Dᴀʏ 𝟷 || 𝐅𝐚𝐢𝐫

942 54 48
                                    

Esa tarde había decidido llevar a su novia a la feria, pues habían estado ocupados con los pendientes del fin del semestre, teniendo poco tiempo para estar juntos hasta que, ahora en vacaciones, finalmente pudieron salir.

Decidió aprovechar el hecho de que la llegada del parque de diversiones a Shingashina se adelantara y el hecho de que la familia de Mikasa aún no se iban fuera a pasar las vacaciones.

La azabache miraba a todos lados con emoción, pues a pesar de los años viviendo en ese distrito, nunca había tenido la oportunidad de ir a esa feria por las visitas a la familia de su madre en Hizuru. Las ferias de allá, o más bien festivales, no contaban con los mismos juegos mecánicos, pues se llevaban a cabo de manera un poco más tradicional, contando sólo con los juegos de tiro, decorar caramelos o unos cuantos puestos de comida. Pero eso no lo hacía aburrido.

Aun así, era bien sabido que a la ojigris le gustaba experimentar de todo.

— Amor, ¿seguro de que estás bien?

Armin y Mikasa se encontraban sentados en una de las bancas del lugar en lo que el rubio se recuperaba, ya que habían subido a uno de los juegos extremos con el que contaba la feria, siendo aquello una mala idea al haber olvidado que el Armin se había comido una banderilla un rato antes.

— Aaagh, siento que voy a vomitar hasta la leche que me dieron de bebé. — Mikasa rodó los ojos ante lo dicho por su novio. — Dios, espero que después de esto no dudes lo mucho que te amo.

La azabache ocultó su rostro en el peluche que Armin le había ganado en uno de los puestos, donde manipuló disimuladamente al encargado para que diera específicamente ese, y ocultó su sonrojado rostro.

Si bien, ya llevaban casi dos años de relación, Mikasa aún se ponía tan nerviosa como la primera vez cada que Armin le decía que la amaba. Aquel rubio hacía que todo se sintiera como la primera vez por el cariño y la delicadeza que tenía con ella.

El ojiazul, que tenía su cabeza recargada en la banca, miró a su chica por el rabillo del ojo y soltó una pequeña risa ante la ternura que le causó su reacción. — Ven aquí, mi niña chiquita. — la estrechó entre sus brazos.

— Soy más grande que tú por meses. — se acomodó en su pecho.

— Eso no quita que llegues a ser muy adorable. — besó su cabeza varias veces, mimándola.

— Tú sí que eres adorable. — Mikasa sonrió ante los mimos. — Eres un Sol, como este peluche. — alzó brevemente su peluche. — Mi Solecito. — ladeó su cabeza y le depositó un suave beso en los labios.

— Mikasa. — se quejó con un puchero y escondió su rostro en el cuello de su novia.

La mencionada soltó una tierna risa. — ¿Quién es el niño chiquito ahora?

Se separó del abrazo para acomodar a Armin de manera que quedara recostado en ella y pudieran seguir abrazados.

— Si soy un niño chiquito, ¿dónde están mis cariñitos? — preguntó mirándola con un puchero infantil.

La Ackerman suspiró con una sonrisa y tomó el rostro del chico con sus manos. — Aquí, bebé. — empezó a repartir fugaces besos por toda la linda cara del rubio, exceptuando los labios.

Armin cerró los ojos, disfrutando de las caricias que los suaves labios de Mikasa le brindaban, no molestándole la idea de tener el labial rojo por todo su rostro. Él era feliz con los mimos de su adorada novia.

Frunció el ceño y abrió los ojos ante la falta de besos en cierto lugar. — Te falta una parte.

-— ¿De verdad? — preguntó la blonda con una sonrisa que denotaba diversión.

— Shi. — hizo una pequeña trompita. — En mi boquita, dame, dame.

Mikasa volvió a reírse, siempre que Armin se ponía a hacer berrinches infantiles le entraban ganas de comérselo a besos. — Dios, Armin todo chiquito, todo bonito y mío.

— ¿Y mi besito?

— Mmmm, no te lo puedo dar. — decidió jugar con él un poco.

— ¿Eh?, ¿por qué?

Este niño me va a matar de ternura. — peinó el flequillo del rubio. — Bueno, porque los besos en la boca son cosas de grandes.

— Pues yo estoy grande.

— ¿De verdad? — divertida, alzó una ceja.

— Sí, ahora quiero un besito de la niña hermosa de mi corazón. — acarició una de sus suaves mejillas.

Mikasa sintió el rubor apoderarse de su rostro y sonrió ampliamente. — Maldita sea, Armin, eres todo un amor.

Armin cortó la distancia entre ambos moviendo su mano y atrayéndola a él por la nuca, plantándole un apasionado beso, siendo correspondido con la misma intensidad por Mikasa. Se incorporó en la banca y, con el peluche de Sol en medio de ambos, la atrajo aún más a su cuerpo, posando su mano libre en su cintura en tanto ella tenía las suyas en su pecho y las subía para abrazarlo por el cuello.

Se separaron completamente ruborizados y jadeando audiblemente, buscando llenar sus pulmones de aire. — ¿Ves? Soy un niño grande. — Armin sonrió ladinamente, habiendo recuperado ya el aliento.

Mikasa sonrió y se levantó tomando su mano. — En este caso, subamos al martillo.

Armin palideció ante la mención del Kamikaze. — Amor, no quiero.

— Anda, eres un niño grande, ¿no? — jaloneó su brazo levemente.

— No te atrevas a manipularme. — entrecerró los ojos en dirección a su novia de forma acusadora.

— Aprendí del mejor. — le guiñó un ojo de forma coqueta. — Ahora deja de ser un llorón y vamos. Hazlo por mí, ¿si?

Armin agarró el peluche y se levantó de la banca. Los deseos de Mikasa eran órdenes para él y ahora tenía que complacer a su chica. — Bien.

Las cosas que uno hace por amor.

— 🌺 —

Me apuraré para traer los otros dos, jsjsjs, me distraje en Spotify xd.

Nos leemos al rato.

_Nissy💕

Añadido a las 17:09: Maldita sea, Wattpad, ya déjame publicarlo >:v

18:40: AL FIIIIN ME DEJÓ, AAAAAAAAAAAH

𝙰𝚛𝚞𝚖𝚒𝚔𝚊 𝚆𝚎𝚎𝚔 𝟸𝟶𝟸𝟷 • PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora