Pero no hablemos de esto aquí, mamá podría volver, vamos a la biblioteca- su voz sonó amable. Y yo, yo era una estatua, una estatua temblorosa y sudorosa.
Fuimos a la biblioteca, y me contó todo.
Mamá, los demonios, "las supuestas recogidas de mis hermanos". Todo fue un engaño... no era un orfanato.
Sino, una granja.
Una vez que me enteré, no pude dejar de llorar. Pegué un grito desgarrador. Ray hizo un intento inútil por callarme. Así que, optó solamente a abrazarme. Me aferre a su pecho tanto como pude. Tras enterarme todo la verdad, era lógico que me desmoronara.
De pronto, escuchamos la voz de la campana. ¡Era hora de cenar! Ray intentó desesperadamente secar mis lágrimas y con su saliva limpiaba mis mejillas llenas de migajas de un pan que había comido antes.
Me agarró de la mano, y me obligó a caminar hasta al comedor. Mi vista estaba borrosa, me di cuenta que nos encontramos en una situación problemática. Patee la mesa con la rodilla, creándome un moretón. Así mamá no sospecharía. Ray me llevó, y yo estaba cogeando.
Fue entonces que, me di cuenta que estábamos cerca de mamá. Ray le dijo que yo no me sentía bien, que me había golpeado la rodilla y que no quería cenar. Ella fingió preocupación y Ray solo pudo agarrar con fuerza mi mano. Era como si me dijera "resiste".
Me llevó a nuestra habitación, nos recostamos en la cama, yo aferrado a su pecho. De pronto, siento como todo el agua bajaba de mi cabeza y salía de mis lagrimales. Grité, lloré como nunca. Ray intentó calmarme.
Como era de esperarse, luego de ese día, no volví a ser yo mismo. Ray me protegía. Ocultaba mi tristeza y miedo y con trucos, logró que mamá pensara que estoy enfermo, y le prometió que él me cuidaría solo. Con la relación que los dos teníamos mamá no dudó.
Todavía recuerdo el cómo calentaba el termómetro cerca de una vela, para que mamá se creyera todo el asunto.
O de las medicinas que supuestamente debía tomar que, quedaron escondidas detrás de un orificio pequeño que había en suelo.
Mi personalidad, cambió. Me volví más sombrío y nunca más salí a jugar. Prefería quedarme junto a Ray, escuchando cómo leía uno y cada uno de los libros de la biblioteca. Ahora entendía el porque, quería acabarlos todos hasta que llegase el día. Nunca fui bueno disimulando que me sentía mal. Pero Ray, cubría mis huellas.
En nuestro cumpleaños número catorce , le pidió a mamá que me trajera una cajita de esas que reproducían música. Me aferre a ella, y todas las noches en las que, Ray se tardaba en venir a dormir conmigo, me ponía los audífonos y escuchaba la música.
Ray me reveló su plan de escape cuando cumplimos 15 años. Sacrificaría a uno de los niños y controlaría toda la situación para que mis hermanos, los más listos, Norman y Emma lo descubrieran.
Cuando contemplé la mirada aterrada, no pude evitar ver mi reflejo en el rostro de mi hermana.
Ray y yo, fingimos que no sabíamos nada de lo que seguramente pasó esa noche. El cómo era obvio que Norman y Emma habían descubierto la verdad tras haber intentado alcanzar a Conny para darle su conejito.
Dos meses después de eso, nos lo confesaron todo. Yo, como siempre no sabía actuar, pero Ray me cubrió y ambos simulamos no estar enterados de nada.
Sinceramente, para mi el hecho de que Ray sacrificara a un niño de esa manera, no me afectó. De todas formas, estaban destinados a morir. Pero, yo lo apoyaría aunque el plan de escape era complejo.
Mi amor por él, era mucho más grande que cualquier cosa. Así que, si el me decía que cruzariamos el mar a pie, yo lo seguía.
Otro dia contaré el resto de lo que pasó en el orfanato. Hoy no tengo ganas. Si algún día alguien lee esto, que sepa que Ray es un idiota y no lo quiero para nada.
•
-Hey, Cam ¿Estás bien? - dice Ray sentándose a mi lado.
No le eh hablado desde el día que escapamos, y ahora, en la guarida se Senjou y Mujika, tampoco. No era lo de menos, después de lo que me hizo.
Me asusté cuando Emma se desmayó, pero no quería conversar con Ray por nada del mundo.
-Escucha.. p-perdón por...- lo interrumpía y me lancé a sus brazos, aunque estaba molesto con él, no podía dejar de hablarle para siempre.
-Cállate, y solo... quédate a mi lado para siempre a partir de ahora-
-Lo haré, lo prometo- planta un pequeño beso en mi cabeza.
Hoy si podré dormir tranquilo.
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Mi salvación eres tú
FanfictionCameron descubre el secreto del orfanato, tras haber discutido con Ray. Él se rinde ya que sabe que va a morir. ¿Estará dispuesto a escapar con sus hermanos, y con la persona a la que ama?