Capítulo 1

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Hoy es 29 de junio, mañana me iré a Galicia como hago todos los años, la verdad es que no estoy muy seguro de si ir o no. Allí pasan muchas cosas y me juego mi salud mental en estos dos meses que pase allí. Sé que no será fácil, pero tengo muchas ganas de ver a mis padrinos y a ella...

-Lucas, ¿estás bien?- mi madre me saco de mis pensamientos.- Hijo, ya sabes que si no quieres ir no pasa nada.

-Tengo que ir mamá, me guste o no y lo sabes.

-Pero no todo el verano... Buscaremos una solución.

-Si no voy todo el verano no podré estar casi tiempo con ella.

Silencio.

-Bueno, si cambias de opinión dímelo y cambiamos el billete de avión.- mi madre ya se estaba preocupando de más; ella es así, todos los años hace lo mismo, preocuparse y preocuparse.

-Esta bien mamá.

Salió de mi habitación y cerró la puerta tras ella. Miré el reloj, ya eran 12 de la noche, me tendría que dormir pero estoy tan nervioso de mañana llegar y poder verla. Tengo tantas cosas que contarle...

3:00 Am
Sigo sin poder dormir. Estoy tirado en la cama mirando al techo, pensando en cada cosa que le diré, en todo este año me han pasado cosas que seguro que le encantará que le cuente; como aquella vez que me subí a la noria y se atascó cuando estaba arriba del todo, se veía toda la ciudad y era super bonito pero a eso hay que sumarle la hora que estuve ahí arriba y también mi miedo a las alturas; o aquella vez en la que le cambié el examen al más listo de la clase y él saco un 10 y yo un 9... si eso fue muy triste. Y muchas cosas más a parte de eso.

7:00 Am
Me desperté por los rayos de sol que yacían en mi ventana, al parecer no debí cerrar bien la persiana ayer. Como odiaba que me pasara eso, por culpa de mi torpeza tendría que levantarme a cerrarla con lo vago que soy por las mañanas, bueno por las mañanas y siempre.
Después de pensar un rato en si levantarme o llamar a mi madre para que me la cerrara, decidí levantarme yo porque si la llamaba para que me la cerrara si tendría un grave problema y un dolor en la cabeza que me podría ahorrar fácilmente.
Me levante a cerrar la ventana cuando sentí un dolor insoportable en la pierna. Me senté para ver que tenía y cuando me miré, me quedé bastante sorprendido. Tenía tres arañazos verticales debajo de mi rodilla. Me pareció muy extraño porque ayer no salí de mi casa y no me di con nada, y diría que fue mi perro, pero no tengo perro ni gatos, bueno directamente no tengo animales en casa porque según mi madre si tengo alguno ella sería la que al final tendría que cuidarlo. Según mi opinión eso es solo una excusa pero bueno.
Volví a ponerme de pie para cerrar la ventana para volver a dormirme cuando recordé qué día era, 30 de junio, hoy me iría a Galicia, eso significaba que por fin la vería.
Ya no pude volver a dormirme así que prepare la maleta para el viaje. Todo tenía que estar bien ordenado, porque sí, era muy exigente con el orden, todo tenía que estar bien colocado y en su sitio correspondiente. Y si así no era, me estresaba mucho y hasta que no lo veía bien no podía parar de angustiarme.
No sé qué hora era, pero más de una hora había pasado desde que me levanté, de eso estaba seguro. Cogi mi movil de mi mesilla de noche y mire la hora. Las 10:30; ya habían pasado dos horas y media desde que me levanté, joder que rápido pasa el tiempo. Solo quedaban tres horas para irme.
Baje al salón y me encontré a mi madre que estaba poniendo el desayuno en la mesa. Me encantaba el Colacao con galletas, y mamá lo sabía muy bien, pero no me lo daba todos los días porque era muy exagerado lo que comía si me daba de desayunar eso. Comer tantas galletas mojadas en chocolate en polvo con leche no es que fuera muy sano, pero hoy al ser el último día mi madre me lo preparó con gusto.

-Buenos días, ¿qué tal dormiste?

-Bueno, sabiendo que me despertaron los rayos del sol a las 7 de la mañana y me dormí al rededor de las 3:30 pues, muy bien gracias por preguntar.- Usar el sarcasmo con mi madre no es una cosa que le gustase mucho pero lo hacía igual.

-Ya sabes lo que opino del sarcasmo.

Yo bufé y empecé a comer animadamente.
Llego la hora de irnos al aeropuerto, me estaba poniendo aun más nervioso de lo que ya estaba.
Me dirigí a mi cuarto para coger la maleta y mi mochila de mano para llevar en el avión con mi movil, mis auriculares, una batería portátil, el cargador y una chaqueta por si tenía frío.

-Tenemos que irnos hijo.- oí a mi madre gritar desde el salón.

-Ya voy.- grité bajando las escaleras.

Salimos de mi casa y nos subimos al coche que había comprado mi padre años atrás, antes de que se fuera a comprar pan para nunca volver. Mi madre empezó a conducir cara al aeropuerto y yo me puse a mirar los árboles y las casas que íbamos pasando.
Estaba tan entretenido que no me di cuenta que mi madre me estaba hablando.

-Hey, ¿me estas escuchando?

-No, perdón. Estaba mirando por la ventanilla.

-Ya estamos llegando, avísame cuando subas al avión, ¿entendido?

-Vale mamá.

En 5 minutos llegamos al aeropuerto y nos bajamos del coche. Saqué la maleta del maletero y empezamos a andar.

Entramos al edificio y nos dirigimos a la fila 16, aunque esta tenía más gente que cuando es domingo y está la feria del pueblo, porque la cola era muy grande. Esperamos como 40 minutos o algo así y por fin fue mi turno en facturar mi maleta y entrar para embarcar.
Cuando llegamos a la puerta que me tocaba para subir al avión miré a mi madre con una sonrisa.

-Bueno, pues ya está.- dijo mi madre triste, ella intentaba no mostrarme sus sentimientos de tristeza, pero yo lo notaba demasiado y no me gustaba verla así.- Cuídate, ¿si?

-Está bien mamá. Nos vemos en dos meses.- al decir eso a mi madre se le escaparon un par de lágrimas.- Ey, no llores, dos meses pasan muy rápido mamá.

-Si, si.- dijo limpiándose las lágrimas de la cara.

Ella me acarició la cara con la palma de su mano, aguantando las lagrimas en sus ojos rojos.

-Te quiero mucho mi amor.- dijo casi en un susurro.

-Y yo a ti.- al decirle eso la envolví en un abrazo de despedida.- Cuídate mucho.

Al despedirnos me dirigí a la puerta de embarque para entrar en el avión, no me costó mucho encontrar mi asiento ya que era uno de los primeros.
Íbamos a despegar cuando me acordé de que no le había enviado el mensaje a mi madre. Cogí rápido el movil y le escribí un WhatsApp.

"Ya vamos a despegar."

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Autora: Espero que les haya gustado este primer capitulo de "El tiempo". Aún estoy comenzando a escribir, pero estoy segura de que esta historia no les decepcionara.

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