Capítulo 1

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Una chica pelinegra se hizo notar mientras corría a toda velocidad detrás de aquel pirata. Les habían encargado deshacerse de él, había mucho dinero de por medio, dinero que ese tipo no valía si le preguntaban a la chica. Se había distraído un minuto, por el olor a pollo asado que llegaba desde una casa cercana a su campo de batalla, y el pirata había aprovechado la oportunidad para correr. Detrás de ella una cabellera rubia se acercó igualando su velocidad y sobre un tejado más adelante se podía ver a una muchacha de pelo violeta lista para disparar su flecha en cuanto fuera el momento.

—Ya lo teníamos, Anne —se quejó el rubio a su lado—. ¿Qué demonios se supone que estas haciendo?

—Ya, cálmate lo siento. Es que tengo hambre y huele delicioso por allá —la pelinegra respondió señalando con su mano hacia atrás, como si eso fuera una buena justificación para su descuido.

—Eso no es excusa, estúpida —le gritó furioso, aunque él también tenía hambre y casi cae ante el tentador aroma como su compañera.

—Lo que sea, solo corre.

Ambos se detuvieron cuando vieron al pirata que perseguían caía frente a ellos con una flecha clavada en su rodilla.

—¿Lo ves? no había nada de qué preocuparse, Sato —Anne habló relajada y se apresuró a atar de manos y pies al pirata que intentaba volver a escapar.

—Si no fuera por Keiko, aún estaríamos corriendo tras él.

—Bueno, pero lo detuvimos, eso es lo que importa —la chica del tejado habló cuando llegó a ellos con una sonrisa amable en su rostro—. No peleen, Ryuu-kun, Anne-chan.

—Él empezó —acusó la pelinegra con un puchero. Sacando una sonrisa a los otros dos.

—Si no te distrajeras tanto, no tendría que...

—Tú también te distraes seguido. Además podrías haberlo detenido con el poder de tu fruta, ¿Por qué no lo usaste, eh? —Anne interrumpió a Sato antes de que siguiera regañandola.

—Bueno... gasto mucha energia con eso. Si puedo no usarlo pues mejor ¿no?

Anne, Sato y Keiko, tres jóvenes mercenarios que trabajaban bajo el nombre de KAS. No gustaban de dejar saber sus verdaderos nombres es por eso que los tres tenían apodos en sus respectivos carteles de recompensa, apodos que la gente les había puesto de acuerdo con lo que sabían de ellos. Monkey D. Anne, era la pantera negra, por ser veloz y siempre vestir de negro, Sato Ryuu era el sanguinario, por su habilidad y Nosaru Keiko, a ella la veían más delicada que los otros dos, y solía vestir de manera más sofisticada, por lo que la llamaron, la princesita, cosa que ella no le gustaba.

Anne, es una chica de diecisiete años, de cabellos negros con las puntas tintadas de un plateado no muy brillante que por poco sobrepasaba sus hombros, ojos de igual color negros y estatura media, con un metro sesenta y ocho, había salido al mar con tan solo ocho años en busca de respuestas y venganza, acompañada de sus dos mejores y únicos amigos. Ryuu, a quien Anne gustaba de llamar por su apellido, rubio de ojos verdes y el más alto de los tres alcanzando el metro ochenta a sus diecinueve años, siendo así también el mayor, es el único que ha comido una fruta del diablo, la Ketsu-Ketsu no mi*, fruta que le dio el poder de manipular la sangre. Keiko, la más bajita y la menor entre ellos, con un metro sesenta a sus diecisiete años, de cabellos violeta oscuro y ojos grises.

Los tres tenían asuntos pendientes con un mismo hombre al que le venían siguiendo el rastro, y por eso la acompañaron en su impulsiva decisión hace ya nueve años, más aún no lograban dar con él. Habían empezado a trabajar como mercenarios, por su falta de dinero mientras estaban en medio del mar, hacía ya cuatro años y de a poco habían ganado fama. La marina no logró saber sus verdaderos nombres y nunca obtuvieron una buena foto de ninguno por lo que a la gente se le hacía difícil reconocerlos por las calles.

BrotherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora