Capítulo 9

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Habían pasado más de un mes desde la llegada del omega y éste realmente se esforzaba por encajar.

En sus primeros días se había levantado a primera hora para ofrecer apoyo, sin embargo nadie se encontraba en la casa, al tercer día se había encontrado con Zayn en la cocina haciendo limpieza y le había comentado que todos se levantaban antes de que incluso el sol saliera y que era muy extraño que alguien no madrugara. Se sintió un poco desanimado, sobre todo porque quería hablar con Harry y muy en el fondo quería que lo viera con la mejor ropa que había traído.

A veces sentía la necesidad de ir a su habitación que quedaba en el tercer piso de la casa, sin embargo, no se sentía con la suficiente confianza, había visto el rostro cansado de Liam al llegar a donde Zayn estuviera para ir directo a casa, por lo que suponía que Harry estaría igual o peor que él.

Había decidido en levantarse más temprano a la mañana siguiente para poder hablar con su alfa, escogió un día antes su ropa y se bañó justo cuando el sol empezaba a ponerse. Estaba impecable.

Mala elección, lo supo apenas vio a Zayn entrar a Zayn a la casa principal con unas botas toscas enlodadas y una playera que había visto mejores días empapada por la lluvia. Se había despojado de la camisa y se había puesto una de repuesto que traía en un bolso, Louis tenía que admitir que aún en esas condiciones, Zayn se veía muy bien, realmente el moreno no se veía como alguien que debiera estar en un lugar como ese, sobre todo cuando el bolso que portaba, sabía que valía más que su guardarropa completo.

El otro omega le había comentado que el clima en el lugar era complicado, ya que siempre llovía y dejaba el suelo difícil de manejar. Se había quedado varado en la puerta de la casa viendo como todos se iban en las camionetas del rancho hacia sus respectivas labores, se sintió triste cuando vio a Harry pasar a su lado y  correr escaleras abajo hacia la camioneta sin ni siquiera voltear a ver a donde él estaba o dedicarle los buenos días.

Le había dicho adiós a todos sus zapatos que comúnmente usaba y había optado por sus tenis casuales. Se sentía un poco fuera de lugar, sobre todo cuando todos vestían de manera diferente a la ciudad, siempre camisas de manga larga y su respectivo impermeable, siempre pantalones de mezclilla gruesa y botas altas especiales para el campo.

Trató muy fuerte en seguir el protocolo de vestimenta con lo poco que había llevado en la maleta, sin embargo había sido una odisea cuando con el paso del tiempo el desgaste le estaba cobrando factura.

Todo iba a acabar mal, sin embargo, una noche sucedió algo que dio un giro inesperado a la situación.

-Ten, esto debe ser tu talla - dijo un trabajador de nombre Oliver, una noche en plena cena, frente a todos en el lugar.

El hombre delgado y de su misma complexión, había presenciado esa misma tarde como Louis había luchado por sacar el lodo de sus tenis y como por tallar la suciedad lamentablemente había roto la parte trasera del mismo.

Se sonrojó de mil tonos y tomó las botas que le habían tendido agradeciendo en voz baja.
Cuando regresó a su lugar, se dio cuenta que todos lo miraban, haciendo que su vista se dirija directo a su comida. Su hermano había visto las botas de forma despectiva y le había dado una mirada interrogante a él. No se movió ni emitió sonido alguno por lo cual no se percató de la mirada confundida y un poco indignada que cierto alfa de ojos verdes le dedicó.

En realidad nunca se espero el gesto del trabajador, ni tampoco espero que otros muchos le llevaran ropa de sus omegas esa misma noche para que pudiera protegerse del clima tempestuoso y bipolar. Se sentía aceptado por todos en el lugar y eso le daba mayor confianza para poder relacionarse con ellos.

The sweetest devotionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora