11.Post fiesta

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Vamos a salir de tranquis.-Me repetía una y otra vez antes de salir ayer, auto convenciendome, y mirame ahora, vomitando en el lavabo de mi casa, mientras de mis ojos brotan lágrimas saladas que llegan a mi boca.

Tengo lagunas de anoche, pero el video de Adrián lo tengo como un disco rayado en mi memoria.

Nunca antes me había sentido de esta forma.

Traicionada, dolida y decepcionada al mismo tiempo.

Una sensación extraña recorriendo mi cuerpo.

No puedo parar de llorar, llorar y vomitar.

Cuando consigo salir del lavabo, un dolor de cabeza fuerte hace que me paralice por un momento.

Vaya resaca Emma, no vuelves a beber.

Me dirijo a la cocina tan mareada como me he levantado aún que al hacerlo, me haya encontrado una aspirina junto a un vaso de agua y una nota.

"A la próxima no bebas tanto enana. Mañana tendrás demasiada resaca así que tomate esto.
El lunes hablamos. Hugo."

Al leer la nota me sorprendí, pero pequeños recuerdos de la noche volvieron a mi memoria.

Alguien cojiendome mientras me sacaba de la discoteca.

Un taxi.

Hugo.

Hugo sacandome los zapatos para luego estirarme en la cama.

Hugo acariciandome el puente de la nariz mientras yo cerraba los ojos.

Su beso en la frente antes de irse...

Sonrio ante los pequeños lapsus de memoria y sigo mi camino hacia la cocina.

-Una noche dura?-Pregunta mi madre mientras empieza a beber su café.

-No lo sabes tú bien...-Susurro hacía mí.

-Café?-Levanta la cafetera, asiento y empieza a prepararmelo.

-Bueno cariño te lo pasaste bien?

Mis ganas de llorar vuelven a mí.

-Sí.-Miento y en ese momento me derrumbo.

Cuando mi madre se da cuenta, no dice nada, solo me abraza, tan fuerte que siento como si se me aliviara el dolor del pecho.

Creo que se puede hacer una idea de porque estoy así, pero no lo dice, no quiere hacerme sentir peor.

-Quieres hablarlo?-Pregunta en mi oreja.

Niego con la cabeza, me da un beso y seguimos abrazadas.

Cuando nos soltamos el café ya está demasiado frío.

Subo a mi habitación y me acuerdo de Paula.

Como la dejé irse con un camarero que no conocíamos de nada? El alcohol Emma.

Cojo el móvil y la llamo.

-Hola Emm.-Responde en un tono feliz y ya me tranquilizo.

-Lo siento Paula, no estaba en condiciones.-Niego con la cabeza.-Todo bien con Santi?

-De maravilla prima.-Suspira y sé que esta recordando como fué.

-Detalles.

-Voy muy detallada e.-Me avisa riéndose.-Me llevó a su piso, por cierto, precioso. Al llegar me preparó otra copa y empezamos a hablar de nuestra vida resumidamente.

-Directa al grano Paula.-Pongo los ojos en blanco.

-Joder Emma, ps lo hicimos por todo el piso. Empezamos en el sofá, luego me llevó a la cocina, a su habitación y cuando fui a ducharme al lavabo, entró y lo hicimos en la ducha y encima de la pica.

-Vale, eso no me lo esperaba.

-Tú querias detalles...

-Sisi, bueno y lo hace bien?-Pregunto riéndome.

-Bua Emma, demasiado bien, sin exagerar, de los mejores polvos de mi vida...

-Vale Paula me estás dando envidia.

-Cuando quieras orgía.-Bromea.

-Das mucho asco chica.-Nos reímos demasiado alto a la vez.

-Y tú como estás?-Pregunta cambiando el tono de voz.

-Bien.-Miento por segunda vez en lo que llevo despierta.

-Quieres que vaya esta tarde a verte?

-Si porfavor y quédate a dormir.-Suplico.

-Hecho, cuando salga de casa te llamo y voy.

Asiento y nos despedimos.

-

Ya son más de las 22 de la noche y Paula está estirada a mi lado, a punto de dormirse.

Hemos estado toda la tarde haciendo maratón de Friends, una de mis series favorita, y comiendo pizza mientras nos reíamos de las tonterías de Joey, mi personaje favorito sin duda.

Durante la tarde, el dolor que sentía en el pecho ha ido disminuyendo, pero ahora que se hace de noche y Paula se está quedando dormida, vuelve ese huracán a mi estómago junto con un terremoto en mi corazón.

No puedo parar de pensar en Adrián, que le llevó ha ponerme los cuernos?, que hice mal?-me repito constantemente como un disco rayado, pero por más que piense, no encuentro una respuesta a mis preguntas absurdas.

Leia lo bloqueó de todos los sitios posibles, desde mi móvil, para que no pudiera contactarse conmigo, pero me esperaba que por lo menos llamara a casa, y no lo ha hecho, ni una simple llamada, cosa que hace que me sienta peor.

No le importo nada.

Cojo el móvil y decido desbloquearlo de WhatsApp, necesito hacerlo, no quiero hablarle, pero si rezo en silencio para que él lo haga y al instante en que desbloqueo su número, puedo observar su "escribiendo..." Y mi corazón se empieza a acelerar de la emoción, pero lo ignoro.

Salgo del chat tan rápido como puedo, apago el móvil, lo dejo en la mesita de noche y me estiro del todo junto a mi prima la cual ya está en el quinto sueño.

Media hora después de no parar de dar vueltas por la cama decido encender el móvil, la duda de que me habrá escrito, no me deja dormir.

7 notificaciones de "Mi Adrián :) ", al leerlo, algo en mi estómago se revuelve.

Cierro los ojos, respiro profundamente y entro en el chat.

Hola amor.

Porfin me desbloqueas, no sabía cómo contactar contigo.

Puedo explicartelo...

Necesito explicartelo por favor.

Mañana me paso por tú casa y hablamos?

En serio que lo siento.

Te quiero Emma, descansa.

Y ahí se acaban los mensajes.

No puedo evitar sonreír tontamente al leer el último mensaje, supongo que si le importo, me ha dicho que me quiere.

Sigo sonriendo pero me obligo a ponerme seria, no puedo perdonarlo por unos simples mensajes, no puedo perdonarlo por mucho que haga.

Voy a hacer caso omiso a mi corazón y voy a seguir a mi razón.

Adrián esto se acabó.

Escribo, doy a enviar y apago el teléfono.

Me vuelvo a estirar y en ese momento, solo me sale llorar silenciosamente, pero parece que Paula se da cuenta y se mueve acercándose a mí para abrazarme por la espalda.

-Tu vales mucho Emm.-Susurra mientras más aprieta mi cintura.-No te merece.

Y con esos pequeños susurros, consigo conciliar el sueño.

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