhi tenía alfa y merecía total respeto.

─Minho...─ el mencionado lo miró con atención. ─Tú... ahm, ¿prefieres que suelte tu mano?

La pregunta descolocó un poco al más bajo, pero solo bastaron unos segundos después para caer en cuenta sobre aquellas palabras. Un leve rubor subió a sus mejillas a la par que le inundó una sensación desagradable, el tacto del alfa era cálido y lindo, pero debía ser consciente de sus actos.

─Uh, sí. Gracias por hacérmelo recordar.─ trató de sonreír para no hacer de la situación algo incómoda.

Chan solo asintió para luego tocar un par de veces la puerta. En un par de segundos, ya se encontraba abierta y con una señora de aspecto jovial, de cabello castaño y con un dulce aroma.

─Hola mamá.─ sonrió levemente. ─Y-yo, ah...─ bien, estaba algo avergonzado. ¿Cómo presentar al omega dueño de todos sus latidos?

𝘁𝗿𝗲𝗮𝘁 𝘆𝗼𝘂 𝗯𝗲𝘁𝘁𝗲𝗿 ꗃ᤻ chanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora